ENTREVISTA

‘Estoy pagando muy cara mi ingenuidad’

Daniel Ángel, uno de los más cercanos asesores de DMG, aceptó hablar en exclusiva con SEMANA. Revela los alcances de su relación con David Murcia, cuál fue su verdadero rol como enlace con el poder, cómo terminó de testaferro y qué lecciones saca de este escandaloso episodio.

14 de febrero de 2009
Daniel Ángel Rueda dice que sólo empezó a preocuparse cuando vio que en DMG no presentaban la contabilidad de sus negocios

La crisis de las captadoras ilegales de finales del año pasado vino de la mano de una noticia que conmocionó a los más altos círculos sociales de Bogotá: la captura de Daniel Ángel Rueda, un productor de televisión, miembro de una apreciada familia del norte de la capital. Impactaron las imágenes de Ángel esposado y su foto incluida en un organigrama criminal de DMG. No era creíble que fuera la misma persona que se caracterizó por ser el alma de la fiesta, y que de la noche a la mañana pasó de su elegante mundo familiar a una vida de derroches, yates de lujo, carros blindados y escoltas.

La semana pasada, él y Margarita Pabón Castro, hija consentida de la sociedad costeña, reconocieron ante un juez que lavaron dinero fruto de la captación ilegal de DMG. Al confesar lograron que sus condenas se redujeran a la mitad y comenzaron a cumplir los 53 meses de prisión que les impuso la justicia. Ángel accedió a hablar de su vertiginoso paso como empleado de DMG y del dolor que hoy siente por no haber atendido las muchas voces que le advirtieron para que se saliera de ese negocio.

SEMANA: ¿Cómo una persona de su entorno social llega donde David Murcia?

Daniel Ángel: Un amigo me invitó a trabajar en el canal Body Channel. Eso fue en septiembre de 2006. Cuando empecé supe que era de un pelado joven de Putumayo que tenía un negocio interesante de unas tarjetas. Nunca me preocupé por saber mucho. Hasta que un día me dijeron que David Murcia necesitaba una persona que hablara inglés y que tuviera visa gringa para traer a Cartagena la representación de unos yates de lujo. Acepté y así lo conocí.

SEMANA: ¿Qué hizo que usted creyera tanto en Murcia?

D.A.: David Murcia es una persona muy interesante y genera mucha credibilidad. Transmite una gran seguridad, sobre todo cuando hablaba de su DMG, de sus tarjetas y su comercializadora. Siempre creí en él.

SEMANA: ¿Y qué piensa hoy sobre él?

D.A.: Sigo creyendo en David Murcia como persona. Pero creo que todos nos equivocamos y en algún momento a él se le salió esto de las manos.

SEMANA: ¿Se le salió de las manos, o fue un negocio pensado como una pirámide?

D.A.: No, en ningún momento. Creo que David tuvo un sueño y arrancó con su proyecto, pero no se asesoró bien. Para mí, la gente que manejó su contabilidad fue la razón fundamental para que haya fallado el proyecto DMG.

SEMANA: ¿Nunca tuvo dudas del origen de tanto dinero en efectivo?

D.A.: Me basé en lo que él me transmitía. Conviví con David Murcia mucho tiempo y jamás escuché una conversación extraña, jamás lo escuché conversando con gente rara. DMG tenía toda la banca encima. Fue cuando yo, por medio de las relaciones que tengo, traté de buscar los mejores abogados para que dieran un concepto de lo que estaba pasando. Si hubiera pensado que eso era un negocio turbio, no habría buscado los abogados con mayor credibilidad en el país. Habría buscado unos abogados turbios.

SEMANA: ¿A qué asesores llevó a DMG?

D.A.: Inicialmente busqué a Jorge Armando Otálora, pero él estaba inhabilitado porque acababa de salir de la Fiscalía. Entonces nos recomendó a Jaime Bernal Cuéllar. Revisó papeles y dijo que al asunto de las tarjetas prepago no le veía problema, pero cuando empezó a pedir documentos de contabilidad y no se los dieron, qué concepto podía dar. Nunca pudo dar un concepto.

