PROCESO

“Maza Márquez auspició el entrenamiento de sicarios”

Semana.com recogió detalles de la decisión que llevó a la Fiscalía a ordenar la captura del exdirector del DAS.

20 de noviembre de 2013
El general retirado junto a miembros del CTI. | Foto: Fiscalía

La fiscalía Décima delegada ante la Corte Suprema de Justicia fue contundente su decisión de dictar medida de aseguramiento contra el general (r) Miguel Maza Márquez, vinculado como responsable del asesinato del jefe liberal Luis Carlos Galán.

Semana.com conoció el documento de 166 páginas de la decisión en la que el fiscal despeja las dudas de cuanto ocurrió con ese magnicidio. El delegado del ente acusador tuvo en cuenta no sólo todos los documentos recopilados desde el asesinato del líder liberal, sino decenas de entrevistas y testimonios de paramilitares, sicarios, políticos, oficiales de la policía, escoltas, exfuncionarios del DAS, entre muchos otros que llevaron a tomar la decisión definitiva de la captura de Maza.

Lo detienen bajo los cargos de concierto para delinquir, homicidio con fines terroristas, lesiones personales con fines terroristas. “Maza Márquez auspició el entrenamiento de las escuelas de sicariato en donde se capacitaron los asesinos que mataron al doctor Galán y sus acompañantes y algunos de los funcionarios de su confianza como Orlando Monroy Rivera”, dice el documento.

Asimismo, reseña que el exdirector del DAS “acordó con los paramilitares desproteger al candidato con el debilitamiento de su esquema de seguridad, designando dolosa y premeditadamente a Jacobo Alfonso Torregroza Melo, persona de su absoluta confianza que cumplió con su orden de aminorar su seguridad (de Galán).

En la decisión de la Fiscalía se tuvo en cuenta la posición de la Procuraduría. En el documento el representante del Ministerio Público hace alusión de los testimonios de todos aquellos que refieren la participación del DAS y de manera particular de su director en el crimen.

Allí se cita a los abogados Rafael Murillo Guarnizo, Iván Roberto Duque Gaviria (‘Ernesto Báez’), los testimonio de Alonso de Jesús Baquero Agudelo (‘Vladimir’), Rommel Edelberto Hurtado García, del escolta Pedro Nel Angulo Bonilla, de los cabos segundo de la Policía José Oved Ariza Lancheros y Mario Rueda León, del exinspector general de la Policía Víctor Hugo Ferreira y la periodista Virginia Vallejo.

Para la Procuraduría, Maza no sólo se enteró con antelación del atentado que se fraguaba contra el doctor Galán, pudiendo evitarlo, sino que coadyuvó para el éxito de la empresa criminal, debilitando el esquema de seguridad.

El agente del procurador también analizó la declaración de Rafael Murillo Guarnizo quien hizo referencia de los encuentros realizados en Tolima, entre el entonces senador Alberto Santofimio Botero, los narcotraficantes Gonzalo Rodríguez Gacha y Pablo Escobar Gaviria, y el gobernador Álvaro Sierra.

Dicho encuentro tuvo como propósito organizar varias tareas, dentro de las cuales se le encomendó a Juan Benito Rodríguez Muñoz, alias ‘28’ o ‘Don Mario’ (sobrino de Rodríguez Gacha), conseguir sicarios y las armas y, a través de Maza Márquez, los datos necesarios para concretarlo.

El 'cambiazo'

En la decisión la Fiscalía hace especial énfasis en el entonces jefe de escoltas de Galán designado por el DAS, Jacobo Alfonso Torregroza Melo, quien había relevado a Orlando Forero Álvarez. Cobró relevancia también el hecho de que, momentos antes de que Luis Carlos Galán subiera a la tarima de madera, su esquema de seguridad desapareciera.

“Estos oficios muestran claramente que la orden del cambio del jefe de seguridad partió del sindicado Maza Márquez y que el relevo del señor Víctor Julio Cruz, no estuvo motivado, como pretende hacer creer el sindicado en que ‘se había convertido en un chismoso llevándole chismes a su señora esposa (de Galán) respecto de su comportamiento privado’”, indica el documento.

También se pregunta: “¿Por qué se cambió a Orlando Forero que era el jefe de escoltas, en contra de quien no existía queja alguna por parte del doctor Galán y tenía la experticia y antigüedad suficiente, por el inexperto Jacobo Alfonso Torregroza Melo dedicado a la vigilancia de la sede principal del DAS en Paloquemao?”.

En el escrito se hace una relación detallada de los contubernios narcotraficantes, paramilitares y políticos en el asesinato de Galán.

“Varios fueron los escenarios en donde se trató por parte de los narcotraficantes, políticos e integrantes de las Autodefensas la muerte del doctor Galán. Aportaban 250.000 dólares mensuales para la financiación de este fondo, Jorge Luis Ochoa Vásquez, Fabio Ochoa Vásquez, Gonzalo Rodríguez Gacha, Gerardo Moncada, Fernando Galeano Berrío, Alberto Areiza alias ‘El Campeón’ y Pablo Escobar Gaviria; era manejado por Jhon Jairo Velásquez Vásquez alias ‘Popeye’ y a cargo de este se pagaban las actividades dentro del DAS”.

Para la Fiscalía, en la misma línea, declaró el jefe paramilitar Iván Roberto Duque Gaviria, quien bajo juramento refirió el compromiso de Maza Márquez. Dijo que ninguna vuelta grande en el país se podía hacer sin el apoyo de la ley, y el paramilitar Alonso de Jesús Baquero soportando su dicho afirmó que el procedimiento para matar a Galán era “hacerle cambiar a la escolta a este señor, matarlo en un acto público”.

Por último el fiscal hace un análisis de la manera como Maza Márquez habría hecho esfuerzos para desviar la investigación: “Con la desviación de la investigación, la cual enseña que desde el mismo momento en que se sucedieron los hechos el sindicado Maza Márquez no perdió oportunidad para direccionar a los jueces de entonces hacia errados frentes, entre ellos, las injustas detenciones de tantos inocentes que lograron el desgaste profundo de la administración de justicia y la pérdida de valiosos y oportunos elementos materiales probatorios”, dice la decisión.

Estos son algunos de los aspectos del extenso documento de la Fiscalía donde queda clara la presunta responsabilidad de un general que tuvo demasiado poder y que hoy es señalado de ser uno de los responsables de uno de los crímenes más repudiados del país.