Apareció el preso tiktoker y parrandero. Estaba en Caquetá y el Inpec tomó medidas disciplinarias

Cuando SEMANA reveló los videos de varios internos en una celda, con licor y música, el Inpec inició una verificación que arrancó en el departamento de Antioquia. El privado de la libertad subió los videos a las redes sociales y allí aparecieron algunos comentarios que advertían que se encontraba en Llanogrande. La ubicación del detenido fue diferente.

Incluso, rápidamente, la alcaldía de Rionegro, en el departamento de Antioquia, se lanzó con un comunicado para advertir que la información era “falsa” a pesar del video y de la evidencia de una noche de tragos en la cárcel. Lo que resultó diferente, no falso, fue la ubicación del privado de la libertad. El preso tiktoker y parrandero estaba en la cárcel del Cunduy, Caquetá.

“Esta afirmación se basa en que la información compartida en redes sociales por estas personas presuntamente internas en una cárcel, y que se han hecho virales, en ningún momento dicen que el sitio de reclusión donde se están cometiendo estos delitos se encuentra en Llanogrande (Rionegro, Antioquia)”, señalaron desde la alcaldía de Rionegro.

A pesar de que advierten que la información resultó falsa, el Instituto Nacional Penitenciario advirtió que luego de las verificaciones que se hicieron por distintos centros de reclusión, se estableció que efectivamente el privado de la libertad se encuentra en el departamento de Caquetá y que a partir del video y las revelaciones que hizo SEMANA se tomarán las medidas correctivas y disciplinarias correspondientes.

“Como dijo el poeta, acá está el verdadero problema, hay (sic)… miren estos bebesotes, papi (botellas de licor) no más. Mira, coronita full nítido, full nítido”, dice el privado de la libertad mientras celebra su situación.

Lo que resultó insólito no solo es que los privados de la libertad convirtieron su celda en una taberna improvisada, sino que los videos terminaron en las redes sociales y en una cuenta de TikTok que, aparentemente, tiene uno de los detenidos, donde comparte frecuentemente las actividades que se desarrollan en el interior del penal.

El Inpec abrió las investigaciones correspondientes sobre este asunto y para determinar cuál de los detenidos es el que tiene el celular y de qué manera ingresaron las botellas de licor al centro de reclusión, las sanciones incluso podrían incluir a funcionarios del instituto penitenciario que tenían a cargo la custodia de los privados de la libertad.