PERFIL.

El ángel de la guarda

Herbin Hoyos ganó el Simón Bolívar al periodista del año y el Premio Nacional de Paz por acompañar, desde 'Las voces del secuestro', a quienes sufren la soledad del cautiverio.

11 de octubre de 2008
Herbin lleva 15 años sin salir de rumba un sábado y ninguna mujer le ha aguantado el ritmo de vida. Lo han acusado desde hacerles juego a los paramilitares hasta ser de una ONG contra el gobierno. Pero a él lo único que le importa es ser el puente entre los secuestrados y sus seres queridos

Herbin Hoyos lleva casi 15 años cumpliendo una promesa. En la madrugada del domingo 13 de marzo de 1994, mientras transmitía su programa radial Amanecer en América, dos milicianos de las Farc, que se hicieron pasar por concursantes que habían ganado un premio, llegaron a las instalaciones de Caracol en Bogotá y lo secuestraron. "Era la época en que la guerrilla se llevaba periodistas para luego devolverlos con mensajes para el gobierno", recuerda.

Después de un largo recorrido en camioneta y otro a pie por alguna de las selvas de Colombia, llegó a un campamento en la tarde del día siguiente. "Lo que más me impresionó fue ver a un hombre que tenía su brazo derecho encadenado a un árbol. Se llamaba Nacianceno Murcia Correa y tenía 62 años". Con la mano que estaba libre, el hombre sacó de debajo del plástico que cubría su cuerpo un radio, su único compañero en el olvido de sus dos años de cautiverio. "Oiga, usted es el del programa, ¿qué le pasó el domingo, que no lo terminó?", le preguntó. Herbin, quien no podía creer que tuviera un oyente en un lugar tan remoto, le explicó lo sucedido. "Ustedes los periodistas deberían hacer algo por uno. ¿Se imagina que por este aparato yo pudiera oír que alguien me manda mensajes, la señora, los hijos?", sugirió Murcia, y Herbin le prometió que cuando recuperara la libertad lo haría.

La primera emisión de Las voces del secuestro tuvo lugar el 10 de abril, 12 días después de que el periodista fue rescatado por el Ejército en medio de un combate con las Farc. "Los secuestrados nos oyen, y a partir de ahora vamos a acompañarlos", fueron sus palabras. Y así ha sido desde entonces. El primer día recibió 40 llamadas y al mes ya tenía una lista con 200 víctimas. Hoy, por el programa han pasado más de 16.000 casos y su voz sigue aliviando la soledad y la desesperanza de los que se encuentran en cautiverio todas las madrugadas de los fines de semana, así sea desde Irak o Chechenia, pues no ha interrumpido el programa aunque ha cubierto 11 conflictos internacionales. "La idea es crearles metas, ilusiones para hacer realidad cuando regresen y no se dejen morir". Por esa labor Herbin Hoyos se ha hecho merecedor de dos importantes reconocimientos en los últimos días: el Simón Bolívar al periodista del año y el Premio Nacional de Paz, que comparte con el liberado cabo primero William Pérez, conocido como el enfermero de Íngrid Betancourt.

Este espacio radial ha ayudado a los familiares de los secuestrados a sentirse cerca de los suyos. Desde hace algún tiempo Herbin invitó a trabajar en Las voces del secuestro a Jenny Mendieta, una joven que espera que su oyente más fiel sea su padre, el teniente coronel Luis Mendieta, en cautiverio desde hace 10 años. "Tengo una comunicación directa con él, y en cada emisión me siento como si estuviera al lado de su cambuchito", cuenta Jenny.

