ASALTO A LA BOLSA

¿Qué es y qué quiere el PLA?

27 de agosto de 1984

Después de varios años de inactividad reaparece el PLA, uno de los más temibles grupos del terrorismo urbano. La semana pasada el proceso de paz pareció ser víctima de otra zancadilla. Mientras Belisario Betancur recibía en Palacio a Oscar William Calvo, vocero del Ejército Popular de Liberación, EPL, y a Andrés Almarales del M-19, en la instalación de la Comisión de Diálogo y Negociación, a escasas cinco cuadras se producía un asalto guerrillero que confundía a la opinión pública y hacía pensar a algunos que los grupos guerrilleros nuevamente estaban "tomándole el pelo" al gobierno.
El grupo Pedro León Arboleda, PLA, una disidencia del EPL, en una operación suicida, asaltó las oficinas de unos corredores de bolsa, en el centro de Bogotá, reviviendo el pánico que despertaban las vendettas de los esmeralderos, que tuvieron en este sector su escenario principal. Cinco hombres y una mujer, armados con pistolas, subieron hasta el 5°. piso del antiguo edificio de la Bolsa, amordazaron a los empleados de la firma Martínez, Guerra y Gutiérrez y los pusieron a raya. Los gritos y disparos llamaron la atención de los vecinos, quienes dieron de inmediato aviso a las autoridades.
La rapidez con que llegó la Policía y la pérdida del control de los asaltantes hizo que se encontraran cara a cara y que se iniciara una de las más espectaculares balaceras de los últimos tiempos en el centro de la capital. Dos policías muertos, tres guerrilleros, entre ellos una mujer joven, y una secretaria herida, fue el resultado del tiroteo que durante 45 minutos mantuvo paralizadas las céntricas calles de Bogotá. Aunque todavía no ha quedado claro cuáles fueron los propósitos que movieron al PLA a embarcarse en esta aventura, SEMANA pudo establecer que si lo que buscaban los asaltantes era dinero, estaban mal informados, porque esta oficina en 25 años de funcionamiento lo único que ha movido son cheques, bonos, certificados, acciones y cédulas, los cuales a pesar de redondear los 2 o 3 millones de pesos diarios, son difíciles de hacer efectivos por ser documentos de seguridad. También se pudo pensar que se trataba de un secuestro. Esta posibilidad queda también descartada, ya que según averiguaciones de SEMANA, los corredores de bolsa, Emiliano Gutiérrez y Rafael Martínez Guerra, no son personas acaudaladas sino que por el contrario llevan una vida media y comunmente se les ve almorzando en la Taberna Suiza, donde lo hacen todos los empleados bancarios del sector.
La historia del PLA
La época de desmoronamiento de los grupos de izquierda que marcó la década de los setentas, dejó toda suerte de secuelas. Desde el exilio y el marginamiento de la lucha política de algunos "cuadros" hasta la aparición de desesperadas organizaciones con las más descabelladas acciones terroristas. A esta última especie pertenece el PLA. El comando Pedro León Arboleda del Partido Comunista Marxista leninista de Colombia, cuyo brazo armado es el EPL, surge como una escisión de esta organización a mediados de 1976, cuando es expulsado Hugo Patiño, luego de que el partido en pleno decidió no hacerle el juego a sus propuestas "anarcoterroristas", que consistían principalmente en sacrificar policías para conseguir pistolas.
Sus primeras acciones fueron las ejecuciones. "Ajusticiar" a todos aquellos dirigentes que a su juicio eran traidores a "la causa". El primero en caer fue Nicolás Santana viejo dirigente popular y militante del PCC-ML a quien asesinaron a quemarropa en su propia casa. Algunos meses después, en la calle 14 --curiosamente la misma calle del asalto de la semana pasada--, un comando del PLA acribilló al abogado laboralista Alfonso Romero Buj, quien también había militado en ese partido. El haberse retirado pareció ser lo que le costó la vida. Con Romero Buj cayó su esposa Amparo Silva, destacada dirigente sindical del Banco Cafetero, con quien sus asesinos no tuvieron consideración, a pesar de estar en su sexto mes de embarazo. Estas "operaciones de ajuste de cuentas" cometidas con éxito y precisión, llevaron al PLA a alargar su lista. Gilberto Vieira, Socorro Ramírez, Francisco Mosquera, Manuel Felipe Hurtado y la mayoría de dirigentes de izquierda, cuyo "pecado" era no militar en el PLA. El que se hubiera escogido como blanco específicamente a los dirigentes de la izquierda hizo presumir que este grupo era una organización paramilitar de extrema derecha que se camuflaba bajo la jerga izquierdista o si no que estaba lo suficientemente infiltrado como para trazarse estas "tareas revolucionarias". La infiltración al parecer si fue un hecho; en un congreso que reunía a "los pedritos", como se les conocia en la izquierda, cayeron sus máximos dirigentes: Carlos Reyes Niño y Hugo Patiño alias "Jorge Franco", lo que ocasionó desbandada del grupo y prácticamente su desaparición.
El repudio que suscitaban los actos terroristas del PLA y la poca simpatía de que gozaban dentro de la izquierda, se vieron disminuidos cuando al poco tiempo de la detención de Carlos Reyes Niño, comenzaron a circular fotografías de sus manos quemadas que dejaban ver la magnitud de las torturas a que estaba siendo sometido. A pesar de que todo el mundo condenaba el asesinato de indefensos policías, nadie justificaba el espíritu revanchista con que estaban siendo tratados los detenidos de este grupo. La solidaridad se volcó hacia los torturados, que inclusive habían sido objeto de denuncia de Amnisty International, hasta el punto de que muchos de sus más encarnizados oponentes se sensibilizaron y terminaron casi perdonándolos. A partir de ese momento, un sector del PLA sin dirigentes visibles y ante el hostigamiento de los servicios de inteligencia, decide trasladar su escenario de lucha a Medellín, en donde se dedica con más saña a eliminar policías, aventura en la que muy pocos los acompañaban y que terminó por aislarlos hasta que fueron desapareciendo lentamente.
De las bombas de gran poder destructivo pasaron a las bombas "lanzapapeles" en los teatros "contra las multinacionales del cine". Otra parte del grupo ante el fracaso de la "guerrilla urbana", opta por lanzarse a las selvas del Caquetá creando el frente "Ernesto Che Guevara". Esta experiencia, que se convierte en un nuevo fracaso, los hace desistir de sus posiciones, luego de "reconsideraciones ideológicas".
"Los pedritos" atacan de nuevo
Descartados el secuestro y el robo como propósitos del asalto del PLA a la oficina de corredores de bolsa, lo que sí parece claro, es que lo que buscaban era realizar un acto propagandístico en contra de las negociaciones de paz. Y lo que parecía ser una "tomadura de pelo" del EPL, tradicionalmente uno de los grupos más radicales, y que hoy --no sin dejar de causar sorpresa-- es uno de los principales interlocutores en el proceso de paz, no era más que "las patadas de ahogado" de la que fuera la más extremista de sus disidencias. El PLA y el Ejército de Liberación Nacional ELN, son los grupos que con más vehemencia han atacado las conversaciones de paz. Desde su nacimiento, el PLA ha librado una lucha sin cuartel contra la dirección del EPL, a quienes convirtió en el principal blanco de sus críticas. Y hoy la negociación de cese al fuego en la que está embarcado el EPL, la consideran como la más grande de las traiciones, ya que para ellos el único método de lucha posible, es la lucha armada.--