En los meses de verano a los habitantes de El Carmen de Bolívar lo único que les preocupa es conseguir agua. Pagan 1.400 pesos diarios por dos galones de cinco litros de líquido salobre no apto para consumo humano. Dejan de comprar ‘la liga’ (carne), para pagar el agua. Por eso, la ira de los carmeros con los políticos y con los gobiernos se repite cada año, pero nada consiguen.
Lo que ocurre en El Carmen demuestra que Macondo, ese pueblo donde la gente se muere de sed o se mata por una gota del líquido, no es un invento. Por estos días es común encontrar a los pobladores caminando por las calles en busca de un poco de agua para cocinar o beber. En los meses de invierno guardan la lluvia en tanques y depósitos, y de los aljibes sacan para el aseo. Pero como desde diciembre no llueve, están secos; los depósitos y tanques, cuarteados, y las totumas marchitas como en las imágenes de los desiertos donde solo hay alimañas. A eso se suma que el agua que distribuyen en carrotanques no alcanza para los 100.000 habitantes.
El año pasado la situación rebosó la copa y los carmeros en masa, liderados por los mototaxistas, armaron una monumental protesta. Durante cinco días bloquearon la troncal de Occidente que comunica a Cartagena con Medellín. La protesta dio lugar a una reunión convocada por el gobernador de Bolívar, Juan Carlos Gossaín, con el viceministro de agua, Iván Mustafá, el superintendente de servicios públicos, César González, la agente interventora Victoria López y el alcalde.
Esa protesta, llamada por los habitantes la “rebelión de los totumeros”, cobró la cabeza de la interventora, que no supo explicar en qué se gastó 25.000 millones de pesos desde 2006, año en que comenzó la intervención, y tampoco supo explicar cuánto necesitaba para terminar el acueducto. El gobernador Gossaín pidió su cabeza y dijo que si durante su gobierno solo inaugurara un acueducto, ese sería el de este municipio enclavado en la rica y sufrida región de los Montes de María.
Y así fue, el mandatario ordenó los estudios y convocó al gobierno nacional para terminar de una vez por todas con la angustiosa sed de los carmeros. Propuso al Ministerio de Vivienda y Agua Potable, que el departamento aportaba 23.000 millones de pesos y la Nación 16.000 millones. Por primera vez una entidad territorial pone más recursos que el gobierno nacional. Y el pasado 13 de febrero, en el Club de Leones de El Carmen de Bolívar, el viceministro Mustafá, el gobernador Gossaín y un delegado de Findeter, firmaron un convenio por 39.000 millones de pesos para que dentro de nueve meses El Carmen de Bolívar tenga agua.
Pero en El Carmen la gente ha convertido el dicho de ver para creer en su lema. Y no le falta razón, pues su historia está llena de acueductos contratados e inaugurados de los cuales no ha salido una gota de agua.
1) El primero: hace 50 años
El primer acueducto que se construyó en El Carmen se llamaba Acueducto de la Montaña. Se montó cerca a las tierras del abuelo de una importante familia política de la zona. Pero nunca se inauguró y parte de la tubería aún existe.
2) El segundo: abrieron la llave y no salió agua
El presidente Misael Pastrana inauguró el 16 de julio de 1972 el Acueducto Seco, cuyas redes venían desde el vecino municipio de Ovejas. Fue llamado así por el gobernador Alfredo Taboada Buelvas, amigo personal del expresidente Pastrana, porque al abrir la llave para inaugurarlo no salió agua. Taboada le había advertido a Pastrana que no lo inaugurara.
3) El tercero: se hizo por la Ley turca
En los años ochenta, gracias a un proyecto de ley liderado por el excontralor David Turbay, el gobierno de Belisario Betancur giró los recursos para el acueducto, pero tampoco se hizo nada o muy poco. Se le conoció como el acueducto de la ‘Ley Turca’ porque el ponente era el senador Turbay.
4) El cuarto: el del narco Miki Ramírez
El cuarto fue en 1995. Los alcaldes y concejales se desplazaron hasta la finca del narcotraficante Miki Ramírez, conocida como El Hacha, sesionaron allá y autorizaron entregarle 1.000 millones de pesos para que lo construyera, pero Ramírez no hizo nada y tampoco nadie le reclamó. El confeso narcotraficante tenía una enorme finca a orillas del río Magdalena, entre Zambrano y El Carmen; el acueducto solo llegó hasta la bocatoma.
5) El quinto: el del milagro de la virgen
El acueducto que más risa provocó fue el inaugurado el 16 de julio de 2003 por el entonces presidente de Findeter, Bernardo Moreno, quien luego se convirtió en secretario general de la Presidencia. Era el día de la Virgen del Carmen, la patrona. Hubo misa, el obispo bendijo la obra y le auguró larga vida. Le dieron a Bernardo Moreno el privilegio de abrir el chorro que pondría fin a la incredulidad de los carmeros. Solo por ese día, como un milagro de la Virgen, hubo agua en la fuente construida a un costado de la iglesia, en la plaza principal. Acompañaban a Moreno los entonces senadores William Montes, Vicente Blel, Jesús Puello y el representante José María Imbett, todos después condenados por parapolítica. También estaba la hoy senadora Piedad Zuccardi, el gobernador Luis Daniel Vargas y el alcalde Otomar Lascarro. Los carmeros veían con sorna la comedia de la inauguración: ya todo el pueblo sabía que la fuente que sería el símbolo del acueducto había sido conectada al aljibe de la casa de Uchi Martelo, un vecino de la plaza que vende agua en carrotanques. Pasada la ceremonia desmontaron el circo y del acueducto solo quedó el nombre: la fuente Morena, en homenaje al expresidente de Findeter.
Por esa historia, entre trágica y cómica, el gobernador Gossaín luego de firmar el convenio para el sexto acueducto de El Carmen dijo delante de más de 400 asistentes: “Durante 40 años se han robado la plata que el gobierno ha girado para la misma obra. No voy a permitir, como ya ocurrió en los años anteriores, que un grupo conocido por todos ustedes se la robe. Si tengo que pelear con el gobierno nacional para que se cumpla, pelearé. Si dentro de nueve meses no hay acueducto, los carmeros sabrán quién se robó la plata”.