Pero quizá nadie mejor para describir el efecto del programa que sus destinatarios en la selva. Es el caso de la ex congresista Gloria Polanco, quien nombró a Herbin su ángel de la guarda. "Era mi alimento, mi vida y esperaba con mucha ansiedad el sábado a medianoche. Me emocioné cuando me contó que mis hijos, que habían sido secuestrados conmigo, estaban en libertad, y lloré cuando adolorido me informó del asesinato de mi esposo, Jaime Losada, y me envió su abrazo solidario desde la distancia". Él no ha olvidado lo difícil que fue encontrar las palabras apropiadas para darle esa noticia: "Gloria, tienes que estar tranquila porque tu esposo desde el cielo te va a estar acompañando. Así será cuando recuperes la libertad y de ahí hasta siempre".

Y es que Herbin ha sido testigo de todos los dramas que genera el secuestro. Como cuando la entonces esposa del ex ministro Fernando Araújo, sin saber si estaba vivo, le envió el mensaje de que la entendiera porque había decidido rehacer su vida, pues la incertidumbre la estaba matando. O cuando un niño de 4 años le pidió al papá que regresara pronto porque "el ratón Pérez se había llevado sus dientes y no le iba a traer un regalo si él no volvía". Con dolor piensa en Chikao Muramatsu, el empresario japonés asesinado por las Farc. Desde cuando se conoció la noticia de su secuestro, sus familiares empezaron a enviar al programa un casete cada dos meses con mensajes. En una oportunidad, Herbin aprovechó la visita de unos periodistas de ese país para que le tradujeran a su idioma, con la pronunciación correcta, unas palabras que él había escrito para Muramatsu. "Me aprendí un repertorio en japonés que incluía frases como 'tenga fe y esperanza', para decírselo cada ocho días. Yo soñaba con conocerlo, pero lo mataron. Luego hablé con el guerrillero que lo hizo cuando fue capturado y con cinismo me contó que el hombre era tan noble, que les cocinaba a sus secuestradores voluntariamente".

Herbin también ha sido testigo de las alegrías del regreso. Según él, ya ha dado unos 11.000 "abrazos de la libertad", nombre con el que el periodista bautizó su encuentro con los que vuelven. "En ese momento los declaro mis hermanos para siempre". En una oportunidad llegó al estudio un hombre en harapos. Su nombre era Vicente Arroyave, acababa de salir de la selva y lo primero que hizo fue reclamar su abrazo. "Usted me salvó la vida", le dijo. Durante su cautiverio había intentado suicidarse en tres oportunidades porque sus captores le habían dicho que su esposa lo había dejado y que sus hijos andaban en malos pasos. "Como si fuera un milagro, un día le dieron un radio y cuando lo encendió, oyó las voces de sus familiares diciéndole que lo estaban esperando", cuenta Hoyos.

A pesar de la felicidad que produce la libertad, está convencido de que a partir de ese momento empieza una de las etapas más difíciles. "Muchas veces no pueden rehacer sus vidas. Los casos han demostrado que la rehabilitación sicológica no existe si no tienen los medios económicos para poder empezar de nuevo", asegura. Por eso recientemente creó el Fondo para el regreso a la libertad, para abrirle a cada uno de los 26 policías y militares secuestrados, así como a los civiles de escasos recursos, una cuenta de 1.500 dólares en finanzas Forex con el aporte de los productores de la película La Milagrosa, que donaron parte de sus ganancias en taquilla.

Cuando no está trabajando en el programa o en su empresa de producción de televisión, es posible que esté volando su avión ultraliviano acompañado de algún recién liberado. Porque como además de periodista es sociólogo y piloto, se le ocurrió que la mejor manera de empezar a quitarles los miedos con los que llegan es darles la oportunidad de que observen la selva desde arriba, "desde donde la ven pequeña, inofensiva", agrega.

Herbin asegura que por cuenta de sus investigaciones sobre secuestro ha recibido varias amenazas. Sin embargo, no piensa dejar de cumplir la promesa que le hizo a don Nacianceno, quien murió hace 10 años, dos después de ser liberado. Cada vez que da un abrazo de la libertad recuerda las palabras que le dijo cuando se reencontraron: "Muchas gracias por no dejarme solo".