Artículos que complementan el debate acerca de la fumigación de cultivos ilícitos
Reserva biosfera de la Unesco será fumigada por Gobierno colombiano
A pesar que la Asociación Médica Americana (AMA) en Resolución 420/2004 solicita el cese inmediato de la utilización del glifosato en asperción aérea en Colombia, el gobierno colombiano autorizó la fumigación de 1.200 hectáreas de cultivos ilícitos en la Sierra Nevada de Santa Marta, Norte de Colombia y 6.000 hectáreas en el Catatumbo, Norte de Santander.
Hace dos semanas aproximadamente 5.000 labriegos que habitan la zona de fumigaciones en el Magdalena, realizaron un paro en la zona de Guachaca, estribaciones de la Sierra Nevada, solicitando que se detenga la fumigación aérea y que se retome la erradicación de los cultivos de coca de manera manual.
El grupo Defensa Parques que está constituido por académicos, investigadores, periodistas y por organizaciones como: Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente. AIDA, Asociación Censat Agua Viva - Amigos de la Tierra Colombia, Cerec, Colectivo José Alvear Restrepo, Enruedate, Fundación Nuevo País, Fundepúblicos y Indepaz, ha manifestado su preocupación por la fumigación en las zonas de la Sierra Nevada de Santa Marta, donde convergen el Parque Natural Nacional Tayrona, el Parque Nacional Natural Sierra Nevada de Santa Marta y la Reserva forestal reconocida por Ley 2ª de 1959, ya que pone en grave peligro el la reserva de biosfera natural declarada por la UNESCO.
No a las Fumigaciones en la Sierra Nevada de Santa Marta y en las Eco-regiones estratégicas del país!!!
Nosotros, organizaciones sociales ambientalistas, campesinas, indígenas, académicas, así como organizaciones sociales internacionales, rechazamos la decisión del gobierno nacional de fumigar la Sierra Nevada de Santa Marta - reconocida por la UNESCO como Reserva de la Biosfera -, a pesar de que la Ministra de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial (MAVDT) había afirmado públicamente a finales de marzo que los parques naturales no serían fumigados hasta intentar otras opciones de erradicación. ¿Dónde queda entonces la palabra de esta funcionaria? ¡No podemos permitir este despropósito!
Además de los argumentos que ya hemos esgrimido repetidas veces respecto de la equivocada, ineficaz, injusta y poco soberana estrategia de destruir los ecosistemas estratégicos del país con fumigaciones químicas para la erradicación de la hoja de coca como argumento para acabar con el narcotráfico, queremos resaltar los resultados del informe de la Oficina de Crimen y Drogas de las Naciones Unidas "Colombia, Coca Cultivation Survey". Este estudio muestra cómo en parques nacionales y en resguardos indígenas los cultivos pasaron de 17,848 hectáreas, en el año 2001, a 7.784 en el 2003. Así mismo, el informe muestra (según la interpretación satelital) que en los únicos sitios del país donde no se ha fumigado, los cultivos vienen disminuyendo. Si es así, entonces por qué continuar fumigando? ¿Por qué continuar afectando la salud y los derechos fundamentales de los colombianos?
La Sierra Nevada constituye la montaña costera más alta del mundo, situada entre la cordillera de los Andes y la región biogeográfica costera del Caribe, considerada por el propio MAVDT como una de las cuatro eco-regiones estratégicas del país. Allí convergen el Parque Natural Nacional Tayrona, el Parque Nacional Natural Sierra Nevada de Santa Marta y la Reserva forestal reconocida por Ley 2ª de 1959. Por su riqueza natural y cultural fue reconocida en 1974 como Reserva de Biosfera por la UNESCO.
En la Sierra habitan los pueblos Kogi, Arhuaco, Wiwa y Kankuano, descendientes de los Tayronas, que han sabido mantener una relación entre los sitios sagrados de la alta montaña con la tierras bajas y las costas; además, conviven allí colonos y campesinos cultivadores de café orgánico y otros cultivos de pan coger, comunidades y ecosistemas que se verían seriamente afectados por las fumigaciones.
Ahora bien, ni el Consejo Territorial Indígena de Cabildos (CTC), que representa a las cuatro organizaciones indígenas de la Sierra, ni otras organizaciones locales han sido consultadas para realizar las fumigaciones. El Estado y sus ministerios, entre ellos el de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, que deben propugnar por el desarrollo sostenible han condenado a la Sierra y los pueblos que lo habitan a recibir lluvia envenenada de un compuesto de glifosato, cosmoflux, poea y otros surfactantes desconocidos, que excede los niveles de uso comercial, violando la Constitución nacional y Convenios internacionales como el Convenio de Diversidad Biológica, el Convenio 169 de la OIT y la Convención de Ramsar, todos ellos ratificados por el Congreso Colombiano. Fumigando la Sierra garantizará el gobierno la conservación de este patrimonio de los colombianos y de la humanidad? ¿Ese es el gobierno que se requiere auto-reelegir?
