Los datos se repiten y la historia parece calcada a la de hace unos meses. Colombia está en el último lugar de las pruebas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que midieron la habilidad de 85.000 estudiantes de 15 años, 9.000 de ellos colombianos, para resolver problemas de la vida real con los que no están familiarizados.
Este test era una prueba optativa del informe del Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA, por su sigla en inglés), en el que Colombia quedó de 61 de 65 países al ser evaluado en lectura y matemáticas.
Hoy se conocen los resultados de la evaluación de solución creativa de problemas y, de nuevo, los resultados de Colombia son vergonzosos. De 44 países que aceptaron hacer el test optativo, Colombia quedó en el último puesto del informe, en el que no quedó nada bien Latinoamérica. Uruguay ocupó el puesto 42; Brasil, el 38, y Chile, el 36.
El propósito de esta evaluación es averiguar si los jóvenes de 15 años están adquiriendo la habilidad necesaria para solventar situaciones problemáticas en el siglo XXI. Sin embargo, según los resultados de la OCDE, el promedio de los jóvenes colombianos sabrían comparar precios de muebles y comprar los más baratos, pero no podrían hacer nada para arreglar o programar un dispositivo electrónico, como sí lo harían los adolescentes de Singapur y Corea del Sur, los mejores calificados, seguidos por los de Japón y China.
En diciembre pasado, cuando se conocieron los resultados de las pruebas de matemáticas y comprensión lectora de PISA que se hicieron en mayo del 2012, la ministra de Educación, María Fernanda Campo, aseguró que lo importante era mirar las tendencias y que “para poder hacer un análisis de los resultados entre países, hay que comparar universos iguales”.
En esta oportunidad, la ministra Campo aseguró que al gobierno colombiano tomó una decisión importante de medirse con los mejores del mundo y los resultados sí preocupan mucho al gobierno y al Ministerio de educación pero que estos no son “para llorar sino para ver qué decisiones políticas se toman buscando mejorar la calidad de la educación”.
Con este punto de la evaluación PISA, el ojo se volvió a poner sobre las políticas de educación del país, pues Colombia no sólo ocupa los peores puestos sino que empeoró respecto al 2009.
Sobre este punto, la ministra Campo asegura que el gobierno decidió cambiar las pruebas Saber 11 para que el sistema de preguntas fuera más parecido al PISA puesto que el nuestro siempre habían sido preguntas de selección múltiple y el 60 % de las evaluaciones de PISA son preguntas abiertas.
Además, sostiene que por primera vez la política educativa se centra en mejorar la calidad de educación más que en la cobertura. Parte de ello, son los programas que están dirigidos a los niños entre 0 y 5 años que antes no tenían educación de calidad, un plan de tutorías a 85.000 docentes para que eduquen mejor a casi dos millones y medio de estudiantes de primaria y la reforma de los currículos de la educación media en Colombia. “Los programas de décimo y once son obsoletos y no desarrollan las competencias para un joven del siglo XXI”, apuntó la ministra.
Además, ella explica que la intención es enseñarles a los maestros contenidos digitales, reformar los estándares de calidad que se exigen en las licenciaturas, fortalecer las Secretarías de Educación de los municipios y los departamentos y crear modelos flexibles que se ajusten a las necesidades de los estudiantes que deben trabajar.
“Todo tiene que producir un mejoramiento en la calidad de la educación pero los resultados no se ven en el corto plazo”, señaló.
Respecto al último lugar en una de las pruebas del informe PISA y uno de los peores puestos en matemática y lenguaje, la ministra asegura que la misma OCDE señala que la gran brecha en educación en Colombia se da desde la primera infancia. “De los 9.000 estudiantes colombianos que hicieron la prueba, el 51 % no asistió a preescolar”, señaló.
Como dice la ministra, los resultados no son a corto plazo, pero si el gobierno tiene la razón y se está reformando el sistema educativo, los esfuerzos se medirán en las próximas pruebas PISA o en cualquier otra prueba nacional o internacional. Sólo el tiempo lo dirá.