SEMANA: ¿Cuándo fue el punto de quiebre del DMG?

D.A.: Fue al final. Ahí yo estaba muy preocupado porque no entendía qué era lo que estaba pasando. ¿Por qué no presentan la contabilidad? ¿Qué era lo que estaba pasando?

SEMANA: ¿Pero su trabajo también consistía en acercar a DMG a la farándula y al poder?

D.A.: Ahí hay una gran equivocación. Conozco y soy amigo de muchos, pero nadie de la farándula puede decir que le presenté a David Murcia.

SEMANA: ¿Y del poder?

D.A.: Lo único fue con Otálora y Bernal. He visto libros que dicen que con mi primo Bernardo Moreno (secretario general de la Presidencia de la República). Con él hablé una vez en mi vida sobre DMG y me dijo que me saliera.

SEMANA: ¿Y los hijos del Presidente?

D.A.: Soy muy amigo de los hijos del Presidente, y ese episodio me dolió en el alma. Jerónimo me dice un día: "Tengo un plan buenísimo, un proyecto con mi marca Salvarte, quiero hacer un documental que se llame 'Explorarte', viajar por todas las partes donde están las artesanías de Colombia". Le dije que estaba trabajando con Body Channel, un canal nuevo. Fue máximo cuatro veces y nos sentamos con los productores a inventarnos el tema. En medio de esto sale la noticia en la revista Cambio sobre el canal. Lo llamo y le digo: "Jero, está pasando esto, y te lo quiero decir yo". Me preguntó, "Daniel, ¿de quién es el canal?". Y yo le digo que el dueño se llama David Murcia. Entiendo que Jerónimo fue donde el general (Óscar) Naranjo y le preguntó qué problema veía y le dijo que en efecto había una investigación, y le recomendó apartarse. Nunca hubo un pago de ellos hacia nosotros o del Body Channel hacia ellos. Lo de las prendas prestadas fue antes en el lanzamiento del canal. Los invité, pero no asistieron. Enviaron sus prendas sin ninguna contraprestación ni nada. Yo no tengo por qué defenderlos, ellos son unas personas muy profesionales que tienen su negocio, ellos nunca tuvieron que ver con DMG, ni compraron tarjetas, ni los vi en la feria.

SEMANA: ¿La advertencia del general Naranjo no fue suficiente alerta para usted?

D.A.: Pero ¿en este país a cuánta gente no investigan? Dije, pues que investiguen. De lo que yo veía, ¿qué hay para ocultar? Yo veía que DMG y Body Channel nunca funcionaron en una bodega o en un garaje, siempre estuvieron abiertos a investigación.

SEMANA: La alerta que le hizo Bernardo Moreno, de la Presidencia, ¿tampoco fue suficiente para decir aquí hay algo raro?

D.A.: Cuando él me dijo, palabras textuales: "Aléjese de ahí, que ese muchacho no es claro". Yo decía, pero ¿por qué dicen eso? ¿Por qué no se toman el atrevimiento de conocer su proyecto? Porque todo el mundo decía que DMG era un lavadero y todo, y nadie se preocupaba por decir, bueno, venga y muéstreme el proyecto y tomamos una decisión. Sin mi relación, sin mi acceso, yo sé que David Murcia estuvo buscando varias veces al Presidente. Quería exponerle su negocio. Y nunca hubo este acercamiento, que yo pienso que habría hecho que las cosas acabaran de una mejor forma.

SEMANA: Pero ahora usted aceptó cargos de lavado de dinero. ¿En qué consistieron estas operaciones, si dice que sólo era un empleado?

