AMBIENTE
Insólito hallazgo de tráfico de animales
Las autoridades ambientales se mostraron sorprendidas por la forma en la que varios loros llegaron a la Terminal de Transportes de Bogotá.
Un operativo realizado a diferentes buses interdepartamentales en la Terminal de Transportes de Bogotá, sede Salitre, puso al descubierto una nueva práctica de tráfico de animales silvestres que fueron transportados en diferentes envases y tubos PVC desde diferentes regiones del país.
Si bien todas las aves fueron traídas en deficientes condiciones, una de las que más llamó la atención fue una lora real a la que metieron en un frasco similar a los de aceite para carro.
“Pero también llegado toches camuflados en maletas, loras dentro de baldes, a los cuales les abren pocos huecos para que sobrevivan el largo viaje. En algunas ocasiones los animales son anestesiados, para así evitar que hagan ruido y alerten a las autoridades”, sostuvo Milton Rengifo, secretario de Ambiente (e) de Bogotá.
La mayoría de los loros son atrapados en los bosques húmedos del país por lo que al llegar a Bogotá sus complicaciones de salud empiezan por sus pulmones, órganos que por la altura de la ciudad empiezan a llenarse de agua.
Otra de las dificultades radica en su dieta. Estos animales al estar en cautiverio tienen un régimen alimenticio que les proporciona su hábitat, pero en las ciudades las personas que los compran en los mercados ilegales les brindan, por lo general, pan y chocolate lo que desencadena fallas en sus principales sistemas.
A esto se suma la pérdida en la capacidad de vuelo por dos situaciones. La primera, porque al momento de ser capturados les son cortadas sus alas. La segunda, por los espacios tan reducidos en los que son enjauladas.
Especialistas ambientales sostienen que en su hábitat los loros reales vuelan cada día entre 300 y 400 kilómetros, distancia que, obviamente, no cubren estando encerrados.
Ante esta situación, los entes encargados del control ambiental aumentarán los operativos para que el puente festivo de Reyes, fecha en la que llegará la mayoría de viajeros a la capital, no ingresen animales silvestres a la ciudad.
"En diciembre de 2012, se decomisaron aproximadamente 280 animales, pero enero, cuando regresan los viajeros, es el mes más crítico para la fauna silvestre", advirtió Rengifo.