¡No a las fumigaciones en las Eco-regiones estratégicas del país, sus parques nacionales, territorios ancestrales y fuentes del saber y del ser de los colombianos; hábitat de la diversidad del planeta!
GRUPO DEFENSA PARQUES
El grupo Defensa Parques esta constituido por académicos, investigadores, periodistas y por las siguientes organizaciones:
-Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente. AIDA
-Asociación Censat Agua Viva - Amigos de la Tierra Colombia
-Cerec
-Colectivo José Alvear Restrepo
-Enruedate
-Fundación Nuevo País
-Fundepúblicos
-Indepaz
844 familias guardabosques protegen la Sierra Nevada de cultivos ilícitos Nabusimake (sierra nevada de santa marta), 12 jun. (SNE)
De las 21 mil Familias Guardabosques existentes en el país, 844 habitan y erradican los cultivos ilícitos de la Sierra Nevada de Santa Marta.Así lo reiteró este sábado el presidente de la República Álvaro Uribe Vélez, durante el Consejo Comunal de Gobierno en esta región del país. "A principio de este año instalamos las primeras 750 Familias Guardabosques, en la cara noroccidental de la Sierra, ya llevamos 844 y vamos a avanzar en la medida en que los recursos presupuestales lo permitan", manifestó el Mandatario.Indicó que esta iniciativa, que encabeza el Plan Colombia, tiene como fin complementar las labores de erradicación de los cultivos ilícitos de los bosques. "Pretendemos adelantar un proceso de erradicación manual de coca, no para sustituir la fumigación, sino para complementarla"Cabe destacar que cada una de las 21 mil Familias Guardabosques existentes en el país, reciben 833.333 pesos (bimensuales) por erradicar voluntariamente los cultivos ilícitos. Este programa cuenta con el acompañamiento de las Naciones Unidas.Por su parte el Consejero Presidencial para el área Social, Luís Alfonso Hoyos, reportó que en la Sierra Nevada de Santa Marta aún existen cerca de mil 200 hectáreas de cultivos ilícitos, los cuales el Gobierno Nacional prevé erradicar con ayuda de la comunidad. "Se hizo un primer trabajo con las familias guardabosques y el próximo martes estaremos en este mismo sector iniciando otra parte más, porque esperamos que esas hectáreas que causan el desorden se agoten", manifestó Luís Alfonso Hoyos.Añadió que "no hablo de las pocas hectáreas utilizadas por las comunidades indígenas para el mambeo, hablo de los cultivos que se han generado industrialmente y que están siendo utilizados por los grupos armados al margen de la ley".
Miércoles, 16 de Junio de 2004
Pobladores de la sierra, preparados para erradicar cultivos de coca
Familias Guardabosques
Alto Consejero Presidencial, Luis Alfonso Hoyos Aristizábal, anuncia la posibilidad de ampliar el número de Familias Guardabosques y de reforzar la inversión social en la zona.
SANTA MARTA, junio 15 de 2004.- Erradicar voluntariamente los cultivos de coca a cambio de ampliar la cobertura social en la zona, ofreció el Gobierno a las familias de la Sierra Nevada de Santa Marta que erradiquen sus cultivos de coca.
La presencia del Estado se verá reflejada en la implementación de los programas de Seguridad Alimentaria y Familias Guardabosques del componente social del Plan Colombia, y beneficiarán a los pobladores de la Troncal del Caribe que voluntariamente se sumen a la tarea de erradicar manual y mecánicamente cerca de 600 hectáreas de coca en las veredas, parques naturales y zonas aledañas a la Sierra Nevada de Santa Marta.
El Consejero Presidencial Luis Alfonso Hoyos, envió un mensaje a las familias que han expresado su interés en sumarse a la campaña de erradicación de coca, a través del cual recalcó la importancia de recuperar la tranquilidad en las zonas, hoy afectadas por el flagelo de las siembras ilegales e impulsar los esfuerzos que viene adelantando el Gobierno para llevar más inversión social a estas poblaciones.
El funcionario dejó también en claro que las alternativas presentadas para limpiar manualmente las áreas afectadas por coca, en ningún momento desaceleran o interrumpen el proceso de fumigación aérea.
