El presidente Juan Manuel Santos llega a su tercer aniversario en la Casa de Nariño en medio de un ambiente político crispado y un entorno social complicado por paros y protestas. El próximo 7 de agosto el primer mandatario inicia el último año de su cuatrienio con grandes desafíos que van desde mostrar resultados en el proceso de paz con las Farc hasta reactivar las obras de infraestructura. Esto en medio de la campaña electoral para el Congreso y de su casi segura aspiración a la reelección. ¿Cómo arranca Santos este tramo final?
El telón de fondo durante este segundo semestre de 2013 será la reelección. Aunque oficialmente el jefe del Estado no ha anunciado su intención de participar en la campaña presidencial del año entrante, sus acciones y discursos apuntan hacia allá. El pasado 17 de mayo, al anunciar la partida de Germán Vargas Lleras y Juan Mesa a su fundación Buen Gobierno, Santos afirmó: “Sí deseo, clara y firmemente, que las políticas que hemos promovido continúen más allá del 7 de agosto de 2014”. En la misma declaración el presidente informó que esperaría hasta noviembre para tomar la “decisión”.
Si bien el formalismo del anuncio oficial tiene también efectos administrativos y de garantías a la oposición, todos los actores políticos y analistas del país asumen que Santos estará en el tarjetón presidencial del próximo año. Lo más sano para la Casa de Nariño en esta recta final que se avecina sería declarar lo antes posible su deseo de reelegirse. Se enviaría un claro mensaje al electorado no solo sobre su intención sino también sobre la continuidad de las políticas públicas, que hoy están a media marcha.
Las campañas reeleccionistas son tradicionalmente un referendo popular de la favorabilidad y de la gestión del mandatario en ejercicio. En cuanto a la primera, el presidente Santos termina su tercer año con una imagen positiva del 49 por ciento de los colombianos encuestados en Colombia Opina mientras que sus niveles de rechazo popular alcanzan el 46 por ciento.
No obstante, las dos terceras partes de los encuestados siguen pensando que el jefe del Estado ha incumplido sus promesas y un porcentaje similar rechaza su reelección. En cuanto al balance de su trabajo, el presidente no llega a la mitad de los colombianos: el 45 por ciento respalda su trabajo de los últimos tres años frente al 70 por ciento del que gozó en su primer año de mandato.
Si bien el país está literalmente dividido en dos en sus afectos hacia el jefe del Estado, con la mitad que lo apoya Santos arrancaría con comodidad su aspiración de repetir gobierno. Que el primer mandatario actual no goce de los mismos altos índices de popularidad de su antecesor a nueve meses de las elecciones, habla más de la figura excepcional del expresidente Uribe que de la capacidad de Santos de reelegirse.
La campaña de 2014 estará atravesada por la política de paz. Si hay una serie de apuestas que los colombianos han empezado a identificar con el presidente Santos son el bloque de legislación de víctimas, tierras y paz. Constituyen las pocas banderas inequívocamente asociadas al Ejecutivo que cuentan con un importante respaldo social.
No obstante, no es muy clara la capacidad de estos avances legislativos para jalonar votos a favor del gobierno. De hecho, el proceso de paz con las Farc que se desarrolla en La Habana es parte integral de esta política y hoy genera más incertidumbres que certezas en materia política.
De hecho, la aprobación popular al proceso de La Habana cayó 4 puntos a 59 por ciento mientras que su rechazo aumentó. No sorprende, entonces, el ligero aumento de los pesimistas frente a las negociaciones en Cuba que alcanzaron el 54 por ciento de los encuestados. Por esa razón una campaña reeleccionista construida sobre la paz tiene tanto ventajas por su noble mensaje como peligros por su vulnerabilidad.
Otro aspecto crucial para la contienda política de 2014 es el abanico de los competidores. A pesar de las dificultades para comunicar sus logros de gobierno, el presidente Santos no cuenta hoy con un opositor que amenace directamente su continuidad en la Casa de Nariño.
En los distintos escenarios electorales de la encuesta Colombia Opina los aspirantes de la izquierda y la derecha registran la mitad del apoyo del presidente. A nueve meses de la primera vuelta presidencial, el pulso de Santos es más con los indecisos y los que votarían en blanco que con alguno de los contendores que han saltado a la palestra como Francisco Santos, Clara López, Óscar Iván Zuluaga y Antonio Navarro.
En un escenario reeleccionista tiende a pesar más la caída de respaldo del mandatario en ejercicio que los crecimientos de los que buscan reemplazarlo. En ese sentido, los colombianos aún no elevan a ningún candidato al nivel del presidente Santos.
