JUDICIAL

La muerte de Rosa Elvira Cely, un crimen abominable

Un compañero de colegio es el responsable del crimen de Rosa Elvira Cely, la mujer que fue brutalmente violada en el Parque Nacional de Bogotá y murió tras varios días de agonía.

2 de junio de 2012
Rosa Elvira estaba validando el bachillerato en el mismo colegio que su agresor. Este la atacó brutalmente en un paraje del Parque Nacional cercano a un riachuelo, en donde la Policía la encontró gravemente herida.

Escalofriante. Así fue el crimen de Rosa Elvira Cely, una mujer de 35 años cuya escena de agonía parece extraída de un episodio del Medioevo. Pero todo ocurrió en el Parque Nacional, en pleno corazón de Bogotá y el perpetrador es un amigo del colegio de la víctima.

Los bomberos y la Policía encontraron allí a Cely, malherida, luego de que ella misma hizo angustiosas llamadas de auxilio desde su celular. Fue el pasado jueves 24 de mayo. Según explicó William Cardona, coordinador de la Línea de Emergencias 123, la primera llamada se registró a las 4:47 de la mañana y en ella se escuchó la voz angustiada de una mujer que decía haber sido violada en el Parque Nacional y pedía socorro. La llamada se cayó. A las 4:50 timbró de nuevo y entregó indicaciones más precisas. Tras cerca de una hora de búsqueda las autoridades la encontraron. Fue una imagen estremecedora.

Estaba tendida sobre un charco de sangre, con las extremidades inferiores desnudas y laceraciones en los brazos y en torno al cuello que sugerían un intento de estrangulamiento. En la cabeza tenía un golpe fuerte. Pero además padecía graves heridas en las zonas íntimas, donde sangraba. De inmediato se solicitó una ambulancia. El vehículo acudió y Rosa Elvira fue internada en el Hospital Santa Clara, pasadas las siete de la mañana. "Los galenos de urgencias nunca habían visto algo tan brutal y tan horrible como lo que encontramos con esta persona", explicó el subdirector del centro médico José Páramo. No era para menos. Rosa Elvira sufrió un paro cardiaco, perdió la conciencia y al ser intervenida en el quirófano le encontraron la pelvis y el útero rotos como consecuencia de un palo que le habían introducido por el ano. Dentro del cuerpo se hallaron rastros de yerba y astillas. Fueron cinco días de lucha en cuidados intensivos. Los médicos probaron, infructuosamente, distintas maniobras para controlar la infección interna que sobrevino, así como el traumatismo craneoencefálico. Rosa -madre de una niña de 12 años- falleció el lunes y desde entonces el país está estremecido con este salvaje crimen. La indignación provocó una inmediata convocatoria ciudadana para hacer una concentración en el Parque Nacional en solidaridad con su familia y como expresión de rechazo a la barbarie.

Gracias a múltiples entrevistas y a lo que la misma Rosa alcanzó a decir al ser hallada moribunda se estableció una secuencia de hechos y quiénes son los responsables: "Javier Velasco y Mauricio Ariza", alcanzó a decir la víctima al ser auxiliada. Tras varias pesquisas de las autoridades los responsables fueron identificados: ambos estudiaban en el colegio Manuela Beltrán, en horario nocturno, aunque en un curso distinto al de Rosa. El día de los hechos, tras la jornada de clase que concluye a las diez de la noche, los tres fueron a departir un rato en un establecimiento de Chapinero, cerca del colegio, y tras esto Rosa se fue con Velasco en la moto de este. No sabía el peligro al que se exponía. Javier Velasco Velásquez es un anónimo pero temido delincuente: en su prontuario figura una condena por homicidio, y un par de investigaciones, una de estas por acceso carnal en una menor de edad. Al día siguiente del brutal ataque, Velasco se presentó como si nada al colegio, suponiendo que su víctima había muerto. Sin embargo, poco después que una profesora contó en clase que Rosa había sufrido un accidente y estaba en cuidados intensivos, Velasco salió discretamente de la institución y empezó a huir. La Sijín logró detenerlo el viernes por la noche y la captura fue aplaudida por el propio presidente Juan Manuel Santos.

El juez de garantías que conoció las pruebas recopiladas se abstuvo de ordenar detención contra la segunda persona señalada, porque no encontró elementos que lo comprometieran. No obstante, la investigación continúa, un grupo del CTI ha realizado un milimétrico trabajo de campo en el punto del Parque Nacional donde se halló a Rosa. La inspección incluyó luces forenses y químicos reactivos que permitieron recolectar muestras biológicas extrañas que, tras un análisis en laboratorio, consolidarán y determinarán los detalles del crimen.