Esta tarde, en el colegio de la vereda Guachaca, se darán cita representantes del Gobierno Nacional, regional, las Familias Guardabosques y los campesinos que han estado afectados directa e indirectamente por esta actividad, para definir el compromiso de las partes, en lo que sería el inició oficial de la campaña de erradicación voluntaria "arranquemos la coca del alma", en la Sierra Nevada de Santa Marta.
Una vez se concreten los acuerdos, se contemplaría la posibilidad de ampliar la cobertura del programa Familias Guardabosques en mil cupos más y entraría a operar el programa de Seguridad Alimentaria (RESA) con cuatro mil cupos para familias de los departamentos del Magdalena y de La Guajira.
Actualmente, en la Sierra de Santa Marta hay 844 Familias guardabosques que trabajan por la conservación y recuperación del medio ambiente. Ellas reciben cada dos meses incentivos equivalentes a 833 mil pesos.
La próxima semana estas familias comienzan a recibir capacitación técnica ambiental y social, para concientizarlas de la importancia que tienen los recursos ambientales y su aprovechamiento de manera sostenible.
Electrificación y vías
Además, gracias a la alianza integral entre los programas Familias Guardabosques, e Infraestructura, del Plan Colombia, se logró priorizar, en un trabajo concertado con las comunidades sobre sus necesidades más sentidas, obras por 1.600 millones de pesos, que están próximas a iniciar.
Las obras son las siguientes:
- Electrificación e interconexión eléctrica para reemplazar la Rueda Peltón, que se encuentra operando en el río Piedras, veredas Transjordania, Donoma, Los Limones, La India, El Boquerón, San Isidro y Páramo San Isidro.
- Mejoramiento vial de nueve kilómetros recebado, compactado y afirmado, en las veredas Tinajas, Cacahualito, Colinas de Calabazo y Calabazo.
- Mejoramiento vial, en 11.5 km, mediante huellas en concreto, en los sitios críticos de las veredas Transjordania, Donama, Los Limones, San Isidro, Páramo de San Isidro y Boquerón.
- Construcción de una escuela en la vereda Transjordania y de un centro de salud en el sitio conocido como La Lisa.
Colombia: cultivos ilícitos y remedios peores que la enfermedad
Las aspersiones aéreas para control y erradicación de cultivos ilícitos en Colombia están creando problemas en las comunidades rurales y en los bosques, tan graves como los causados por los mismos cultivos y por los químicos usados en la producción de las drogas.
Los cultivos de coca y amapola en Colombia se han incrementado en las regiones boscosas, a pesar de la política de erradicación que comenzó a ser implementada inicialmente contra los cultivos de marihuana en 1978. En 1980 la operación "Fulminante" para erradicar los cultivos de marihuana de la Guajira y la fumigación aérea con glifosato, dejó el primer gran desastre ecológico y sanitario que se recuerde.
El cultivo de la hoja de coca, a diferencia de la marihuana, ha existido desde tiempos milenarios. La han usado comunidades indígenas de los Andes, del sur del país, y de la Sierra Nevada de Santa Marta. Fue a mediados de los 70 cuando se comenzó el procesamiento de la hoja en cocaína, siendo en estos momentos Colombia el primer productor mundial del alcaloide. Los cultivos de amapola comenzaron en los 90, creciendo tan rápidamente que de 700 hectáreas en esos primeros años el cultivo pasó a 20.000 hectáreas para el año 95. En total, se estima que la destrucción de bosques tropicales en Colombia para la producción de cocaína es de 240.000 hectáreas y de bosques andinos por la siembra de amapola para la producción de heroína, de entre 70.000 y 100.000 hectáreas.
Los efectos ambientales de estos cultivos comienzan con la tala y quema de bosques primarios, con el consecuente agotamiento de las fuentes de agua y afectamiento de la biodiversidad. La aplicación de plaguicidas, fertilizantes y correctivos que los sembradores usan indiscriminadamente modifican las condiciones físicoquímicas del suelo, deteriorando la calidad de los cuerpos de agua y generando efectos negativos en la calidad de la vida humana, así como la disminución y pauperización de las actividades agrícolas tradicionales.
