No se puede pensar que si hay una asamblea constituyente para que las Farc participen en política, se obviarán los delitos de lesa humanidad según Francisco Leal, profesor honorario de la Universidad Nacional y de la Universidad de los Andes, y uno de los ponentes del primer día del Foro sobre Participación Política.
Este encuentro, que se realiza el 28, 29 y 30 de abril, fue convocado por la mesa de negociaciones de La Habana para que generan diferentes propuestas de la sociedad civil que aporten en la construcción del segundo punto de la agenda del proceso de paz, que es la participación política.
Los ejes que se abordarán en dicho foro son los derechos y garantías para el ejercicio de la oposición política, los mecanismos democráticos de participación ciudadana, y las medidas efectivas para promover mayor participación en la política nacional, regional y local.
Semana.com habló con Leal para explicar cuáles son las opciones que tiene el grupo guerrillero para aspirar a cargos de elección popular, a propósito del encuentro.
Semana.com: ¿Cómo cree que debería ser una ruta de participación política para las Farc?
Francisco Leal: Las formas de una eventual participación política, que son muy diversas, pueden caber en los recursos que brinden la justicia transicional. El problema es cómo no contradecirse con la impunidad sino plantearlo como una alternativa de justicia.
Es decir, mediante la creación de nuevos movimientos políticos o de cupos transitorios en órganos de representación popular, como fue el caso del M -19. Incluso, se puede pensar en indultos por delitos menores.
Para ello, es necesario saber que hacer justicia no solo es condenar y meter a la cárcel. Es más importante pensar en las víctimas y que los victimarios cuenten la verdad de lo que hicieron.
Pero eso no se hace detrás de la opinión pública sino que hay refrendarlo por los mecanismos de la Constitución como una consulta popular o una asamblea constituyente que no son genérica sino limitada a determinados puntos.
Semana.com: Es allí, precisamente, donde los opositores del proceso de paz critican la participación política porque, según ellos, habría impunidad para los miembros de las Farc con una asamblea constituyente. ¿Qué opina usted al respecto?
F. L.: La opinión pública está polarizada y no necesariamente porque les importe mucho el proceso de paz. Lo que están haciendo, concretamente el Centro Democrático, es valerse de lo que pasa en La Habana para ocultar los intereses políticos que hay detrás.
No se puede uno asumir que si hay una asamblea se van a pasar por alto los delitos de lesa humanidad. Ya no estamos en la época en la que se hacían indultos y amnistías todos los días. Ya existe una Corte Penal Internacional que interviene cuando la justicia nacional no cumple su papel y el contexto colombiano también es muy diferente al de otros tiempos.
Semana.com: Suponiendo que estos mecanismos funcionen, ¿qué tan grande es el riesgo de que suceda lo mismo que pasó con la Unión Patriótica?
F. L.: La historia de la política del país siempre ha estado mediada por la violencia, unas veces más y otras menos. Parte de eso es el ejemplo de la UP. Pero la situación actual es distinta, no porque no haya corrupción sino porque existen coyunturas de inflexión que pueden frenar tanta violencia y revertir la tendencia estructural del país.
Semana.com: ¿Y cuáles son esas coyunturas de inflexión?
F. L.: En este momento, las Farc están convencidas de que no se pueden tomar el poder por la fuerza. Si no fuera así, no estarían sentados aceptando condiciones que no aceptaron en El Caguán.
Antes también era impensable que la guerrilla escribiera una carta a congresistas de Estados Unidos, al “imperialismo yankee” como dirían ellos. Y ahora lo hicieron para ganarse un contexto de factibilidad sobre el éxito de las conversaciones.
Es tiempo de que se solucione el conflicto con las Farc para manejar otros problemas de violencia como los que generan las bacrim, que es un eufemismo de neo paramilitarismo.
Es ahora cuando esas condiciones están dadas pero eso no garantiza que, de manera automática, todo salga bien. Para eso es la política en la que el gobierno tiene administrar de la mejor manera este proceso porque si no, se pierde la coyuntura.
Semana.com: ¿No cree que Centro Democrático intervendrá en la administración que haga Santos y en una posible inserción de las Farc en la política?
F. L.: Este gobierno tiene que ponerle freno a la polarización que inició el gobierno anterior. Si no lo hace, esa polarización podría llegar a que, en una posible refrendación, se votara ‘no’ a la participación de exguerrilleros en la política porque la opinión pública estaría manipulada por esa oposición que sólo quiere mostrar los puntos negros.
Es muy difícil que ocurran hechos como los del ‘Bogotazo’ o una revuelta popular, aunque la opinión pública sí es muy maleable según los insumos que reciba. Pero esas cosas son impensables en una sociedad como la actual.
A lo otro que le apuesta el sector uribista, que es el que agita más la polarización, es que la Fuerza Pública no le marche a este gobierno. Pero eso también es muy difícil porque en este contexto nacional e incluso en el internacional, los golpes de estado ya se dan de otras maneras y las dictaduras encuentran nuevos mecanismos menos ostentosos como la reelección.