Corte estudiará el umbral para los partidos políticos

La lucha de los denominados ‘partidos pequeños’ por mantener su personería jurídica es en este momento la más alta prioridad en sus agendas políticas.

Por ello, aparte de solicitarle al Gobierno un estatuto de oposición fuerte que les dé garantías, ellos buscan la opción de poder reagruparse con otras colectividades. Una de ellas decidió demandar la norma y la Corte Constitucional aceptó dicha demanda.

El MIRA, una colectividad que encabezan tres senadores y una representante a la Cámara, decidió demandar el acto legislativo 01 del 2009, el cual fijó un tope mínimo del 3 % de los votos al Senado para que un partido pueda mantener la personería. Este umbral está calculado en alrededor de 450.000 votos.

La preocupación no es menor, pues los partidos que no superen esa votación perderían automáticamente el reconocimiento legal.

Los demandantes Carlos Baena, Juan Fernando Londoño y Manuel Virguez argumentan que el acto legislativo “sustituye la Constitución al eliminar los derechos de las minorías políticas a participar y obtener representación política”.

Semana.com, conoció que la demanda del partido político cumple con todos los requisitos para ser estudiada por el alto tribunal, por lo que el magistrado Nilson Pinilla le dio vía libre al estudio de la constitucionalidad.

Para el magistrado, la demanda "es clara la explicación de los actores sobre la forma como todos y cada uno de aquellos resultarían afectados por efecto del incremento del umbral para las elecciones nacionales del 2 % al 3 % de los votos válidos para el año 2014”.

En el auto, que será notificado este viernes 9 de agosto a todas las partes en donde se realiza una solicitud al gobierno nacional, la Procuraduría, las facultades de Derecho y Ciencias Políticas más importantes del país, al igual que institutos relacionados con temas políticos, para que expresen su opinión respecto a la demanda.

Esta aceptación de la demanda se convierte en una de las últimas esperanzas de los partidos políticos pequeños para seguir en una arena política que, históricamente, ha tenido jugadores hegemónicos.