El vicepresidente Germán Vargas Lleras se juega su futuro con una ambiciosa política de infraestructura. Como ningún otro, espera la venta de Isagén. | Foto: Fotomontaje SEMANA

POLÍTICA

Por obvias razones, Cambio Radical apoya la venta de Isagén

Aunque son más los partidos políticos que se oponen al negocio, el de Vargas Lleras sabe que en esa venta está parte del futuro político de quien será su candidato presidencial.

12 de enero de 2016

La primera gran controversia política del año no ha sido el proceso de paz. Aunque este es el año decisivo para el fin del conflicto, la subasta de Isagén, que tendrá lugar este martes a pesar de que sólo hay un ofertante, se ha convertido en el asunto que más ha ocupado a los dirigentes políticos del país.

Todos, sin excepción, se han pronunciado. Y lo particular es la forma como lo han hecho. Salvo en el Partido de la U, incondicional a las decisiones del presidente Juan Manuel Santos, esta controversia ha generado coincidencias hasta antes inesperadas.

Desde orillas opuestas, la venta de Isagén ha puesto en sintonía a históricos contradictores. Desde Álvaro Uribe hasta Jorge Robledo, Horacio Serpa a Gustavo Petro, o, lo que es igual, el uribismo, el Polo, liberales, verdes, progresistas, algunos conservadores y hasta las FARC, se declaran en oposición a la venta de una de las empresas más valiosas del Estado, que mantiene el 56 % de participación accionaria: toda una 'joya de la corona'.

A tal punto ha llegado la controversia, que el Partido Liberal, aliado incondicional del presidente Santos, insinuó que si se vende Isagén se marginan de la Unidad Nacional. De esta coalición hace parte también Cambio Radical, que, a diferencia, se la juega a fondo con la venta de esta generadora de energía. Incluso, su director, Rodrigo Lara Restrepo, la define como “una decisión acertada en un momento oportuno”.

Cambio Radical esgrime ocho razones para que el Estado se desprenda de su participación, que es del 56 % del paquete accionario. Dicen que el mercado energético no necesita del Estado, que las intenciones de vender Isagén es una idea prevista desde el gobierno de Andrés Pastrana, o que es el mejor momento para esta venta.

“Colombia debe mantener tasas de inversión en la economía cercanas al 30 % del PIB a fin de crecer lo suficiente y generar empleo. Sin inversión, hay recesión y desempleo”, dice un comunicado del partido.

También aseguran que las acciones se van a vender a muy buen precio para el país. Se estima que ingresarán al Estado por lo menos 6,3 billones de pesos. Isagén, en el 2014, obtuvo unos ingresos de 2,33 billones de pesos y un beneficio neto de 436.538 millones de pesos.

Pero más allá de estos argumentos de corte económico, en materia política, la venta de Isagén sí puede beneficiar a alguien: las aspiraciones de Cambio Radical y su máximo líder, el vicepresidente Germán Vargas Lleras.

Todo porque, según lo ha explicado el Gobierno, los recursos de la venta de Isagén serán invertidos en el programa de carreteras de cuarta generación (4G), que para la actual administración son necesarias para superar el histórico atraso del país en materia de infraestructura.

Para nadie es un secreto que así como el presidente Santos se ha jugado su capital político en la paz, Vargas Lleras ha apostado por una revolución en la modernización de vías, puertos y aeropuertos, además de liderar el programa de 100.000 casas gratis para los más pobres. Todo el país sabe que el vicepresidente estará en la grilla de partida para la Presidencia en el 2018, y sus posibilidades, en buena parte, estarán determinadas por su gestión.

“Los cerca de 6,3 billones de pesos que se obtendrán con la venta de Isagén no se destinarán a gasto corriente del Gobierno. El propósito es capitalizar la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN), un banco de desarrollo nacional con reglas de funcionamiento corporativo y con socios de capital privado, lo que asegura un manejo profesional y serio”, se ha dicho desde Cambio Radical.

Añade un comunicado del partido que “un banco de desarrollo, como los que tienen Brasil, China y la Unión Europea para sólo citar unos ejemplos, es una extraordinaria herramienta de crecimiento para un país. Su propósito es financiar proyectos de infraestructura y servir de catalizador para que el ahorro privado haga lo mismo”.

Vargas Lleras no es el dueño de la chequera, pero con la venta de Isagén será uno de los mayores beneficiados. Por obvias razones, Cambio Radical apoya al presidente Santos en esta polémica decisión.