POLÉMICA

¿Qué es lo que está matando a la Ciénaga Grande de Santa Marta?

El informe de la Misión Ramsar de Asesoramiento advierte que el ecosistema está agonizante pues las aguas están contaminadas y además los peces y el manglar están desapareciendo. Estos son los resultados.

Carlos Lozano Acosta*
6 de junio de 2017
| Foto: Guillermo Torres

Colombia es parte de la Convención de Ramsar, un tratado internacional para proteger los humedales. Fue el primero en ocuparse de un tipo de ecosistema en específico y sirve para salvaguardar ciénagas, manglares, páramos y lagos, entre otros entornos. En la actualidad, protege 2.100 humedales, que suman 208 millones de hectáreas alrededor del mundo.

Ese tratado tiene un mecanismo denominado Misión Ramsar de Asesoramiento, por medio del cual un grupo de expertos internacionales examinan la situación de un humedal amenazado y hacen recomendaciones altamente especializadas al gobierno respectivo, con el fin de mejorar sus condiciones.

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A pesar de haber sido declarada un sitio Ramsar, la Ciénaga Grande de Santa Marta está muriendo. Por ese motivo, la clínica jurídica Universidad del Norte, la Universidad de la Florida y la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente solicitaron al Secretariado de la Convención el envío de una Misión Ramsar para ese ecosistema. Para realizarla, debió ser requerida por el Estado colombiano.

Los resultados de estas visitas son técnicos pero también políticos, porque representan, en últimas, el pronunciamiento de una instancia internacional.

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La Misión Ramsar visitó el país el año pasado y entregó sus hallazgos, que se conocieron recientemente. En suma, encontró una Ciénaga agonizante. Urge al gobierno a tomar medidas, pues las aguas están contaminadas, taponadas y sobreexplotadas y además los peces y el manglar están desapareciendo. Encuentra que el uso intensivo de los acuíferos es grave y probablemente irreversible. Sobre todo, despejó cualquier duda sobre el origen humano de la tragedia ambiental que allí ocurre.

El informe también da cuenta del impacto que ha tenido la infraestructura vial y que los deteriorados ríos que desembocan en el sitio cada vez aportan menos agua. El taponamiento de los caños y la sedimentación también han contribuido a esa reducción. Hay polución de metales pesados y pesticidas. En resumen, lo que está matando a la ciénaga es el cambio drástico y desregulado de los usos del suelo.

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La misión recomendó al gobierno actualizar la información sobre la dinámica del agua, es decir, la forma como interactúan los contaminantes, nutrientes y las aguas dulces y saladas, pues el deterioro de la ciénaga tiene mucho que ver con su alteración. Comprenderla es el punto de partida para tomar decisiones. También pidió mejorar la coordinación interinstitucional, tener un monitoreo adaptativo del ecosistema y crear un sistema de alertas tempranas. De igual forma, sugirió vigilar la conectividad de la ciénaga con la Sierra Nevada, las aguas subterráneas y con el propio mar.

No obstante lo anterior, la recomendación más importante de la misión es incluir la Ciénaga Grande en el Registro de Montreaux, un listado de humedales Ramsar que están en grave riesgo de desaparecer por el deterioro ambiental. Cuando un sitio ingresa al registro, significa que su condición es crítica. Pero también es una oportunidad para elevar el perfil del ecosistema y acceder a recursos para salvarlo.

El informe de la misión da luces para salvar ese complejo natural, famoso globalmente por ser ese lugar mágico que, según los gitanos que llegaron a Macondo, no tenía límites. El balón está ahora en la cancha del gobierno nacional.

*Miembro de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente AIDA.

*Fotografías de Guillermo Torres / SEMANA