REGIÓN

La encendida carta de la esposa del gobernador del Caquetá

En la misiva María Yenny Joven Bocanegra le dice que trabajará por la comunidad desde casa.

15 de noviembre de 2013
María Yenny Joven Bocanegra, esposa del gobernador de Caquetá, Víctor Isidro Ramírez | Foto: SEMANA.

En una carta con el membrete que dice “Despacho de la Primera Dama”, María Yenny Joven Bocanegra, esposa del gobernador de Caquetá, Víctor Isidro Ramírez, no solo le advierte serios problemas en la gobernabilidad del departamento, también le entrega la oficina que estaba a su cargo como primera dama y lo califica de ser una “marioneta vergonzante”.

Pero por qué la primera dama decide hacerse a un lado y enviarle esa dura misiva. Las razones se encuentran en la misma carta. En primer lugar sostiene que el gobernador traicionó los postulados expresados en la campaña. Es una “administración desleal a los propósitos”.

Además, le cuestiona que se haya permitido que se dirijan los destinos del departamento desde Bogotá. Por eso calificó a su esposo de ser una “marioneta vergonzante”.  “(…) Desconoció todos los preceptos de lealtad y respeto por su departamento atreviéndose a importar “cerebros”, quizás rechazados en sus propias regiones por sus ineptitud e ineficiencia”.   

Según la esposa del gobernador, en momentos en que se va a cumplir un nuevo año al mando del departamento, no hay mucho que mostrar a la comunicad caqueteña. “Solo tenemos para entregarle un pobre balance de desengaños y frustraciones”.

La mujer alega en la carta, que su despacho no recibió el apoyo para que se pudiera ejercer una mejor gestión, aunque dice haber cumplido su tarea con los pocos recursos que le entregaron. 

Al final de la carta, Yenny le dice a su esposo que le entrega la oficina del despacho y que trabajará por la comunidad desde su casa.  “A partir del momento, el despacho de Primera Dama del Departamento funcionará desde mi casa, donde, como siempre, estaré presta a escuchar y en lo posible solucionar las inquietudes de la comunidad”.

La carta escrita por una mujer que a todas luces es de “armas tomar” no habla de la relación marital de la pareja de funcionarios, pero deja entrever que la mujer separa los dos asuntos: el público y el privado.