La política del estado colombiano y del gobierno norteamericano para combatir las drogas y los cultivos ha consistido en la erradicación de cultivos mediante fumigaciones a gran escala, la interdicción (destrucción de laboratorios y pistas) y la persecución a los narcotraficantes. El Programa de Desarrollo Alternativo PLANTE, implementado durante el gobierno del presidente Ernesto Samper, se propuso generar alternativas distintas a aquellas que el narcotráfico ofrece a los campesinos. Este programa, aunque se ha desarrollado sin los resultados esperados, ha tenido mejores efectos desde lo ambiental y lo social. Las dificultades del mismo han radicado sin embargo, en la ausencia de una efectiva comercialización de los cultivos lícitos sustitutivos, que pudiesen garantizar la sostenibilidad económica de las familias campesinas y también en el hecho de sólo abarcar pequeños cultivadores.
Sin embargo, el eje de la política de erradicación se ha centrado en la fumigación aérea con herbicidas. La Dirección Nacional de Estupefacientes afirma que hasta el momento no hay pruebas que relacionen daños a seres humanos y otras plantaciones distintas a la coca y amapola con las fumigaciones con glifosato. No obstante, evaluaciones científicas realizadas en los últimos años indican lo contrario, evidenciando un gran impacto de las sustancias esparcidas por vía aérea. Los compuestos usados con el glifosato, como los fosforados, intoxican grandes grupos de fauna silvestre comenzando por insectos, anfibios y peces.
Monsanto ha promocionado el Roundup, cuyo ingrediente activo es el glifosato, como ambientalmente seguro. Pero la mayoría de productos que contienen glifosato están hechos o se usan con un surfactante para ayudar al glifosato a penetrar los tejidos de la planta, el cual le confiere características toxicológicas a la formulación comercial diferentes a las del glifosato solo. Por ser un herbicida de amplio espectro, el glifosato tiene efectos tóxicos sobre la mayoría de especies de plantas, incluidas las útiles.
En junio de 1999 el pueblo indígena Yanacona, ubicado en la región del macizo colombiano, Departamento del Cauca, sufrió daños por fumigaciones con glifosato en parcelas que no estaban cultivadas con amapola. Como consecuencia, actualmente se están llevando a cabo negociaciones entre el gobierno y los Yanaconas para acordar un denominado Plan de Vida. En esa ocasión muchos niños enfermaron con afecciones pulmonares, migrañas, vómitos, diarrea, fiebre y conjuntivitis. Otro tanto sucedió en los Departamentos del Putumayo, Caquetá y Amazonas hace unas semanas cuando cultivos de plátano, yuca y maíz fueron quemados por las fumigaciones aéreas con glifosato, obligando a la Corporación Regional del Amazonas a suspender las aspersiones. Son evidentes la contaminación y los daños que dichas fumigaciones han causado entre la población rural e indígena y el alto grado de contaminación de ríos y quebradas, así como de áreas de selva tropical.
Otro efecto inmediato después de la erradicación por herbicidas, es el desplazamiento de estos cultivos a las áreas más alejadas del bosque. Los campesinos se ven obligados a internarse selva adentro y abrir nuevas áreas boscosas, con lo cual la destrucción se va extendiendo. La propia embajada de EE.UU. en Colombia reconoció en 1998 que la Policía Nacional de Colombia fumigó una cifra récord de cultivos de coca y amapola, lo que fue seguido sin embargo por "un notable incremento fuera de la zona fumigada", lo cual condujo a un aumento del 18% en el total de la coca cultivada en Colombia, pasando de 67.200 a 79.500 hectáreas. O sea, que el remedio fue peor que la enfermedad, siendo el único resultado visible la destrucción de más áreas boscosas.
Por último, el Plan Colombia, proyecto ya aprobado por la Cámara de representantes de EEUU, y que incluye el otorgamiento de ese país al gobierno colombiano de 1.700 millones de dólares para la lucha contra el tráfico de drogas, se propone erradicar los cultivos ilícitos en un plazo de cinco años. El Plan, además de considerar el aumento de las tareas de fumigación, posibilita el uso de agentes de control biológico. Así se está desarrollando una investigación a fin de utilizar el hongo Fusarium oxisporum, el cual se dice que sólo atacaría las plantas de coca. Hay, sin embargo, muchas dudas de parte de los centros de investigación científica del país con respecto a ésta y otras características del hongo y que han sido puestas en conocimiento del Ministerio del Medio Ambiente y de la Defensoría del Pueblo. Existen evidencias de que esta forma de hongo es capaz de atacar plantas de diversas especies y de que la misma puede variar genéticamente una vez liberada en el ecosistema selvático, impactando además a microorganismos del suelo. En ese caso, el remedio ya no sólo sería peor que la enfermedad, sino que podría desatar procesos irreversibles con resultados devastadores sobre la gente, sus cultivos y los ecosistemas nativos.
Fuente: Boletín Nº 35 del WRM, Junio de 2000