Aunque lleva más de dos años lanzándole piedras desde la orilla al gobierno de Juan Manuel Santos, a partir de este 20 de julio el expresidente Álvaro Uribe se estrenará formalmente en el ejercicio de la oposición. En su vida pública nunca había estado en ese bando. La última vez que pisó el capitolio como senador (1986 a 1994) hacía parte del Partido Liberal, que en ese momento era el de gobierno, con los presidentes Virgilio Barco y César Gaviria.
Por eso este domingo se inaugura en condición de opositor con un partido recién fundado, pues este martes el Centro Democrático realizó la asamblea en la que definió los estatutos como organización política, primer requisito que demanda el Consejo Nacional Electoral (CNE) para pasar de grupo significativo de ciudadanos a partido político.
Uribe admite que la labor del Centro Democrático como bancada de oposición “será muy difícil” porque “somos apenas 20 de 102 senadores”. Uribe confesó que si en las elecciones del 9 de marzo hubiera obtenido las mayorías en el parlamento, no se habría posesionado.
El exmandatario considera que el Centro Democrático tendrá dificultades para hacerse oír en el Capitolio, toda vez que los otros 19 senadores que lo acompañan son ‘primíparos’ en el Capitolio, además de desconocidos para la opinión pública, salvo contadas excepciones. Por ello Uribe mantendrá su intención de posesionarse.
“Hay que ser terco”
A pesar de su condición de oposición, el uribismo presentará al Congreso 11 proyectos, iniciativas que en algunos temas coincidirán con las urgencias del Gobierno: la reforma política y electoral, la reforma a la justicia, a la salud, a la educación, y el fuero militar.
Eso hace pensar que vayan a existir coincidencias con el Gobierno y que su oposición sea matizada o constructiva, pero la instrucción de Uribe es buscar un equilibrio entre la “coherencia y la terquedad” frente a las iniciativas gubernamentales. “Yo soy lo segundo, terco”, dijo el exmandatario.
En materia de control político, los uribistas se enfocarán en cuatro frentes para controvertir al Gobierno: seguridad, inversión extranjera, estado austero y equilibrio de poderes, principalmente. Y no lo sustentarán en “discursos ocasionales y espectaculares”, como dice Uribe, sino con un trabajo periódico entre las regiones y el Congreso. La metodología será a través de los llamados talleres democráticos, los cuales servirán no sólo para fortalecer la organización política e ideológica del partido de cara a las elecciones del 2015, sino como una fuente de acopio de información para ser llevada al capitolio.
Seguridad e inversión
En materia de seguridad, la principal tesis que el Centro Democrático planteará es que hay un deterioro en seguridad producto del proceso de paz. “El discurso de la paz no puede servir para soslayar el deterioro de la seguridad”, dice Uribe.
Un segundo capítulo será el de la inversión extranjera, en la que el uribismo pretende demostrar que ha caído hasta en 8 %. Otro frente será el de las regalías, en las que denunciarán cómo el gobierno centralizó los recursos de los departamentos productores antes que distribuirlos equitativamente, y que la locomotora minera está detenida.
Además, el uribismo se enfocará contra una de las políticas sociales del gobierno Santos, la de las viviendas gratis. No sólo presentará un proyecto de ley alternativo de primas de vivienda, sino que cuestionarán el modelo de vivienda del actual gobierno. Según el uribismo, la política de casas gratis que impulsó Germán Vargas Lleras es una réplica del modelo de Lula Da Silva en Brasil que se están convirtiendo en tugurios. “Una cosa es entregar casas gratis a los más pobres y otra, llenarlos de tugurios con apariencia legal”.
Uribe y su bancada también harán oposición a los candidatos del Gobierno para organismos de control o para altas cortes que vayan a ser elegidos por el Congreso en el próximo período legislativo.
El expresidente cuestionó a Santos al señalar que en su discurso habla de respeto a la independencia entre instituciones, pero pretende manipularlas. “Este gobierno habla de respeto entre instituciones, pero presiona a las Cortes para mirar quién es el candidato de uno u otro órgano de poder u órgano de control". Por eso adelantará una discusión sobre los organismos de control y la elección de quienes las encabecen. “Los órganos de control deben estar en manos de la rectitud, de la imparcialidad, de la gran formación intelectual", fue la instrucción.
Y la otra materia en la que el uribismo anunció su ejercicio de control será el gasto estatal, bajo la premisa de que el actual gobierno es “derrochón” y que ha afectado el gasto social. Acá habrá un capítulo especial, y es un debate contra la llamada ‘mermelada’ del gobierno Santos.
Con la mira en el 2015
Al parecer, el ejercicio de oposición, que será férreo, es para Uribe una estrategia de cara a las elecciones regionales del 2015, que para él serán la “prueba de fuego” de su nuevo partido.
El propósito que tiene Uribe con la oposición en el Congreso es ganar credibilidad y opinión. Liderará esa tarea en el Capitolio, mientras que a la par, Óscar Iván Zuluaga organizará los cuadros regionales del partido. “Nuestros activos serán la organización política y la opinión”, dice Uribe al referirse que afrontarán las elecciones sin mayor maquinaria electoral.
La nueva oposición de derecha de Uribe será una novedad en el segundo período del presidente Santos. Y el reto para la Unidad Nacional no sólo será garantizar la oposición, sino contrarrestar el ímpetu de la bancada uribista.