NACIÓN
“En el Marco Fidel Suárez hay muchos más estudiantes que venden drogas”
Un indignado profesor de la institución escribió una carta anónima donde denuncia cómo el microtráfico se tomó el colegio.
Empiezan a conocerse los detalles de qué fue lo que verdaderamente pasó en el colegio Marco Fidel Suárez. Un estudiante perdió la vida por cuenta de haber consumido una sustancia tóxica y otros 22 resultaron afectados probablemente por lo mismo.
El hospital El Tunal entregó el primer parte médico en el que afirma que los niños sufrieron de una “intoxicación exógena por una sustancia que podría tener efectos psicoactivos o psicotrópicos". Se cree que esta sustancia tenía como base el polvo de un extintor que uno de los alumnos se había robado hace poco de los pasillos del colegio.
En este momento 19 estudiantes se encuentran todavía en observación en diferentes centros médicos de la capital. Dos ya fueron dados de alta.
El secretario de Educación del Distrito, Óscar Sánchez, le dijo a Semana.com que la preparación de sustancias por estudiantes para ser usadas como estimulantes es un tema que se ha detectado en los colegios, “pero parte de la pregunta es si esta es una práctica común”.
Al parecer la respuesta la tienen los profesores de la institución. Uno de ellos envió una carta a varios medios de comunicación en la que afirma que no han salido a dar explicaciones públicas porque “el rector nos prohibió hablar de esto”, pero que el consumo de drogas se ha tomado el colegio, sin que nadie haya asumido el problema. Esta es la carta completa que publicó esa cadena radial.
“Soy docente del colegio Marco Fidel Suárez. No doy mi nombre porque el rector nos prohibió hablar de esto. Pero lo hago porque sé que las directivas del colegio no van a decir la verdad ni a asumir su responsabilidad, pues es terrible que la comunidad no sepa lo que está pasando, y todo con la venia de quienes tienen el poder de hacer algo.
El estudiante fallecido era un muchacho repitente y además drogadicto conocido por todos en el colegio. Los dos estudiantes que le vendían la droga también eran repitentes y además expendedores. Uno de ellos robó un extintor desde el inicio del año del que sacaba la sustancia para venderle a los compañeros, casi todos del mismo curso.
¿Por qué nunca los echaron? Por la permisividad del rector y del coordinador de convivencia. Aunque todos los docentes han reportado los miles de episodios de vandalismo de esos estudiantes, siempre ponen el pretexto de que merecen otra oportunidad, que ellos pueden demandar o cualquier otra cosa para minimizar el hecho y mantenerlos en el colegio, y los estudiantes aprovechan para delinquir.
El robo del extintor se reportó y se dijo quién había sido, y las directivas no hicieron nada. Todos en el colegio sabían que ellos vendían droga, los profesores lo reportaron y las directivas no hicieron nada.
Lo peor es que no es el único caso, hay muchos más estudiantes que venden droga, que la consumen, que han sido reportados por los docentes y las directivas no hacen absolutamente nada. La cosa nunca pasa de llamar al acudiente que tampoco hace nada. Lo que pasó el martes 11 de agosto es solo la consecuencia de algo que se veía venir desde hace mucho tiempo.
¿El Cadel? Apoya por completo la pésima gestión de las directivas. En el incidente del martes 11, pidieron a los docentes apoyo para las directivas.
Ellos quieren presentar el asunto como un accidente cuando en realidad había antecedentes de conductas terribles no solo de los dos que vendieron la sustancia y del que murió sino también de todos los otros que resultaron hospitalizados.
También pidieron continuar con clases regularmente como si no hubiera pasado nada, como si la cosa no tuviera importancia, no les importa el muerto, solo les importa maquillar la situación para quedar bien ante la opinión pública y que no se hable del colegio ni de lo que pasa al interior de este”.