AÑO NUEVO, GUERRA NUEVA
Mientras las FARC renuevan la tregua, otras guerrillas insisten en el plomo
Aunque la tregua navideña de los grupos guerrilleros se extendió hasta mediados de enero, los hechos ocurridos en la última semana en el Cauca y Santander, hacen pensar que éste tampoco será el año de la paz.
Para los habitantes del Cauca y en especial los indígenas, población mayoritaria en este departamento, el terror y espanto que sintieron ante el hallazgo de 164 tumbas en Tacueyó y sus alrededores, en el pasado mes de diciembre, volvió a revivirse el domingo 19 de enero cuando una columna combinada de guerrilleros del M-19, el Quintín Lame, del grupo peruano "Tupac Amaru II" y del ecuatoriano "Alfaro Vive, Carajo" emboscaron un camión del Ejército.
Los combates que se libraron durante la semana llevaron al gobernador del Cauca, coronel (r) Víctor Gómez Gómez, a declarar que esa zona del país estaba en guerra.
El saldo de la emboscada daba la razón al gobernador: ocho militares muertos entre ellos un teniente, y un guía indígena también muerto ocho militares heridos y un suboficiai y dos soldados retenidos por los guerrilleros que se apoderaron además de 16 fusiles, 64 proveedores, un equipo de radiocomunicaciones, una ametralladora punto 50 y numerosos equipos de campaña. De inmediato el Comando de la Tercera Brigada desplazó a esa zona a los batallones Colombia, Fuerzas Especiales Rifles, Pichincha y Palacé y obligaron al desplazamiento--el viernes 24--del ministro de Gobierno Jaime Castro al Cauca, para reunirse con el gobernador y las autoridades militares.
Ese viernes en la madrugada en un ataque sorpresivo de los militares en la zona rural de Totoró, en el nororiente del Cauca, el Ejército rescató sanos y salvos a los efectivos militares Mario Leonel Bastidas Arciniegas, Edgar Cipriano Flórez y al cabo Víctor Montealegre Medina, quienes según fuentes militares se encontraban con los guerrilleros y un grupo de periodistas extranjeros, que asistía a una rueda de prensa y cuya suerte se desconoce. Los militares rescatados fueron trasladados de inmediato a Cali para rendir informe sobre los detalles de la emboscada realizada en el Alto de Méndez entre los municipios de Silvia y Pitayó. En la acción de rescate, de acuerdo con fuentes militares, murieron 20 guerrilleros y el soldado Darío Osorio López.
La intensidad de los combates ha obligado a más de 200 indígenas guambianos a refugiarse en la hacienda Las Mercedes, a 20 minutos de Popayán. Los indígenas guambianos y paeces se vienen preparando para abandonar la zona y ya algunos de sus representantes han sido desplazados a Bogotá, para denunciar la grave situación que están viviendo. José Domingo Caldón, del resguardo indigena de Puracé, dijo a SEMANA que además del guía muerto en la emboscada del domingo, "se encuentran desaparecidos tres companeros de una empresa comunitaria", ya que el Ejército despoja de su falda (vestido habitual de los indígenas), les entrega uniformes y botas y los convierte en guías. Así mismo contó que los problemas de movilización son múltiples ya que la zona está totalmente militarizada. Temen también que pueda haber bombardeos porque ya se han visto numerosos aviones y helicópteros militares haciendo labor de reconocimiento.
Mientras en el Cauca la guerra parece estar declarada, en Bucaramanga fue descubierto un plan terrorista que de haberse llevado a cabo, de acuerdo con fuentes militares, hubiera acabado prácticamente esa ciudad.
Tropas de la Quinta Brigada allanaron una casa en la cual había abundante armamento así como explosivos de alta potencia y planos de los batallones Ricaurte y Caldas de la Quinta Brigada, de la Gobernación de Santander, de la Alcaldía de Bucaramanga, de la cárcel de mujeres, del DAS y del F-2. Tres personas fueron detenidas: el ingeniero de sistemas Carlos Núñez Martínez, su hermano Orlando Núñez, estudiante de 5° semestre de medicina de la UIS y su esposa. El comandante de la Quinta Brigada, general Daniel Enrique García Echeverry, se abstuvo de dar información sobre el grupo al cual pertenecían estas personas así como la dirección de la casa, ya que considera que la investigación los va a llevar a encontrar otros miembros del grupo guerrillero. En fin, todo indica que 1986, que muchos creyeron al iniciar se el proceso de paz que podría ser el año de los votos, será también el año de los tiros. --