D.A.: Le dije a mi abogado: "No voy a aceptar cargos. No soy un lavador, no soy un delincuente, yo me voy a juicio". Y me dice mi abogado: "¿Usted sabe lo que es lavar activos?" Y yo: "Claro, narcotráfico". Y me dice: "Daniel, lavar activos tiene 17 verbos rectores". En el lavado de activos hay un verbo que dice que por consecuencia de la captación masiva de capital, se deriva en el lavado de activos. Yo presté mi nombre para comprar unas propiedades en Estados Unidos sin pensar que estaba delinquiendo. Cometí un error.

SEMANA: Pero en las grabaciones de la Policía hay conversaciones muy comprometedoras de usted con su primo de México en las que hablan de maletines con millones de dólares en billetes de baja denominación.

D.A.: David me dijo que quería expandir el negocio y que necesitaba unas personas de confianza que le recibieran la plata en México para montar el negocio allá. Le recomendé a mi primo Santiago. Le digo que DMG no tiene banco, y la idea es que reciba la plata y se la entregue a una persona. David cuadra el negocio con él. Eran cosas que yo no manejaba. Un día mi primo me llama y me dice: "Dani, no se imagina, me entregaron un millón de dólares, me dieron un maletín con billetes de 10 y de cinco y no se imagina el susto con esa vaina".

SEMANA: ¿Y eso no le pareció extraño?

D.A.: Claro, pero yo decía: "¿En qué estamos metidos?". Yo sabía que la plata era de DMG, pero no sabía cómo hacían para transferir esa plata. Porque como no era con bancos, no sé si compraban divisas, no sé qué sistema usarían. A Santiago le entregaron la plata y ya. ¿Cómo se la entregarían, quién se la entregaría? No tengo la menor idea.

SEMANA: ¿No le suena demasiado ingenua su respuesta?

D.A.: Pues, sinceramente, en ese sentido no sé si fui muy ingenuo o andaba tan llevado de trabajo que no pensaba en eso. Para mí era una plata para abrir una oficina en México. Jamás pensé algo raro. Fui ingenuo en muchas cosas y son las que aprenderé para toda la vida, y estoy pagándolas muy caro.

SEMANA: ¿Metería las manos al fuego por la transparencia de este tipo de situaciones?

D.A.: Hoy día no puedo meter la mano en el fuego. Hasta donde conocí a David, no creo que necesitara plata del narcotráfico o del paramilitarismo. Con la cantidad de gente que iba a llevar su plata, ¿para qué iba a necesitar plata sucia?

SEMANA: ¿Suena increíble que hacer negocios de esta clase donde también les entregaban dinero en el exterior y ustedes lo entregaban en Colombia no se le pareciera al clásico lavado de activos, más con una formación como la suya?

D.A.: Mire, en este momento tanto es así, que acepté mi error. En ese momento tal era mi desaforo por hacer las cosas bien, por lograr buenos negocios, por sacar el tema adelante. Quería demostrarle a la gente que DMG era un buen proyecto, que podía funcionar. Siempre fui el más entusiasta. Trabajaba de sol a sol porque yo pensé que algún día se iba a sacar adelante el tema, porque yo nunca sabía el centro de lo que estaba pasando.

SEMANA: ¿Tenía una suerte de presión social de querer mostrarse como una persona exitosa en un contexto donde gran parte de sus círculos de amigos son personas de gran reconocimiento?

D.A.: Claro, en parte. En parte, mi orgullo. Cuando me decían: "Daniel, eso no va para ninguna parte, eso va mal", yo decía: "No, tengo que mostrar, no veo nada turbio".

SEMANA: Luego de su captura varios de sus amigos que tienen vida pública tuvieron que salir a dar explicaciones, ¿qué piensa sobre eso?

D.A.: Me duele mucho haber puesto a amigos míos del alma a dar explicaciones sobre ese tema tan delicado y me queda la tranquilidad de jamás haberles pedido un solo favor ni haberlos inmiscuido en este proyecto.

SEMANA: ¿En algún momento le dijeron algo?

