RELACIONES EXTERIORES

Cuba aseguró que respeta los protocolos de la negociación con el ELN

Luego de que el presidente Duque pidió la captura de los cabecillas de la guerrilla, el canciller de la isla aseguró que Cuba jamás ha permitido ni permitirá que su territorio sea usado para la organización de actos terroristas contra ningún Estado.

21 de enero de 2019
"Le pedimos a ese gobierno que entregue a esos criminales para que se haga justicia", dijo el presidente Duque. | Foto: Fotomontaje SEMANA

Cuando el presidente Iván Duque pidió a Cuba capturar a los cabecillas del grupo guerrillero, el gobierno de la isla se pronunció asegurando que seguirá al pie de la letra el protocolo. A través de Twitter, el canciller comunicó que Cuba actuará “en estricto respeto a los Protocolos del Diálogo de Paz firmados entre el Gobierno y el ELN, incluido el Protocolo en Caso de Ruptura de la Negociación. Está en consulta con las Partes y otros Garantes”. 

Sin embargo, después de que el ELN reconociera esta madrugada su responsabilidad en el atentado que dejó 20 muertos civiles y más de 60 heridos, la pregunta que se hacen expertos y analistas es qué debe hacer Cuba. La confirmación del ELN no sorprendió al país, el gobieno ya había identificado a la guerrilla como autora del atentado contra la Escuela de Policía General Santander. El grupo subversivo aseguró a través de un comunicado que su accionar es una respuesta en "legítima defensa" y le insistió al Gobierno en el camino del diálogo.

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#PazColombia @CubaMINREX actuará en estricto respeto a los Protocolos del Diálogo de Paz firmados entre el Gobierno y el ELN, incluido el Protocolo en Caso de Ruptura de la Negociación. Está en consulta con las Partes y otros Garantes. #Cuba reitera sus condolencias a #Colombia.

— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) 19 de enero de 2019

Por ahora el debate está servido. Bruno Rodríguez, el canciller de la isla, aseguró que Cuba seguirá el protocolo de ruptura de negociación acordado en el diálogo de paz con el ELN. Mientras Duque, tras dar por terminada la mesa, insiste en que nunca se sentó y que no debe aplicarse ningún protocolo sino "entregar a esos criminales".

Esta mañana, el gobierno cubano volvió a pronunciarse. El canciller Rodriguez aseguró su país "jamás ha permitido ni permitirá que su territorio sea usado para la organización de actos terroristas contra ningún Estado". Dijo además que el gobierno ha cumplido estrictamente su papel como garante y Sede Alternativa de la Mesa de Diálogos entre el gobierno colombiano y el ELN. 

"Cuba está contra el terrorismo y contra la guerra, en defensa de la paz. Con la moral de haber sido víctima del terrorismo de Estado por décadas y de una ejecutoria intachable, condenamos el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, sean cuales fueren sus motivaciones", agregó el canciller.

El comunicado de Cuba poco sorprende. Nadie esperaba que Cuba accediera al pedido del presidente Iván Duque, que comentaristas de distintos espectros de la esfera política colombiana consideraron infortunado. El pedido resulta como mínimo extravagante en términos de relaciones exteriores, pues hace tan solo unos meses le había pedido a la isla recibirlos. Esto luego de que en abril pasado el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, diera por por terminada su colaboración frente a la mesa de paz del gobierno de Colombia con el ELN, tras los asesinatos de tres periodistas del hermano país. Ecuador había recibido las delegaciones de ambas partes y en esa capital se llevaba a cabo la quinta ronda de discusiones cuando Moreno, ante la tensión en la frontera, decidió apartarse. En ese momento la mesa se trasladó a La Habana.

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El presidente Duque aseguró el viernes: "He ordenado el levantamiento de la suspensión de las órdenes de captura a los 10 miembros del ELN que integraban la delegación de este grupo en Cuba y he revocado la resolución que creaba las condiciones que permitan su permanencia en ese país. Esto significa la terminación inmediata de todos los beneficios otorgados a ellos en el pasado por el Estado y la activación de las circulares rojas de la Interpol". Hoy con redes sociales suspendidas, el ELN no se ha pronunciado, pero en septiembre pasado había anotado que cesar las conversaciones exigía hacerlo en la misma mesa y como se acordó con la comunidad Internacional.

Esas consideraciones también volaron en pedazos con la detonación del carro bomba que le costó la vida a 21 jóvenes quienes aspiraban a ser policías formándose en la Escuela de Cadetes General Santanter, al sur de Bogotá. “¡Basta ya, señores del ELN, basta ya de muertes, basta ya de secuestros y de atentados contra el medio ambiente. Colombia les dice: basta!”, dijo el mandatario en su intervención ante todo el país, pocas horas después del atentado terrorista.

Aunque para los observadores en general es comprensible la determinación de Duque de poner punto final a la mesa hasta tanto el ELN no de muestras reales de paz, no hay igual consenso frente su petición a Cuba de capturar a los delegados de esa guerrilla. El que la mesa de paz naufrague no implica que los países colaboradores van a romper los compromisos que asumieron con ambas partes. Justamente esa es la respuesta que acaba de dar Cuba al anunciar que lo que procede es activar el protocolo de caso de ruptura de la mesa, y esa hoja de ruta ­–como lo debe saber el gobierno colombiano­– no implica entregar esposada a la delegación del ELN.

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Pero otra lectura de la situación hace el propio Duque. El presidente reaccionó rechazando el anuncio de Cuba. La postura del presidente es que el protocolo al que alude Cuba fue acordado "anteriormente con otro gobierno" y que por tanto no lo compromete a él. Duque insiste en que su gobierno no está apartándose de la mesa porque nunca estuvo en esta: "Lo que se presentó no es una diferencia. No es la ruptura de ningún diálogo, porque nosotros no habíamos hecho presencia en esa mesa esperando que liberaran los secuestrados y que cesaran los ataques terroristas. Lo que se presentó fue un acto criminal, violador de los derechos humanos y ningún acto de esa naturaleza amerita ningún protocolo que evite que se haga justicia.