JUDICIAL
Casa por cárcel para rectora que habría excluido a joven que se suicidó
Amanda Azucena Castillo será privada de libertad por el caso del joven Sergio Urrego.
Después de cuatro meses de dilataciones, este 16 de mayo, la Dirección Nacional del CTI pudo desarrollar la imputación en contra de Amanda Azucena Castillo Cortes, rectora del colegio Gimnasio Castillo Campestre; Ivón Andrea Cheque Acosta, psicóloga de la institución y Rosalía Ramírez
Según la Fiscalía, estas tres mujeres presionaron al estudiante Sergio Urrego, por su condición sexual diferente, para aislarlo de su familia y sus compañeros de estudio, además de su círculo académico, llevándolo a tomar la decisión de quitarse la vida, lanzándose desde la terraza de un centro comercial de Bogotá.
Mientras la Fiscalía dio una dura batalla para demostrar la responsabilidad de la rectora de la institución en el caso, este sábado un juez determinó que Amanda Azucena Castillo debe permanecer en su casa mientras avanza el proceso judicial que corre en su contra.
A las dos mujeres les fueron imputados los cargos de Actos de discriminación agravados; falsa denuncia en pena determinada, y ocultamiento, alteración o destrucción de pruebas, por lo que podrían afrontar una pena entre 4 y 10 años de prisión, tal como lo aseguró el Director Nacional del CTI de la Fiscalía General de la Nación, Julián Quintana.
“También, tenemos que anunciar que haremos una segunda imputación por el delito de inducción al suicidio”, el cual será endilgado en los próximos días, agregó.
El Director Nacional del CTI dijo que “también, tenemos que anunciar que haremos una segunda imputación por el delito de inducción al suicidio”, el cual será endilgado en los próximos días.
Con esta decisión judicial se están protegiendo los derechos de la comunidad LGBTI, de esta manera la Fiscalía continuará con las investigaciones.
Como se sabe, Urrego se lanzó desde una terraza del centro comercial Titán Plaza en Bogotá el pasado 4 de agosto, pues, según la investigación y lo que él denunció, era víctima del denominado matoneo derivado de su condición homosexual. Las directivas, al parecer, no lo protegieron y habrían presionado al joven después de conocer su condición sexual, al punto de que Urrego prefirió quitarse la vida.
El matoneo al joven se inició a raíz de una fotografía que tomó una de sus compañeras de clase en la cual él aparecía dándose un beso con uno de sus compañeros.
De ese episodio se derivó una serie de actuaciones extrañas por parte de las directivas. Ellas, rectora y psicóloga, tienen la oportunidad de defender su inocencia ante los estrados.