Esto no significa que el primer mandatario tenga la reelección en el bolsillo. Los dos aspirantes de la izquierda –Clara López y Antonio Navarro– ratifican que esa tendencia política arranca la campaña con una base sólida de electores. La unión de estos sectores opositores junto a otras propuestas independientes podría atraer la importante porción de indecisos.
Por los lados del uribismo, la demora en la definición de candidaturas presidenciales y el papel que desempeñará el expresidente Uribe se refleja en bajos apoyos ciudadanos. Sin embargo, la popularidad del exmandatario sigue alta y de cómo traduzca en los próximos meses ese capital político en respaldo a los aspirantes del Centro Democrático dependerá la capacidad uribista de ser protagonista en las presidenciales.
A la estabilidad en sus índices de favorabilidad y el panorama de la oposición se suma el mayor activo de un presidente en reelección: el poder del Estado. La jefatura del gobierno le provee a Santos de dos poderosas armas para convencer al electorado de un segundo mandato. Se trata de la visibilidad y la burocracia.
En un sistema presidencialista como el colombiano, la cabeza del Ejecutivo disfruta de un potente megáfono para hablarles a los ciudadanos y un poderoso púlpito para diseñar la agenda nacional. Los aspirantes opositores nunca alcanzarán esos niveles de exposición ni en Colombia ni en ningún otro país con reelección inmediata.
La otra herramienta clave para el último año del gobierno son los puestos. Los miembros de la coalición de Unidad Nacional ya están alineando sus baterías para lograr el máximo número de escaños en las elecciones parlamentarias.
La abrumadora mayoría que goza la Casa de Nariño en el Congreso se trasladará en parte al apoyo de los políticos a la campaña reeleccionista gracias a la burocracia distribuida. Liberales, conservadores, La U, Cambio Radical y verdes, en distintos grados, tienen ya hoy sus fichas regionales en posición para los comicios de marzo. Ese es el objetivo de la famosa ‘mermelada’. Los retadores más visibles de Santos no provienen de los partidos mayoritarios sino de la oposición de izquierda y de la fuerza del uribismo en la opinión pública.
Aunque un presidente en ejercicio tiene altas probabilidades de ganar su reelección, hay factores que podrían conspirar contra esa intención santista. El primero es el proceso de paz. Al amarrar su campaña a los resultados en Cuba con las Farc, Santos quedaría vulnerable a los vaivenes de la mesa de conversaciones. Si bien la mayoría de colombianos apoya la existencia de las negociaciones, los niveles de rechazo a varias concesiones jurídicas y políticas a los guerrilleros siguen altos.
El gobierno ha fallado en transmitirles a los ciudadanos los avances que se han dado por lo que la percepción pública ha girado hacia el escepticismo y la incertidumbre. Una campaña reeleccionista en medio de un proceso de paz con las Farc es un hecho inédito en la política colombiana. Así como puede convertirse en el motor que garantice la victoria de Santos, también podría terminar convertido en su flanco más débil en el debate electoral.
Otra amenaza política importante para la Casa de Nariño vendrá de la seguridad. Un deterioro evidente del orden público en el país podría traducirse en un apoyo masivo a los candidatos del uribismo, en especial en los comicios parlamentarios. Una bancada del Centro Democrático que supere la veintena de senadores crearía un escenario difícil para un segundo mandato de Santos.
No solo convertiría al expresidente Álvaro Uribe en una especie de primer ministro sino que le daría a ese bloque legislativo la capacidad de bloquear, modificar o hundir la agenda del Ejecutivo. Para dimensionar la eventual parálisis administrativa que una minoría suficientemente grande puede generar, la oposición republicana en Washington contra Barack Obama es un buen ejemplo.
El gobierno enfrenta otros dos desafíos que por sí solos no cambian el rumbo de una elección presidencial pero combinados con otros podrían dar una sorpresa. Se trata del bajo ritmo de ejecución y la confusa estrategia de comunicaciones. A tres años de mandato la administración Santos se ha ganado la fama de ser lenta en producir resultados tangibles, en especial en cuanto a las obras de infraestructura se refiere. De hecho, se raja en la aprobación de buena parte de los temas de la agenda nacional.
