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Correr la fecha de la dejación de armas es una necesidad: FARC

Tras el cruce de información entre Jean Arnault, María Ángela Holguín y Sergio Jaramillo, el grupo guerrillero -a través de una carta- le pide a la ONU que cambie el calendario.

21 de febrero de 2017
| Foto: AFP

Ni el Gobierno, ni las FARC, ni la ONU consiguen hablar el mismo idioma. Horas después de la dura respuesta de María Ángela Holguín y Sergio Jaramillo al jefe de la misión de la ONU Jean Arnault, por sus reparos a la implementación del acuerdo de paz, el grupo guerrillero tomó partido en la puja e inclinó la balanza a favor de la propuesta de correr el calendario de la dejación de armas.

"Es como una necesidad", le dijo el Estado Mayor de las FARC a Naciones Unidas después de detallarle en cuatro páginas cuáles son las dificultades con las que se han encontrado en terreno. "Ninguna de las 26 zonas tiene la infraestructura para albergar a los guerrilleros en condiciones de normalidad. Todos ellos están pernoctando en cambuches improvisados", advierten.

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Las FARC le salen al paso a los reiterado mensajes que les ha llegado desde el Gobierno sobre la inquebrantable posibilidad de correr la fecha de la entrega de armas. El último en pronunciarse fue el jefe del Comando Estratégico en Transición de las Fuerzas Militares, general Javier Flórez, quien insistió que el proceso se llevará a cabo la próxima semana.

"La entrega de armamento físico la iniciamos a partir del primero de marzo con el 30 %, el primero de mayo otro 30 % y el primero de junio el 40 %, y quedan entregadas todas las armas", informó. De las FARC no obtuvo más que un llamado a la paciencia. ¿La razón? Pese a los recientes balances que se han emitido desde la Oficina del Alto Comisionado sobre los actuales estados de las zonas, las FARC desmintieron que "el 80 % de las áreas comunes estén concluidas".

Agregan: "A la gente nuestra le ha tocado hacer sus dormitorios con plásticos y palos al mismo tiempo que ponen su mano de obra en la construcción de las mencionadas áreas comunes y de lo que irán a ser sus lugares de vivienda".  

Un nuevo ingrediente exacerba el malestar que se ha venido sintiendo no sólo por las dificultades a la hora de sacar adelante las leyes y reformas que se necesitan en el Congreso, sino también por lo empantanada que ha estado el aterrizaje de los acuerdos en terreno.

Pese a que las FARC son enfáticas en su carta en que las "demoras no son por falta de voluntad suya" y reiteran la necesidad de que "prontamente se activen los protocoles", le dicen al Gobierno que es necesaria la realización de "unas condiciones mínimas para la ejecución de los mismos".

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Según detallan, aún no están resueltos los problemas de agua potable y energía. En ese sentido, invitan a las partes para fijar espacios de materialización de aspectos del acuerdo que ya debieran de estar cumplidos, como la destrucción de las armas inestables que no se llevó a cabo antes de que entraran a las zonas veredales.

En el comunicado, finalmente las FARC retoman varias de las inquietudes que había expuesto Jean Arnault, como el de la seguridad jurídica para los guerrilleros, y se van contra las críticas que hizo el Gobierno al Mecanismo de Monitoreo y Verificación (MMV) -encabeza de la ONU- por lo que hasta ahora ha sido su gestión.

"Nos parece temerario el apunte gubernamental de que el MMV guarda silencio ‘ante muchos hechos violatorios de los protocolos que rigen el cese al fuego y la Dejación de Armas‘. Esta no es otra cosa que una acusación a las FARC de estar violando los protocolos, lo cual desconoce todos los esfuerzos que hemos hecho para llegar a las Zonas Veredales, a pesar de la falta de gerencia y de la improvisación del Gobierno", puntualiza la misiva.