NACIÓN
El "festival de rock" con el que las FARC quieren empezar a mostrarse como partido político
Un enorme escenario con conciertos en vivo, conferencias de prensa diarias, guerrilleros que empiezan a intuir cómo podrá ser su vida al dejar las armas. Así es la X Conferencia.
*Por Natalio Cosoy / BBC Mundo
Luego de seis horas de viaje por un camino de tierra poco misericordioso con los esqueletos, finalmente llego a la X Conferencia Nacional de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Entonces, todo resulta lógico: un campamento guerrillero con caletas (casillas de palo y telas plásticas) desparramados bajo los árboles, una zona de cocina muy rústica junto a un pequeño río que también es ducha, guerrilleros y guerrilleras con sus uniformes verdes, algunos con fusiles, un marrano mordisqueando el barro. Lo normal en la guerrilla.
Pero aparecen cada vez más y más periodistas. Unos metros más allá de la entrada al campamento hay un toldo blanco con tres mujeres con dos computadores que preguntan nombre, medio, identificación y entregan unas credenciales celestes.
El cartón dice: "nombre / name", "medio / mass media" y luego "X Conferencia Nacional Guerrillera", rematado con un perfil de Manuel Marulanda, líder original de las FARC.
Los cuatro años de negociaciones de paz con el gobierno de Colombia en La Habana fueron una práctica de interacción para la guerrilla con los medios y el mundo. Ahora, la X Conferencia es el acto de graduación de cara a su transformación en un partido político que aún no tiene nombre.
¿Festival de música?
Al pasar la carpa de prensa aparecen otros toldos blancos, chiringuitos para comprar algo de comer, gaseosa o una cerveza.
Luego, una enorme antena para proveer de internet el evento, cuyo mal funcionamiento causa frustración entre los periodistas, sobre todo.
No obstante, la imagen más desconcertante es la del gran escenario a cielo abierto en medio de un campo sobre el que van y vienen hombres y mujeres caminando en botas de caucho para sortear el barro que cubre estas tierras de los Llanos del Yarí, en el departamento de Caquetá.
Recuerda al británico festival de música de Glastonbury. Pero no lo es.
El comandante guerrillero Rodrigo Londoño habla sobre el gran escenario montado a cielo abierto.
Aquí se han reunido cientos de guerrilleros para decidir que para ellos la lucha armada se terminó, que ahora serán un partido político que disputará el poder en las urnas contra viejos enemigos, contra viejos aliados; para decir que sí están dispuestos a poner en práctica lo que acordaron en La Habana.
Eso decidirán, ya todos lo saben, aunque insistan en que la Conferencia es una instancia democrática donde todos pueden dar su opinión.
"En la conferencia usted puede decir hasta que le cambien el nombre a ‘Timochenko‘ (máximo jefe de las FARC)", me dice un guerrillero.
Familias reunidas
Los cambios ya se empiezan a sentir para algunos, a nivel personal al menos.
"Hace tres días me contacté con toda mi familia", dice David, un guerrillero de las FARC. No pudo hablar con la mamá aún. Ella todavía no estaba preparada para esa conversación, explica David. Se le nota que quiere hablar con ella.
Hacía cuatro o cinco días les habían dado permiso a los guerrilleros para contactar a la familia.
David buscó a los suyos por Facebook, usando una tableta que se compró con un dinero que le dejaron quedarse de una misión. Fue probando con uno y otro miembro que encontró. Si los nombres coincidían y habían ido al mismo colegio que él, sabía que podían llegar a ser los suyos.
Al principio nadie contestó. Apagó la tableta. Cuando la volvió a prender... "¡Comienza a chillar esa tablet!".
"Yo quedé pasmado, neutro", cuenta.
Pero no quiso que el reencuentro fuera en la X Conferencia guerrillera. No le parecía un buen lugar tras casi dos décadas sin contacto.
Otras familias sí llegaron al lugar buscando a sus seres queridos. Un par de jovencitos preguntaron por su madre, cuenta David. Se fueron de inmediato cuando supieron que había muerto. Una señora apareció buscando a su hija. Se quedó, destrozada, sollozando. También estaba muerta.
