REFORMA

“Es diabólico como se desmonta el poder judicial”

El magistrado del Consejo de Estado Gustavo Gómez habla con Semana.com respecto al proyecto de equilibrio de poderes que cursa en el Congreso.

27 de mayo de 2015
Gustavo Gómez Aranguren. | Foto: Archivo SEMANA

La semana pasada algunos jueces y magistrados de tribunales del país protestaron de manera pacífica (en toga y cinco minutos de silencio) contra el proyecto equilibrio de poderes, el que consideran que atenta contra la autonomía del poder judicial.

En esa manifestación sobresalió el consejero de Estado Gustavo Gómez Aranguren, que de manera abierta y directa ha expuesto los pros y los contras de esta reforma que avanza en el Congreso de la República.

En entrevista con Semana.com asegura que la iniciativa, impulsada por el Gobierno, es “diabólica y perversa” puesto que desmontaría el poder judicial.

Semana.com: ¿Cuáles son los principales defectos que ve en el proyecto de ley?

Gustavo Gómez: En el campo de la independencia y la autonomía judicial hay un fuerte vacío. Si hay acaso proceso de paz, esta reforma no tiene los elementos para responder a la demanda de justicia. Es decir, crear juzgados, modificar el mapa judicial para juzgar a las personas que se reincorporen a la vida civil. La rama deja de ser un poder en concreto y se convierte en una actividad de menor jerarquía que, por ejemplo, la Procuraduría, que mediante una ley orgánica maneja su presupuesto, su planta de personal y elabora las políticas de la entidad.

Semana.com: ¿Cuál considera que es la principal razón del afán del Congreso para aprobar la reforma de equilibrio de poderes?

G. G.: Me parece que en este momento lo que se quiere es desmantelar la rama judicial para que no estorben sus tutelas en los costos de los servicios públicos que se manejan por privados. En consecuencia, sé que la rama judicial es un huésped incomodo frente a negocios como los de la salud, la seguridad social, las pensiones y los del manejo del espectro. Las decisiones de los jueces son incómodas. Existen intereses económicos de privados. Sería deseable en tema empresarial que no tuviéramos una justicia tan protagonista.

Semana.com: ¿Los magistrados le tienen miedo a tener un juez?

G. G.: En absoluto, es bueno que existan jueces para los magistrados, pero tienen que ser idóneos para tal propósito. Es diabólica, malévola y perversa la forma como se desmonta el poder judicial. Un poder es poder en la medida en que puede autorregularse y tiene recursos económicos que le permitan cumplir su función. El poder judicial tiene dos aristas: funciona como servicio público y funciona como poder del Estado. Ningún interés político puede desconocerlo.

Semana.com ¿Qué opinión tiene respecto al incidente presentado entre el ministro de la Presidencia, Néstor Humberto Martínez, y la representante Angélica Lozano, en uno de los debates de la reforma?

G. G.: Lo que yo he sentido es que en este proyecto suceden cosas nuevas. Es claro que existe una improvisación en las personas que impulsan este proyecto, un día jalonan para un lado, de pronto regresan y proponen cosas que no existían en el pasado. Los episodios que el país conoció sobre enfrentamientos entre el ministro de la Presidencia (Néstor Humberto Martínez) y una señora representante (Angélica Lozano) muestran bien claro como esto se convierte en una feria de intereses de baja categoría, lo cual no es serio ni justo con los colombianos.

Semana.com ¿Por qué es usted el único magistrado de una alta corte que sale a protestar?

G. G.: El poder judicial no tiene voceros, he acompañado una protesta con dignidad, no salir a hacer paros ni movilizaciones. Es para hacerle ver al país la tristeza del desmonte de la Carta del 91, es importante que la sociedad civil conozca la amenaza con esta reforma. La respuesta del poder judicial es una respuesta testimonial. Nosotros somos hombres y mujeres de derechos. La historia no se acaba aquí, cuando los efectos de estas decisiones afecten al Estado colombiano, cuando al señor presidente se le presenten realidades complejas y de difícil solución, pues seguramente se moverán procesos de consenso en los que se haga una buena rectificación de esta improvisación.

Semana.com ¿Qué le espera al ciudadano con la aprobación de la reforma?

G. G.: El ciudadano va a tener una rama judicial sin recursos, unos jueces que tendrán que congraciarse siempre con los ministros de turno, con los congresistas, y por lo tanto cuando haya que tomar decisiones fuertes para frenar abusos, pues no tendrá la fortaleza de la actualidad. El juez quedará solo y desamparado. El pueblo colombiano va a tener una justicia más mediocre que la que tiene en este momento.