POLÍTICA

Crónica de una agitada jornada en el Congreso

Así fue el debate sobre el paramilitarismo y los vínculos con los paramilitares realizado este miércoles en el parlamento.

17 de septiembre de 2014
Álvaro Uribe le respondió a Iván Cepeda y se fue. | Foto: Carlos Julio Martínez

En las primeras horas en el Congreso todo era ansiedad y correrías de asesores que llevaban papeles de un lado para otro. A puerta cerrada, los parlamentarios del Centro Democrático se reunieron en la oficina de Álvaro Uribe desde las 7:30 de la mañana para determinar si el expresidente debía o no asistir al debate que el senador Iván Cepeda realizaría por presuntos nexos de Uribe con el paramilitarismo.

Mientras tanto, Cepeda rondaba en la entrada a la plenaria del Senado atendiendo las preguntas de los medios de comunicación, incluidos los internacionales. A ellos les decía que esperaba que el expresidente asistiera y denunció que existían fallas técnicas para hacer su presentación.

El debate arrancó con la llegada de los congresistas del Centro Democrático, que hicieron la avanzada antes de que el exmandatario se presentara. Detrás, una mujer de rojo le pidió a Uribe que la atendiera para entregarle una medallita de la Virgen. El expresidente no atendió el llamado y entró y se sentó en su curul como quien se acomoda en la silla de su casa.

El debate no se había iniciado por dos impedimentos presentados, entre ellos el del presidente de la Comisión Segunda. Tras unos minutos y antes de que Cepeda iniciara la intervención, el expresidente lanzó una bomba. Dijo que se iba para la Corte Suprema de Justicia, al frente de la Plaza de Bolívar, para entregar nuevas pruebas en contra de Iván Cepeda. Antes de salir advirtió: “regresaré”. Él y parte de su bancada salieron del recinto como una tromba decidida a entregar la denuncia.

Cepeda no se amedrentó y arrancó el debate con audios de paramilitares en los que se relacionaba a Uribe con esa organización. Para mostrase conciliador, el senador del Polo le dijo a la Comisión que él no tendría problema en que se le diera el mismo tiempo para que pudiera replicar.

Mientras Cepeda le daba trámite al debate y entregaba las pruebas en las que relacionó a Uribe y a su familia con narcotraficantes y paramilitares, en la plenaria quedaron pocos congresistas del uribismo para escuchar al senador del Polo Democrático. Entre los que se mantuvieron en su curul estaban los senadores Alfredo Rangel, Paloma Valencia y José Obdulio Gaviria. Todos tomaban nota para entregarle sus conclusiones a Uribe.

Minutos antes, Gaviria denunció que había sido fotografiado junto a unos papeles en su curul y pidió respeto a la intimidad.

El debate transcurrió con tranquilidad, sin interrupciones y sin la presencia de Uribe, que sólo apareció a las 12:17 del mediodía, cinco minutos después de terminada la intervención de Cepeda y tras regresar de la Corte Suprema y ver la trasmisión por televisión.

En respaldo de Cepeda estuvo parte de la bancada del Polo Democrático, incluida la presidente del Polo, Clara López. Sólo Alirio Uribe saludó y felicitó a Cepeda tras terminar su intervención. Minutos después, la senadora de la Alianza Verde Claudia López también pasó a saludarlo.

El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, y el de Justicia, Yesid Reyes, permanecieron en la primera fila atentos al debate. Sus intervenciones fueron cortas y sin mayores denuncias; Cristo habló de la Ley de víctimas y Reyes se refirió a las preguntas sin comprometerse.

Tras las declaraciones de los altos funcionarios, Uribe se acercó a la mesa directiva a pedir que le dieran la palabra para intervenir. De la mano de su asistente recibió un sinnúmero de papeles y cartas que iba a mostrar en la plenaria. Del debate mencionó algunas cosas, pero sobre todo desmintió la relación de su familia con el narcotráfico y el paramilitarismo.

La intervención de Uribe tomó un tono alto cuando habló de su padre, Alberto Uribe, incluso se paró de su silla para validar sus palabras.
De su progenitor dijo que era comerciante y que cuando las FARC fueron a extorsionarlo, sacó su pistola y se enfrentó con ellos. “En este debate estoy por una cuestión de honor”, señaló.

Pero a pesar de la tranquilidad con que transcurrió el debate, este tuvo sus picos. Sobre todo cuando Uribe acusó al ministro del Interior de haberle pedido protección ante amenazas de dirigente político Ramiro Suárez Corzo. Según Uribe, luego se alió en las elecciones con él.

Pero Uribe fue más allá al acusar al presidente de la comisión, el senador de la U Jimmy Chamorro, de haber recibido cheques del narcotráfico y tener “la crueldad del recién convertido”. Chamorro respondió que el expresidente tendría que “tragarse sus palabras”.

A lo largo del debate, Uribe se refirió a Juan Manuel Santos como instigador del debate y repitió su denuncia de la campaña presidencial, señaló que el presidente recibió dineros de bandas criminales para financiar la campaña del 2010. También habló del senador Juan Manuel Galán, de quien dijo que lo visitó como presidente para pedirle que lo enviara a Londres y luego le lanzó piedras en los medios de comunicación.

Al terminar el debate, Uribe dijo que se retiraba no sin antes decir que Cepeda hacía investigaciones a medias, que compraba testigos y que era un “mentiroso consumado”.

El ministro Cristo pidió la palabra y le exigió respeto a la figura del jefe de Estado por lo dicho por Uribe. “Debe respetar a este Congreso y a los colombianos, y la figura del jefe Estado”, y le reclamó para que hiciera la denuncia.

Los congresistas del Partido Liberal, Cambio Radical, la Alianza Verde y la U se quejaron porque Uribe no respondió los señalamientos del debate; el senador Carlos Fernando Galán reclamó porque Uribe no pusiera la cara y saliera del debate.

Luego la senadora Claudia López reclamó que el expresidente Uribe saliera por los pasillos del Congreso, “en una espectáculo comparable de una sanguijuela huyendo por una alcantarilla”. Para ella, Uribe tuvo nexos con el paramilitarismo y eso era una verdad como que no se podría tapar el sol con un dedo.

En defensa de Uribe salió el senador José Obdulio Gaviria. Dijo que en el país no había ninguna persona cuya vida se haya investigado como la de Álvaro Uribe. Gaviria dijo que se debe examinar judicialmente la vida Cepeda, ya que era el reflejo de su padre, quien perteneció a la UP, “a esa corriente pertenece el citante del debate”.

Los congresistas de un bando y otro se trenzaron en enfrentamientos y señalamientos por lo que la plenaria del Senado se suspendió. Así terminó el debate más esperado en los últimos tiempos.