D.A.: Sí, David Luna en muchas ocasiones me dijo: "Dani, tenga cuidado, analice bien". Nunca me juzgaron. Creo que nadie tiene el valor moral de juzgar. Creo que Dios es el único que puede juzgarlo a uno. A mí muchos me han juzgado sin conocer la realidad. Por eso doy esta entrevista, porque es la única que he dado, porque estoy hablando con mi verdad, yo no estoy pretendiendo que me digan que soy una persona buena o mala. Quiero contar la verdad, la única verdad es lo que estoy hablando.

SEMANA: ¿Se sintió utilizado por DMG?

D.A.: Para nada. No me sentí utilizado, yo siempre hice mi trabajo creyendo en lo que sentía. Nunca me obligaron a hacer nada, todo lo que hice lo hice por mi intuición.

SEMANA: ¿Pero hay grabaciones suyas donde dice que está aburrido de ser testaferro de Murcia?

D.A.: Para mí ese es mi pecado, por el cual estoy pagando mi condena. A mí me asesoraron y me dijeron que no había ningún problema en que yo pusiera unos inmuebles a mi nombre. Que apareciera como mánager junto con Margarita de unas compañías de Estados Unidos que eran las dueñas de los inmuebles. En el momento no le vi nada de malo. Un abogado nos dijo que no había ningún problema porque no íbamos a sacar la plata del país. La plata la recibían en Colombia. Entonces ahí no había lavado, no había nada. Cuando empecé a preguntar, me empecé a preocupar, y ahí le digo a un amigo: "Yo no quiero ser el testaferro de David Murcia", porque me di cuenta en lo que estaba metido. Vivía asustado y ya no tenía cómo salirme. Cuando yo fui a Panamá el último fin de semana, fui a renunciar. Pero entonces es cuando se cae Drfe, y pensé: "¿Cómo voy a dejar a David en ese momento?" Si yo soy su amigo, cómo iba a dejarlo botado en semejante totazo. Yo no fui capaz de renunciar, porque yo fui leal a David hasta el último momento, yo fui su amigo, aprendí a conocerlo, creí en él y hasta el último momento estuve con él.

SEMANA: ¿Teme por su vida?

D.A.: Totalmente. Hay mucha gente que piensa que yo traicioné a David Murcia, cuando yo no he traicionado a nadie. Temo por mi vida por eso y por el nivel en que nos ponen los medios de comunicación a mí y a mi familia, como si fuéramos unos millonarios. Soy una persona sencilla, que a lo último andaba con escoltas, andaba en un carro blindado porque estaba manejando un cargo muy alto.

SEMANA: A una persona que ha tenido una vida rodeada de oportunidades, ¿qué lección le deja todo esto?

D.A.: Que uno debe oír a su gente. Cuando a uno la gente que lo quiere, le dice las cosas, se las dice porque lo quiere no porque está envidiosa o por cualquier otro motivo.

SEMANA: ¿Se arrepiente?

D.A.: No me arrepiento de haber trabajado en DMG. Me arrepiento de haber cometido el delito que cometí, de haber puesto esas propiedades a mi nombre, pero no de haber tratado de sacar mi sueño adelante.

SEMANA: Murcia quiere continuar su negocio. ¿Volvería con él?

D.A.: No. Hoy día lo único que quiero, después de este episodio tan tormentoso, es salir de acá a criar mi hijo. A tener otro hijo. A trabajar en lo que me gusta, en mi televisión y mis cosas. No me metería en un tema financiero ni de comercialización ni nada más. Creo que ya quedó aprendido eso.

SEMANA: ¿Qué le dice hoy a su hijo que está próximo a nacer?

D.A.: Hijo, me equivoqué, en algún momento de mi vida estuve ciego, pero tuve el valor de enfrentarme a mí mismo, a la sociedad, de poner la cara, de pagar mi error. De salir adelante y de empezar una nueva vida.