PATRONÍMICOS
Estos son los nombres más extraños en Colombia
La desbordada inspiración de varios padres de familia ha derivado en nombres como Diminson, Eisenhower y Chrisdaeldis Yiralderis.
Xajamaia Domínguez, estudiante de maestría de 25 años de edad, es de las mujeres que en Colombia no tienen tocayo. Y la razón salta a la vista. Su nombre no es de uso común aunque tiene otro, Valentina, que paradójicamente figura entre los más usados.
En el lenguaje de los kogui, que habitan en la Sierra Nevada de Santa Marta (en Magdalena), Xajamaia significa “pájaro que llega con la luna nueva” y apareció en la vida de la familia Domínguez gracias a una abuela antropóloga. Según la Registraduría, no hay registro de alguien con un patronímico igual, ni siquiera entre los integrantes de esa comunidad indígena.
A pesar de la rareza del nombre, el asunto tiene sus ventajas, puesto que una charla con un desconocido nunca va a girar sobre los mismos temas. “Permite abrir un campo nuevo de conversación y que no se hagan las mismas preguntas… siempre hay algo interesante que responder”, dice la joven entre risas.
Sin tocayo
Pero su caso no es único. Entre enero del 2015 y marzo del 2016, algunos colombianos decidieron ponerles a sus hijos nombres pocos comunes. Estos son algunos que están en los archivos de la Registraduría.
Dentro de los nombres masculinos simples, sin homónimo en Colombia, están Carsito y Large. También aparece Aisenjawer, tal vez emulando el apellido del presidente 34 de Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower.
A la lista se suman Burkuba, Diminson, Edingally, Fligser, Giezzi, Gunnaringumu y Zubarra.
A falta de uno, algunas familias optan por dos nombres ‘creativos’: Dixner Dishmer, Beilor Gampool, Deglys Glee, Yugunothwer Misinjawer.
En el caso de las mujeres, también existen nombres complejos que sobresalen: Abarwia, Banwia, Chidopuma, Duperlit, Myricar, Ponopono, Riwun, Yuzvandri, Zyruma, Bonnys Roxet.
Entre los compuestos se desatacan Chrisdaeldis Yiralderis, Dabielis Flamerys, Ennyanosky Aphsaid, Gunnawi Yekun, Lulitza Lisailis, Quinnie Nastasja y Yacunah Zumac Yaxche.
Los más largos
En el registro de nombres aparecen padres que optan por colocarles a sus hijos varios nombres en algunos casos para satisfacer el deseo de todos sus familiares. Es así que en los registros aparecen María Paula Brigitthe Martinik Gipssi Viriddi. También, Gabriela Lisabeth Katie Marggarittha Yadd. O a Brigitte Aniyereth Rosemeri Alexandretta.
Otras familias optan por imponerles incluso hasta seis nombres, una idea derivada de la tradición española. Este es el caso del menor: David Santiago Julián Cristian Camilo Mateo.
Otros dos niños podrán escoger cuando sean adultos cualesquiera de los cinco nombres con los que sus progenitores decidieron bautizarlos: Vincenzo Marco Antonio Nicola Costantín y Francisco Antonio Juan Roberto Alberto.
En los archivos del ente encargado de la identificación de los colombianos también figuran nombres de niñas con 14 letras: Asiumundinati, Deicariyurmeli o Kinvirliyurley.
El premio al nombre más largo que una familia le haya puesto a su hijo se lo disputan dos niños quienes también podrían llevarse la medalla por lo casi impronunciables: Olocuaynabibilel y Smilermaxalfredy, seguido de cerca por Niguaresleides.
Líos
Los nombres anteriores son de menores de edad que no tienen más de un año. Por eso, por ahora para quienes los llevan no será un problema, pero a medida de que crezcan seguramente hallarán dificultades, ya sea porque son objeto de burla o porque las dicciones son complicadas.
En el caso de Xajamaia, ella sufrió algunas bromas, que ahora considera normales. Solo en el momento en que estudió en Francia tuvo algunas dificultades porque a los galos se les problematiza pronunciar la X y sobre todo la J. “Entonces optaban por llamarme Sara”, recuerda.
El nombre como el de esta joven, por ejemplo, presenta alguna dificultad sobre todo cuando habla con extraños por teléfono. Para evitar inconvenientes, prefiere usar Valentina para solicitar taxis o pedir domicilios.