POLÉMICA
La polémica del enorme cristo de Santander
En Santander la Gobernación construye un polémico megaparque religioso que promete convertirse en el epicentro turístico de la región.
En el municipio de Floridablanca, la Gobernación construye el Ecoparque del Santísimo, un colosal proyecto turístico cuya atracción principal es un Cristo de 33 metros de altura, con ascensores para subir a la cúspide, hotel, zoológico, alameda y un teleférico de 1,3 kilómetros.
Este proyecto se sumaría al abanico de ofertas turísticas que ya existen en esa región y que gracias a su riqueza colonial, sus aventuras extremas y sus joyas paisajísticas, han convertido el turismo en la gran apuesta de Santander en el largo plazo. Carlos Fernando Sánchez, director de la Corporación Parque Nacional del Chicamocha (Panachi), responsable de la obra, dijo que “tenemos un plan estratégico con tres ejes: Panachi, Hidrosogamoso y el cerro del Santísimo, que será un ícono mundial. Calculamos que en diez años el departamento acogerá 2 millones de visitantes anuales que le generarán 1,8 billones de pesos a la cadena productiva”.
Pero no todos están felices. La obra fue demandada por no respetar la separación entre Iglesia y Estado, pero en sus alegatos los abogados de la Gobernación argumentaron que “Santísimo”, más que un vocablo religioso, es una contracción de “Sant” por Santander y del superlativo “ismo”. Así, el fervoroso vocablo significaría en realidad “gran Santander”. Y la gigantesca figura de un hombre joven, barbado y envuelto en una túnica no es la del Mesías, sino una “figura etérea, única y de igual manera universal para todos los credos y pensamientos” que incluye “iconografía cristiana, budista, hinduista, pagana, egipcia, prehispánica”.
En Floridablanca el personero y varios concejales consideran que no se tramitaron las licencias ambientales de manera regular pues el Santísimo colinda con el parque natural La Judía, un refugio para osos de anteojos y aves migratorias donde hay ríos que alimentan varios acueductos. Cecilia Reyes de León, presidenta de la Fundación Participar que milita por la transparencia pública, advirtió por su parte que la licencia de construcción no se ajusta al plan de ordenamiento territorial y que “no se respetan las rondas de los ríos”.
Quienes demandaron al Ecoparque también cuestionan el financiamiento del proyecto. La Gobernación gastó 45.000 millones de pesos, 12.000 millones de regalías y el resto de fondos públicos. Pero el que construye y gestionará el monumento es Panachi, una corporación sin ánimo de lucro que reinvierte los beneficios y no le genera utilidades directas al departamento.
En un debate de control político a Panachi en la Asamblea de Santander, diputados como Henry Hernández del Partido Liberal dijeron que “consideramos que si el gobierno departamental hace inversiones en proyectos que generan una rentabilidad lo menos es que esas inversiones les generen a los santandereanos una utilidad”.
Sánchez, el director de Panachi, dijo que “la Procuraduría investigó las denuncias, y su concepto es que cumplimos con el ciento por ciento de los trámites y no ponemos en riesgo las cuencas y la fauna del cerro”. También defendió un modelo financiero que permite tener “una entidad autosostenible, que ha permitido la reinversión de 22.000 millones de pesos en muchos proyectos nuevos. Y es que con el turismo siempre hay que estar renovando, si no la gente no vuelve. Se necesitan nuevas atracciones, nuevos servicios, crecer cada días más”.
Para finales de 2014 el Santísimo ya debería estar de pie. Hace diez días empezaron a ensamblar las enormes piezas que esculpió Juan José Cobos. Solo faltaría mover la titánica cabeza del Cristo, que pesa cinco toneladas y mide cinco metros, y no descartan llevarla como en la película italiana la Dolce Vita en helicóptero. Una imagen digna de una película de Federico Fellini en un rincón de Santander.
La idea es muy ambiciosa y parece seguir el mismo camino que el Parque Nacional del Chicamocha que hoy es un éxito turístico e ícono del departamento pero que en su momento levantó mucha controversia.