bogotá
El parque del Country
Tras seis años de polémicas y demandas, la justicia ordenó al Country Club entregar la cancha de polo a la ciudad. El pleito, sin embargo, apenas comienza.
El próximo 4 de mayo, cuando el director del Instituto Distrital de Recreación y Deportes (Idrd), José Tapias, llegue con deportistas y vecinos a recibir la cancha de polo del Country Club para construir un gran parque, la ciudad no sólo tendrá en sus manos una de las zonas verdes más importantes del norte, sino el recibo de un largo pleito que apenas comienza.
Desde cuando, en 2000, el alcalde Enrique Peñalosa tomó la decisión de expropiar este terreno de 7,86 hectáreas, frente a la imposibilidad de llegar a un acuerdo con los socios, el Distrito y el club se enfrascaron en una dura batalla jurídica que tuvo su primer asalto a favor de la ciudad el viernes pasado.
Una vez se reciba el campo, el Idrd realizará varias reuniones con los vecinos para definir el tipo de parque que quieren, y sacar en el segundo semestre del año un concurso para su diseño y su posterior construcción.
Según Tapias, el Parque Metropolitano Country Club tendrá una inversión cercana a los 10.000 millones de pesos. La mitad saldrá del presupuesto de la entidad y la otra mitad provendrá del aporte de valorización que se empezará a recoger en marzo del próximo año.
Por ahora, la expropiación de la cancha de polo es apenas una muestra del verdadero debate de fondo entre el club y el Distrito. El primero quiere seguir siendo el Country Club de Bogotá, es decir, quedarse en la ciudad como club privado con toda su integralidad -sede social, canchas deportivas, pero en especial los campos de golf-. El segundo tiene la obligación, por ley, de reordenar ese predio con miras a que gran parte de éste se convierta eventualmente en un parque metropolitano de unas 70.000 hectáreas. Todo un choque de poderes.
Para Luis Felipe Vergara, abogado del Country, este no es el final sino el comienzo del proceso legal de expropiación, ya que el Distrito optó por solicitar la entrega anticipada del predio y no esperar a que hubiera un fallo definitivo de expropiación que así lo ordenara.
"Como todos los ciudadanos, el club pedirá al juez, si la ciudad podía tomar esa decisión, que se le indemnice por el daño que se le está causando y que se le reconozca un precio justo, que es muchísimo más que el fijado por el Distrito hace seis años", dijo Vergara.
Precisamente, la administración distrital cree que la decisión del juez abre una nueva discusión: si se debe seguir o no con el Plan de Reordenamiento del club expedido por Antanas Mockus en 2003.
Además de plantear la construcción del parque en la zona hípica y una alameda paralela a la calle 134, establece en una etapa final, la construcción de un gran parque en el 61 por ciento del terreno (unas 82 hectáreas), con lo que desaparecerían los actuales campos de golf, y permitir la continuación de la Avenida 15. El 30 por ciento restante sería entregado a los socios para que desarrollen proyectos de construcción, incluida la actual sede principal.
Con los recursos que obtengan de este loteo, los socios podrán obtener los recursos para adquirir y dotar una nueva sede en las afueras de la ciudad. Este plan nunca ha sido compartido por el Country. "Es una especie de ficción, porque el club no es un lote de engorde. Esto depende de si se quiere acoger ese plan para construir, y hasta donde sé, el Country nunca ha pensado en cambiar su objetivo primordial", dijo Vergara.
La administración Garzón deberá entrar a definir la forma como se debe hacer. Enrique Borda, secretario general de la Alcaldía, dijo que es necesario reunir los comités técnicos de Planeación Distrital para analizar dentro de las normas urbanas qué sigue, pero en "este tipo de casos hay dos caminos, o la negociación o la vía judicial".
El ex alcalde Peñalosa dijo a SEMANA que este proyecto no es en contra de nadie. "Los socios son buenos ciudadanos, han cumplido con la ley y, aunque los abogados se excedieron en algunas cosas, tienen el derecho de buscar lo que crean justo. Pero sé que muchos socios consideran que lo que está pasando es necesario para construir una sociedad más amable y justa, y muy seguramente sus bisnietos podrán decir dentro de 100 años que lo hecho por la ciudad fue lo correcto".
Mientras, el Idrd piensa abrir en junio el campo de polo hasta el comienzo de las obras, con el fin de que los bogotanos empiecen a apropiarse de esta zona verde. Y lo más probable es que dentro de dos años, cuando el Parque Metropolitano Country Club abra sus puertas, el debate sobre la legalidad o no de esta expropiación seguirá en los tribunales.