Si a esto se suma la centralización de muchas decisiones presupuestales y la incapacidad del equipo político de resolver malestares regionales, las críticas a un gobierno demasiado capitalino empiezan a tomar fuerza. Por otro lado, la Casa de Nariño no ha podido consolidar un mensaje de gobierno lo suficientemente claro y sólido para montar la campaña sobre él. La estrategia JMS –Justo, Moderno y Seguro– nada que despega ni es apropiada por la gente.
El tramo final del gobierno Santos arranca en materia electoral con un panorama optimista. Sin un contendor claro y con una popularidad nada despreciable, el primer mandatario lanzará su reelección con el viento a su favor.
Sin embargo, los embates de la oposición uribista, dedicada a robarle curules a la Unidad Nacional, podrían dar la sorpresa en marzo del año entrante y cambiar la dinámica de la campaña presidencial. Sin corregir las fallas en ejecución, lograr avances en el proceso de paz y mejorar la comunicación, lo que hoy se perfila como un tránsito fácil al segundo mandato podría convertirse en un camino tortuoso.
FICHA TÉCNICA
Persona natural o jurídica que la realizó: Ipsos Napoleón Franco, inscrito ante el Consejo Nacional Electoral.
Encomendada y financiada por: Alianza de Medios, RCN Radio, RCN Televisión, La FM y revista SEMANA.
Grupo objetivo: Población general, hombre y mujeres, mayores de 18, de estratos sociales 1 al 6, residentes habituales de las áreas urbanas de 13 municipios en Colombia, seleccionadas aleatoriamente entre las 28 poblaciones con más de 200.000 habitantes del país, de modo que se trata de una muestra representativa del 67 por ciento de la población urbana adulta.
Tamaño de la muestra: 1.021 encuestas reales, 1.021 encuestas ponderadas por nivel socioeconómico, género y rangos de edad, con base en información del Censo DANE 2005 con proyecciones de población 2013.
Técnica de recolección de datos: Mezcla de entrevista personal y telefónica en hogares. Se realizaron entrevistas telefónicas únicamente en estratos 4, 5 y 6 de algunas de las ciudades, mientras que las entrevistas presenciales fueron en estratos 1, 2 y 3 de todas las ciudades, y para estratos 4 al 6 en algunas de ellas (según penetración telefónica y cantidad de hogares en estos estratos).
Margen de error observado: Para el total de la muestra, 3,05 por ciento con 95 por ciento de confianza para fenómenos de ocurrencia del 50 por ciento.
Entidades por las que se indagó: Corte Suprema de Justicia; Congreso de la República; Corte Constitucional; Partido Liberal; Partido Conservador; Partido Cambio Radical; Polo Democrático Alternativo; Partido de la U; Partido Verde; grupo guerrillero Farc; Iglesia Católica; Fuerzas Militares de Colombia; Policía Nacional ; grupo guerrillero ELN; grupos paramilitares; medios de comunicación; Bacrim o nuevas bandas criminales.
Tipo de la muestra: Muestreo estratificado, multietápico, primera etapa selección de municipios, segunda etapa selección de secciones cartográficas, tercera etapa selección de manzanas a visitar (en cada conglomerado se seleccionan los hogares a entrevistar). Para las entrevistas telefónicas, muestreo aleatorio a partir de bases de datos propiedad de Ipsos-Napoleón Franco. El método de selección del entrevistado en el hogar, es la persona presente en el hogar y residente habitual del mismo, mayor de 18 años, próxima a cumplir años.
Preguntas concretas que se formularon: Ver cuestionario anexo.
Tema o temas a los que se refiere: Seguimiento a la opinión de los colombianos sobre el rumbo del país, el gobierno del presidente Santos y otros temas de opinión de actualidad nacional.
Fecha de realización del trabajo de campo: Del 26 al 28 de julio de 2013.
Personajes por los que se indagó: Alejandro Ordóñez; Álvaro Uribe; Angelino Garzón; Barack Obama; Gustavo Petro; Hugo Chávez; Juan Manuel Santos; Rafael Correa; José Roberto León Riaño; Eduardo Montealegre; Humberto de la Calle Lombana; Rodrigo Londoño Echeverri alias ‘Timochenko’; Nicolás Maduro; María Alejandra Holguín; Juan Carlos Pinzón; Fernando Carrillo Flórez; Alejandro Gaviria; Luis Eduardo Garzón; comandantes de las fuerzas Militares; ministros y principales funcionarios del presidente Juan Manuel Santos.
Área/cubrimiento: Área urbana de Bogotá; Barranquilla; Bello; Bucaramanga; Buenaventura; Cali; Cartagena; Cúcuta; Ibagué; Itagüí; Medellín; Soledad y Tuluá.