JUSTICIA

Secuestro de Jineth Bedoya, declarado de lesa humanidad

La fiscalía declaró el plagio y violación de la comunicadora, ocurridos en el 2000, como crimen de lesa humanidad, lo que permite que prosigan las investigaciones hasta dar con los autores. Por el caso se expidió medida de aseguramiento sobre tres exparamilitares.

14 de septiembre de 2012
Jineth Bedoya. | Foto: Cortesía El Tiempo.

El secuestro y abuso sexual del que fue víctima hace más de 12 años la periodista Jineth Bedoya fue declarado por la Fiscalía General como crimen de lesa humanidad y, en consecuencia, no prescribirá ni se archivará.
 
Según un documento de la Fiscalía fechado el 10 de septiembre -pero recién conocido el jueves- la fiscal Bibiana Orozco, de la Unidad Nacional de Derechos Humanos, concluyó que el plagio y violación de Jineth Bedoya Lima el 25 de mayo del 2000 en momentos en que ingresaba a la cárcel La Modelo de Bogotá "es un crimen de lesa humanidad".
 
Delitos como el secuestro y el acceso carnal violento prescriben o se archivan en Colombia transcurridos 20 años de cometido el hecho, siempre y cuando los responsables no hayan sido identificados o procesados.
 
La declaración de un delito como de lesa humanidad impide que quede impune y permite que prosigan las investigaciones hasta dar con los autores. En Colombia varios casos han recibido el mismo tratamiento, como el asesinato en 1986 de Guillermo Cano, director del diario El Espectador, quien murió baleado por pistoleros del extinto narcotraficante Pablo Escobar.
 
Para ser elevado al rango de crimen de lesa humanidad, la fiscal Orozco sostuvo que el de Bedoya no fue un caso aislado sino que obedeció a una serie de amenazas y presiones contra varios periodistas que para el año 2000 formaban parte del diario El Espectador, en el que la periodista agredida fungía para esa época como redactora judicial.
 
"El ejercicio profesional del periodismo por parte de Jineth y sus colegas, enfocado hacia la denuncia pública de las irregularidades que se estaban dando en ese penal, en las que los paramilitares eran promotores, les resultaba supremamente incómodo para el desarrollo de la causa paramilitar y su política de guerra contra el penal", sostuvo Orozco en su escrito de 128 páginas.
 
"De manera pues -agregó la fiscal- que lo acontecido a Jineth Bedoya Lima no fue un acto aislado".
 
En la misma decisión, la Fiscalía afectó con medida de detención preventiva a tres jefes paramilitares que habrían tenido participación en el secuestro y violación de Bedoya, quien actualmente ejerce el cargo de subeditora judicial del diario El Tiempo.
 
Los tres paramilitares son Mario Jaimes, Alejandro Cárdenas Orozco y Jesús Emiro Pereira. Los tres están detenidos actualmente por hechos diferentes a los de Bedoya.
 
En el documento aparece asimismo la declaración de un testigo que sostiene que la agresión contra Bedoya fue ordenada por varios jefes paramilitares porque las publicaciones que hacía la periodista "eran como una bomba... para la organización paramilitar dentro de la cárcel".
 
Al notificarse de la decisión de la Fiscalía, Bedoya escribió en su cuenta de Twitter: "Hoy día muy importante para mí en esta lucha de más de 12 años: Mi caso ha sido declarado por Fiscalía como crimen de lesa humanidad".
 
El 25 de mayo de 2000 Bedoya fue hasta la cárcel Modelo, en el occidente de Bogotá, para una cita periodística con un importante jefe paramilitar.
 
Según denunció, en el momento en que intentaba ingresar al penal fue abordada por varios hombres que la drogaron y la agredieron sexualmente.
 
La noche de ese mismo 25 de mayo sus atacantes la abandonaron en una calle de la ciudad de Villavicencio.
 
El 24 de mayo del 2011, a propósito del undécimo aniversario de su secuestro, los abogados de Bedoya anunciaron una demanda contra el Estado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos porque su caso estaba en la impunidad, de acuerdo con la reportera.
 
Desde el 2 de junio del 2000 la periodista cuenta con "medidas cautelares" o de protección ordenadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que dijo en ese entonces que a las puertas de la prisión la periodista fue "encañonada, sedada y conducida a una casa cercana donde varios sujetos la amordazaron, golpearon y sometieron a tratos degradantes, tras lo cual fue abandonada en un sector despoblado".
 
AP