En estas elecciones las Fuerzas Militares tuvieron un papel protagónico, no sólo por cuidar el orden público en el país, sino por los temas que mancharon, de alguna manera, su honorabilidad.
La destitución de cinco policías por presunta participación en política, los señalamientos del entonces candidato vicepresidencial Germán Vargas Lleras sobre militares que hacían campaña a favor de uno de los candidatos y el cierre de las redes sociales en los batallones del Ejército, fueron los hechos que hicieron mucho ruido.
Pero el tema no se quedó allí. En Barrancominas (Guainía), sus habitantes pasaron de un momento de paz en medio de las votaciones al miedo. En la noche del pasado domingo los habitantes del corregimiento perteneciente al municipio de Puerto Inírida no pegaron el ojo hasta entrada la madrugada porque, según relataron varios de ellos a Semana.com, un cabo segundo de la Armada Nacional hizo varios disparos entre las 7:30 p.m. y las 10:00 p.m. Todo porque había ganado el actual presidente.
“El cabo de apellido Vergara estaba ebrio y bastante molesto porque había ganado Santos. En medio de una discusión con otro naval, empezó la balacera que no paró en mucho tiempo”, contó un habitante de ese poblado que prefirió no revelar su identidad. La Armada Nacional, por su parte, asegura que los pobladores nunca hablaron de esta versión pero confirman que
sí hubo una riña entre dos navales.
El oficial recorrió el pueblo de un lado a otro varias veces. Mientras tanto la población corría a cerrar las puertas de sus hogares, muchas de madera, ante el temor de ser alcanzados por una bala. Se trata de un pequeño pueblo que no supera las once cuadras.
Varios de los tiros impactaron a un indígena de 18 años y a una señora mayor de edad identificada como María Justina González.
El joven de la etnia Piapoco recibió el disparo en el abdomen y entrada la noche pudo ser trasladado al único centro médico de la población. Al mediodía de este lunes, cuando su situación se complicaba, fue remitido a un hospital de Villavicencio. “Su estado era tan complejo que evidentemente necesitaba una cirugía”, explicó para Semana.com la médica tratante Qandi Olaya Muñoz.
No obstante, María Justina González no corrió con la misma suerte y murió antes de llegar al centro hospitalario. Una de las balas del cabo segundo impactó su pierna derecha. A pesar de estar herida, la mujer no podía abandonar su casa de madera porque los disparos continuaban. Mientras tanto, moría desangrada.
Finalmente, habitantes del poblado lograron llevarla al centro médico. Pero llegó sin signos vitales. “El impacto le cogió toda la parte de las arterias y las venas de la pierna derecha, lo que ocasionó una hemorragia masiva”, aclaró la médica.
Hoy todos allí lloran su muerte pues ella fue la misma que en los años 80 ayudó a fundar esa población.
Fuentes consultadas por Semana.com relataron que al tiempo que la líder cívica era trasladada, hombres de la Armada y la Policía buscaban cercar al uniformado. Eran las 10:15 de la noche. Pero un bajón en la energía eléctrica permitió que el oficial escapara.
Al parecer, se entregó voluntariamente a la Armada en las primeras horas de este lunes y ahora está en manos de la Sijin de la Policía. Según diferentes versiones, el cabo segundo dice no acordarse de nada.
La Defensoría del Pueblo, presente en el corregimiento, confirmó el bochornoso episodio aunque dijo no conocer la versión según la cual el uniformado disparó colérico por el triunfo de Juan Manuel Santos, como allí relatan. Quizá el miembro de la Armada creía estar en medio de un combate pues a veces disparaba con un fusil y en otras ocasiones con una pistola. Un mal día para los habitantes de una región que quisieron votar en paz.