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Las Farc sin armas, listas para la vida política

Después de 53 años, termina el periodo de la guerra insurgente y la guerrilla más vieja del continente se prepara para dar su salto a la vida política.

27 de junio de 2017
| Foto: Archivo Particular

Las Farc sin armas. Esa es la imagen con la que se quedaron este 27 de junio los colombianos cuando los miembros de esa guerrilla renunciaron a la combinación de las formas de lucha. En un solemne acto en la zona veredal de Mesetas, este martes concluyó el proceso de desarme que arrancó el pasado mes de enero cuando llegaron a los 26 puntos de concentración.

"Adiós a la guerra, adiós a las armas. ¡Bienvenida la paz!", exclamó el máximo jefe de la guerrilla, Rodrigo Londoño, Timochenko, durante la ceremonia. "No le fallamos a Colombia, hoy dejamos las armas", agregó en medio del aplauso de los asistentes y minutos antes de que un puñado de hombres y mujeres se acercaran a recibir el pase a su vida civil.

Terminó el periodo de guerra insurgente en Colombia. Después de cinco años de negociación en La Habana, el proceso llegó a su clímax con la dejación de armas. "Hoy inicia el posconflicto con las Farc. El ininterrumpido cese el fuego bilateral de diez meses con la guerrilla, ahora desarmada, ha terminado", manifestó Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis del Conflicto (Cerac).

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Las armas de las Farc, que sembraron miedo durante más de cinco décadas, quedaron en silencio y bajo llave para siempre. Con más de 7.132 fusiles y pistolas en poder de la Misión de la ONU, se rompió el paradigma de que las armas eran el camino para transformar la realidad de los países, y que de la guerra surgiría una nueva sociedad.

Aunque no hay fotografías, ni relatos que recrearan el inédito momento que vivieron los miembros de esa guerrilla mientras dejaban su arsenal en poder de la ONU, la fecha consiguió colarse en los libros de historia. La dejación de armas es un hecho y el proceso no es del todo fácil para los guerrilleros. El fusil, con toda la carga negativa que tiene para los colombianos, fue su compañía, protección, poder, estatus.

Por su parte, el presidente Juan Manuel Santos celebró la declaración: "Hoy, al depositar las armas que tenían con ustedes en los contenedores de las Naciones Unidas, los colombianos y el mundo entero saben que nuestra paz es real y es irreversible".

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En el acto participaron el jefe de la misión de Naciones Unidas, Jean Arnault, a cargo del proceso de desarme; representantes de los países garantes del acuerdo de paz, Noruega y Cuba; los miembros del Secretariado de las Farc y representantes del Congreso y la Unión Europea.

"Consideramos que el compromiso con la dejación de armas individuales adquirido por las Farc ha sido honrado", expresó Arnault, tras recordar que el lunes la ONU certificó la entrega del arsenal además de que reportó que han extraído y destruído 77 de las 900 caletas que georreferenció la guerrilla.

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Aunque el desarme es uno de los compromisos más importantes, no es el único. Ahora la guerrilla tendrán que aportar verdad en los tribunales y la comisión de la verdad; tendrán que reparar a sus víctimas de manera material, con la entrega de bienes, y también de manera simbólica y moral con actos de perdón y reconocimiento.

Destrucción de armas

Tanto el presidente como expertos ven al desarme como un "hito" del proceso de paz, porque representa el epílogo de las Farc. "Significa el fin de la principal guerrilla armada en el hemisferio occidental. Significa el inicio de un posconflicto (...) y de un proceso difícil de reconciliación en el país", fuertemente dividido ante el acuerdo de paz, dijo el analista Jorge Restrepo.

Hasta el 1 de agosto quedarán en manos de algunos guerrilleros unas 700 armas para asegurar las zonas de concentración, dijo Arnault. En esa fecha, la misión "habrá almacenado todo el armamento" y "extraído sus contenedores" de esos campamentos.

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En paralelo, la ONU continuará ubicando más de 900 caletas o escondites de armas de las Farc, una tarea que deberán terminar para el 1 de septiembre. Las armas serán fundidas para elaborar tres monumentos que serán colocados en la sede de la ONU en Nueva York, en Colombia y en Cuba, sede de las negociaciones de paz.

Retos de las Farc

Tras su desarme, los excombatientes de esa guerrilla tienen al menos dos desafíos a la vista: la justicia transicional y su futuro político. El primer punto preocupa a muchos, debido a la demora en las amnistías e indultos a unos 3.400 guerrilleros presos, según la guerrilla, así como en la aplicación de un sistema de justicia especial.

Incluso, este lunes Jesús Santrich explicó a través de su cuenta de Twitter sus razones para declararse en huelga de hambre indefinida hasta que "el Estado cumpla con el compromiso de liberar a los prisioneros". Según expuso el jefe guerrillero, solo 832 de los 3.400 presos reconocidos por esa guerrilla han sido cobijados con el beneficio.

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Pero este punto genera malestar en varios sectores, como en el Centro Democrático.
"Uno de los temas críticos es que varios miembros de las Farc hacen política sin que hayan ido a la cárcel", dijo el analista de International Crisis Group en Colombia, Kyle Johnson. Con respecto a su futuro político, los excombatientes lo definirán en un congreso previsto para inicios de agosto.

"¿Cuáles serán sus banderas políticas, en qué ideología se va a fundar? (Es) una pregunta que va a definir su éxito político", agregó Restrepo, director del centro de análisis del conflicto Cerac.

El posconflicto

Según Johnson, el posconflicto también tiene varias aristas: "La protección a los excombatientes, la sustitución de cultivos de coca que promueven grupos armados, el narcotráfico y la corrupción" y "que el Estado llene los espacios dejados por las Farc para que otros grupos armados" no los ocupen.

La ONU sostiene que 127 activistas fueron asesinados el año pasado, la mayoría en territorios donde las Farc había tenido presencia histórica. Incluso, cuatro guerrilleros y ocho personas de sus círculos más cercanos han sido asesinados desde que arrancó la implementación del acuerdo de paz. El problema es que del éxito de la reincorporación depende de que se cierre o no el ciclo de violencia en Colombia.

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La organización también apuntó que estos homicidios serían responsabilidad de distintos actores como grupos paramilitares, criminales comunes, guerrillas como el ELN y disidentes de las Farc que siembran el terror en algunas regiones del país.