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Historia insólita en La Picota. Un capo ingresó celulares de “contrabando”, lo extraditaron, los equipos desaparecieron y ahora reclama al Inpec por el robo
Se trata de Olmes Durán Ibargüen, un narcotraficante de la nueva generación del Valle del Cauca, quien a través de su abogado reclama la devolución de cuatro Iphone 15 y cinco proyectores Kodak.
En las cárceles del país quien tiene plata y poder manda, no importa en qué patio o en qué prisión, ni el pabellón de extraditables se salva y la muestra es la historia de un particular reclamo que está haciendo el capo del narcotráfico de la nueva generación en el Valle del Cauca, Olmes Durán Ibargüen, conocido como el Señor del Pacífico.
La historia es así. Olmes Durán estaba detenido en La Picota, en el PAS, el pabellón especial de alta seguridad, donde están detenidos temporalmente los más peligrosos delincuentes, en especial narcotraficantes, que están pedidos en extradición.
Durán logró ingresar a este patio cuatro celulares Iphone 15 y cinco proyectores Kodak, no eran equipos baratos, y su costo podía llegar a los 40 millones de pesos. Con estos equipos el denominado Señor del Pacífico no solo tenía cómo comunicarse a sus anchas mientras se encontraba en la cárcel, sino que podía montar salas de “cine” improvisadas con los proyectores, unos lujos inexplicables, pero nada extraños en las cárceles de Colombia, donde el dinero lo puede todo.
¿Cómo entraron esos equipos? Nadie lo sabe, claramente hubo complicidad de la guardia para que pudieran llegar a las manos de Olmes Durán Ibargüen.
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La extradición y el robo
Pero la historia no termina ahí. El 20 de marzo, Durán Ibargüen fue enviado en extradición a los Estados Unidos, salió, como suele suceder, apenas con la ropa y los implementos básicos de aseo. Era obvio que sus costosos aparatos tecnológicos no eran parte del trasteo.
El caso resultó tan insólito que el Señor del Pacífico hizo un inventario de los equipos que le fueron retenidos, como si se tratara de elementos que pudiera portar en el Pabellón de Extraditables, uno a uno, fueron registrados en la Boleta de Registro y Control # 039896, que incluso estaban acompañados de la factura de compra legal.
Hasta ahí hay varias cosas inexplicables. ¿Cómo entró los equipos? ¿Hubo complicidad de la guardia del Inpec en el ingreso? ¿Era conocido que los tenía en el pabellón? Nada de esto tiene respuesta.
Pero lo que llama la atención ahora es que el abogado defensor Durán Ibargüen reclama la devolución de los equipos que se los habrían robado. Sin hacer referencia a la ilicitud que significa tener esos aparatos en la cárcel, sin mayor vergüenza, vía derecho de petición pide su regreso.
La insólita historia termina con una duda, los equipos existen, estaban en el pabellón, fueron debidamente registrados en una minuta, y ahora no aparecen. Todo apunta a la guardia del Inpec, ¿la corrupción da para que incluso desaparezcan de la noche a la mañana equipos que pueden costar hasta 40 millones de pesos?