SALUD
Cafesalud: de mal en peor
El asesinato del revisor fiscal de esa EPS, la filtración de conversaciones y los multimillonarios contratos firmados a dedo dejan ver que detrás del control de esta hay intereses oscuros.
Es tan grave lo que está pasando en Cafesalud y el antiguo grupo Saludcoop que terminó por eclipsar lo que parecía ser el escándalo del siglo: Reficar. A las denuncias por la millonaria contratación otorgada a dedo por Guillermo Grosso, que precipitaron su salida del cargo, y la clara intención que tenía gran parte de la bancada parlamentaria del Partido de la U para apoderarse de la EPS y repartírsela, tal y como lo hicieron con Caprecom, un hecho enrareció aún más el ambiente.
Esta semana apareció muerto a puñaladas en el baño de su casa el revisor fiscal de Cafesalud, Luis Alfredo Caicedo Ancines. Según testigos, en la noche del lunes un joven ingresó a su apartamento, pidieron comida y sobre la madrugada el visitante trató de salir con varias maletas. Aunque los celadores lo detuvieron, el joven logró fugarse. Las primeras hipótesis apuntan a un crimen pasional o al accionar de una red de prostitución que se gana la confianza de los clientes para robarles.
Pero como el ambiente en torno a la EPS está caldeado, también se empezó a especular que su crimen podría estar relacionado con información delicada que tendría de Cafesalud o de Saludcoop, ya que Caicedo, representante legal de la firma auditora Baker Tilly Colombia, estaba al frente de la auditoria de Cafesalud y como auditor de Saludcoop había recomendado en su momento liquidarla, tal y como ocurrió.
Ese triste episodio recordó el asesinato del brillante abogado y exsuperintendente de Salud Óscar Emilio Guerra, quien asesoró a Saludcoop y habría desarrollado negocios con el grupo. En junio de 2006, Guerra salió de su oficina en compañía de un hombre para mostrarle una casa que estaba vendiendo en Sotileza. Dentro de la vivienda, el supuesto cliente asesinó a Guerra de tres disparos y salió conduciendo el vehículo del abogado. También se habló de un crimen pasional, hipótesis rechazada por la familia. Años después, un exmovilizado de los paras fue detenido para que respondiera por el crimen, pero salió en libertad por vencimiento de términos. El caso nunca se resolvió, pero se especuló mucho sobre su participación en negocios multimillonarios con Saludcoop.
Ahora bien, más allá de la trágica muerte de Caicedo, ha quedado en evidencia con este escándalo que detrás de Cafesalud y del grupo Saludcoop hay una guerra sucia no solo por el manejo de los millonarios contratos y activos, sino por la suerte final que pueda tener. Lo demuestra el hecho de que desde hace semanas se han ido filtrado a los medios fragmentos de reuniones y conversaciones que habría tenido el actual agente liquidador de Saludcoop, Luis Martín Leguizamón, con empleados y miembros del gobierno como el superintendente de Salud, Norman Julio Muñoz. Con estas filtraciones se quiere demostrar que no es muy clara la venta y administración de los activos de Saludcoop, que podrían valer entre 1 y 3 billones de pesos, representados en la EPS Cafesalud y sus más de 6 millones de usuarios, las nueve clínicas propias y la empresa Esimed, entre otros
Varios medios, como El Espectador, han dicho que los sindicatos de Saludcoop se siguen oponiendo a la intervención de la entidad y a la venta de los activos, pues, una vez esté en manos privadas, desaparecería cualquier posibilidad de que la Justicia se los devuelva a los antiguos dueños. Altos funcionarios del gobierno creen que detrás de la guerra sucia contra el liquidador y el superintendente de Salud, quienes han sido chuzados, estaría un grupo liderado por Carlos Palacino.
Además de tratar de recuperar todo o parte de los activos, expertos consultados por SEMANA creen que los antiguos dueños también están armando un proceso, sustentado en el deterioro de los indicadores económicos y la mala administración del gobierno, que les permita instaurar una demanda multimillonaria contra el Estado.
Pese a que los resultados de la EPS no son los mejores, nadie duda de que Saludcoop estaba quebrada antes de la intervención y era una amenaza para el sistema de salud. Aun así, los escándalos que están surgiendo alrededor de la liquidación demuestran que esta EPS es una joya de la corona que muchos quieren poseer.
En la venta de los activos, especialmente de las clínicas, también hay grupos que están chocando por quedarse con ellas. Desde el año pasado existe el rumor de que varios funcionarios y exfuncionarios del gobierno estarían gestionando su venta a un grupo de México. Pero a su vez, otro grupo, apoyado por varios reconocidos parlamentarios, ha estado moviendo las grabaciones en los medios, pues estaría también interesado en esas IPS en asocio con empresarios de la salud de la costa.
En esta confrontación también están chocando los intereses de los grandes contratistas de la salud, algunos de los cuales querían pasar de Saludcoop a Cafesalud o entrar a morder algo de los 900.000 millones de pesos que Grosso adjudicó en los últimos meses. Y para caldear aún más el ambiente, otro grupo quiere que Cafesalud no sea vendida y se convierta en una gran EPS pública sobre la cual se pueda crear un nuevo modelo de salud estatal.
Es tan alta la probabilidad de que los directivos de Cafesalud estén chuzados, que los miembros de su junta directiva prefirieron llevar a cabo la reunión de esta semana en el Ministerio de Salud. Durante ese encuentro decidieron empezar a revisar y cancelar contratos que no sean fundamentales para la prestación de la salud o sobre los que haya dudas.
Lo que está pasando en Cafesalud es muy complejo, y, como dijo un miembro de la junta directiva, lo único que le queda al gobierno es vender lo más pronto posible la EPS y sus activos, para que no sigan perdiendo valor ni queden expuestos a los intereses oscuros que están detrás.