Himno de Colombia, himno de las FARC
El enorme escenario fue inaugurado el sábado 17, cuando los miembros del secretariado se presentaron frente a la guerrilla, muchos formados frente a sus superiores, como si fuera un muy ordenado concierto de rock, que se iba desordenado a medida que uno se alejaba del escenario.
Sonó el Himno de Colombia, luego, más fuerte, el de las FARC, coreado con más vehemencia por la guerrilla.
El comandante guerrillero Rodrigo Londoño, más conocido como ‘Timochenko‘, pronunció el discurso inaugural, escueto y desafiante del argumento del Gobierno de que la paz se alcanzó porque el estado ganó la guerra.
"En esta guerra no existen vencedores ni vencidos", dijo.
Y algo críptico advirtió: "El significado del acuerdo final es aún más importante de lo que parece a simple vista".
Tal vez se refiere a que los acuerdos proponen importantes transformaciones en la propiedad y explotación rural (las FARC nacieron como guerrilla campesina) y en la participación política.
Hermetismo
El escenario, los artistas invitados, la antena para internet, los enormes toldos con zona para la prensa, sala de conferencias, restaurante: armar toda esta infraestructura en esta remota zona de Colombia tiene mucho de hazaña.
Y una enorme cuenta a pagar, cuya cifra no es conocida. Tampoco se sabe cómo ni quién la saldará.
Se trata de una inversión para mostrarse al mundo, en el marco de un proceso de transformación de la relación de las FARC con los medios y con la sociedad. Es un proceso de apertura.
Pero todavía hay bastante hermetismo.
Se debe pedir autorización para entrevistar en video a cualquier guerrillero, desde el más raso hasta el máximo comandante, a pesar de que muchos de la prensa dormimos a metros de los rasos, nos bañamos en el mismo río.
O la conferencia de prensa en que las respuestas no coinciden con las preguntas, que se resuelve al día siguiente con una declaración con algo más de sabor a respuesta, pero sin opción a repreguntas.
Presos y armados
En octubre David cumplirá 34 años. Más de la mitad de su vida la dejó en la guerrilla, también su brazo izquierdo, que perdió en combate.
"Y la juventud", dice. Pero luego se corrige: "No, acá se ganan cosas también".
David pertenece a las unidades que operan en los Llanos del Yarí, es decir que la Conferencia es en su "hogar" guerrillero.
Otros vinieron de lejos. Llegaban en avión los miembros del secretariado de las FARC, a pie los frentes más cercanos y en vehículo muchos otros, como los guerrilleros presos, que llegaron en transportes del Inpec, la institución colombiana encargada de las cárceles, que ahora se ocupó de su traslado.
Un grupo de 200 guerrilleros que llegaron en camiones el jueves 16 vivieron una situación inédita hasta ahora: el Ejército los paraba pero los dejaba pasar, aún viendo que iban armados, uniformados.
Shakira
En el campamento, en unos bancos bajo un toldo, el aula de clases y reuniones, un grupo de guerrilleros mira en un computador un programa de concursos. Participa un hombre que se disfraza de Shakira e intenta cantar como ella (corre el rumor en la Conferencia de que la propia Shakira vendrá a cantar). No lo hace mal. Los guerrilleros ríen.
Junto a ellos, en otro computador, Miller, de 29 años, mira el clásico de Disney La Bella Durmiente. Los dibujos animados siempre le gustaron: cuando tenía 17 y trabajaba en el campo, antes de unirse a las FARC, siempre dedicaba un rato a verlos.
Salimos de la fantasía de los cuentos de hadas y le pregunto qué pasaría si el Gobierno incumple los acuerdos de paz negociados en La Habana.
-Si les incumplen a los camioneros hay paros camioneros, si le incumplen a la guerrilla van a aparecer nuevas guerrillas.
-¿Las FARC?
-No necesariamente, pero otras sí.