CORRUPCIÓN
Juegos de azar: “el ratón cuidando el queso”
¿Cómo terminaron investigadas más de 20 personas, entre ellas exdirectivos de Coljuegos, en una red que permitió una millonaria evasión de impuestos en juegos de azar?
Colombia es uno de los países en donde una gran parte de la población gasta su dinero en juegos de azar y las llamadas máquinas tragamonedas. Esa actividad le genera al Estado miles de millones de pesos en rentas que se destinan para financiar la salud de los colombianos. Al año una sola maquinita que opera de forma legal paga 7 millones de pesos en impuestos. Y aunque no hay una cifra exacta se calcula que hay más de un millón de estas.
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Esta actividad es extremadamente rentable e importante para las arcas del país. Sin embargo, justamente por las altas sumas de dinero que se mueven también presenta un lado oscuro: la evasión. Los cálculos de las autoridades competentes estiman que la cifra de impuestos que no se pagan por usar maquinitas ilegales, entre otras, puede llegar a los 350.000 millones de pesos. Este monto explica por qué organizaciones criminales como la Oficina de Envigado o el Clan de Golfo han comprado y tienen maquinitas tragamonedas como parte de sus ‘líneas de negocios’.
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La entidad encargada de controlar y vigilar las actividades de los juegos de azar es Coljuegos, que reemplazó a la liquidada Etesa. Sus funcionarios en compañía de la policía realizan periódicamente inspecciones a casinos, locales y lugares en donde están estas maquinitas con el fin de verificar que operen en regla y paguen impuestos. Las penas son estrictas. Quien posea una de estas sin permiso puede tener una sanción de 55 millones de pesos por cada una, la cual es decomisada y destruida, y se expone a una pena de 6 a 8 años de prisión. Anualmente se pueden incautar en promedio un poco más de 1.500 de estos aparatos en todo el país.
Sin embargo, a comienzos del año pasado un informe de auditoría realizado por la Agencia del Inspector de Tributos, Rentas y Contribuciones Parafiscales descubrió graves irregularidades en Etesa y Coljuegos. Esencialmente otorgamiento de contratos irregulares a casinos para que operaran de manera ilegal las maquinitas. El caso llegó a la Dirección Nacional contra el Crimen Organizado de la Fiscalía y junto con el grupo anticorrupción de la Dijín comenzaron las pesquisas que terminaron hace dos semanas con una gran sorpresa.
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Después de más de un año de investigación, encontraron que quienes debían velar por controlar la evasión y los juegos de azar, irónicamente, eran los mismos que estaban involucrados en una red que permitía y promovía el uso de esas máquinas ilegales. Adicionalmente, avisaban a algunos dueños de estos aparatos ilegales cuándo se iban a realizar operativos de control con el fin de evitarlos. “Era como el ratón cuidando el queso”, dijo uno de los investigadores.
Hace pocos días la Fiscalía detuvo a un expresidente y un vicepresidente de Coljuegos, así como a dos exgerentes de Etesa, junto a otras 28 personas, sindicados de interés indebido en la celebración de contratos, concierto para delinquir, fraude procesal y prevaricato. Se trató de la primera vez que altos funcionarios que controlan los juegos de azar eran llevados a la justicia. En el caso concreto que ocurrió en el Eje Cafetero se documentó que los exdirigentes permitieron la evasión de más de 2.000 millones de pesos. “Es la punta del iceberg. Este fue el caso con el que se imputó. Pero hay más de 20 similares que están en investigación con cifras astronómicas y en los que estarían involucradas las mismas personas”, explicó un funcionario de la Fiscalía. Los capturados fueron llevados ante un juez en Manizales que los dejó en libertad, mientras sigue esta investigación que dará mucho de qué hablar.