POLÉMICA
Los siete pecados de Saludcoop
Esta semana la cúpula de la EPS, en cabeza de Carlos Palacino, deberá responderle a la Procuraduría por el manejo indebido de los recursos de la salud. SEMANA tuvo acceso a los documentos que demuestran la forma como se despilfarró la plata de la salud.
Un año después de haberse decretado la intervención de Saludcoop, el gobierno ha podido desenredar el complejo ovillo de empresas y poder que durante más de diez años tejió Carlos Gustavo Palacino. Ese extenso hilo que ha salido después de largas pesquisas e investigaciones, ha permitido a las autoridades tejer los cargos que hoy tienen a Palacino y a la cúpula de la que fuera la EPS más grande, rica y poderosa del país más cerca de la Justicia que de regresar a dirigir ese grupo de 43 empresas.
Frente a la particular lentitud que ha tenido la Fiscalía para investigar y judicializar las numerosas denuncias que se han hecho en contra de Saludcoop, la Procuraduría y la Contraloría general decidieron jugársela a fondo para determinar, desde sus competencias, la forma como se usaron recursos de la salud, que son de todos los colombianos, para consolidar un grupo que facturaba más de 3 billones de pesos al año que le permitían hasta financiar equipos de fútbol, colegios, campos de golf y negocios particulares, mientras que los pacientes debían padecer largas filas y trámites para ser atendidos.
A la vez que la Contraloría General adelanta un juicio de responsabilidad fiscal contra los exdirectivos de la EPS por el presunto detrimento patrimonial por 1,3 billones de pesos, esta semana el procurador segundo delegado para la Vigilancia Administrativa, Fernando Brito Ruiz, escuchará a Carlos Palacino y a otros directivos para que respondan por el posible uso de recursos de la salud en beneficio propio. El mismo Brito ha dicho que los directivos podrían haber incurrido en estafa y enriquecimiento ilícito.
La columna vertebral de la investigación de la Procuraduría se basa en la profunda auditoría forense realizada por la firma internacional KPMG, que analizó todas las empresas del grupo, sus movimientos contables y financieros, entre otros. Este mismo documento está siendo usado por la Contraloría General, la Superintendencia Nacional de Salud y la Fiscalía para completar sus investigaciones o comenzar otras.
SEMANA tuvo acceso al documento final del que se desprenden, según el
superintendente de Salud, Conrado Gómez, serias irregularidades de índole penal, civil, disciplinarias y económicas que dejan en claro el uso de recursos de la salud para fines particulares. Lo importante del documento de KPMG es que revela cómo Saludcoop se habría apropiado de recursos para crecer y mantener artificialmente el grupo solidario. Estos son los hallazgos más importantes.
1) Cheques chimbos
Según la auditoría forense y los hallazgos de la Procuraduría, una de las mayores irregularidades que habría cometido la anterior cúpula de Saludcoop estaría en que giró miles de cheques chimbos para recobrar recursos al sistema de salud y usar esos recursos para hacer otros negocios. Al 31 de diciembre de 2010 Saludcoop había girado 8.021 cheques por valor de 266.988 millones de pesos para pagar 606.725 facturas, pero estos cheques nunca fueron entregados a sus destinatarios y fueron anulados después. Lo grave es que cientos fueron usados como soporte ante el Fosyga para recobrar miles de procedimientos.
De una muestra de 48 cheques por valor de 4.784 millones de pesos que tenían como beneficiario a 14 proveedores de servicios médicos, se encontró que Saludcoop los utilizó para recobrarle al sistema de salud. Además de que el Fosyga les exige a las EPS pagar primero estos servicios antes de recobrarlos, la EPS recibió a cambio millonarios recursos que no sirvieron ni siquiera para pagar las deudas que tenían con esas clínicas y proveedores, pues los cheques fueron anulados. Con esta jugada ilegal, el Fosyga terminó girándole a Saludcoop 16.976 millones de pesos.
2) Estados financieros falsos
Para la Contraloría General, y así lo advierte también el informe de auditoría forense, está claro que la EPS usó durante varios años los recursos parafiscales de la salud para adquirir empresas, activos e inversiones. Mientras que en su momento las directivas de Saludcoop y su entonces defensor, el hoy fiscal general Eduardo Montealegre, dijeron que la compra de clínicas y otros bienes se había hecho con los excedentes y utilidades del grupo, para la Contraloría se trató de una apropiación indebida de recursos públicos que fue facilitada gracias a la falsificación de los estados financieros para reportar ganancias inexistentes. Por estos y otros casos, 80 directivos de Saludcoop están respondiendo ante la Contraloría por un detrimento patrimonial que ha sido fijado, hasta el momento, en 1,36 billones de pesos.
3) Repartición de utilidades
Según el superintendente de Salud, Conrado Gómez, la auditoría forense dejó en claro que entre las empresas del grupo, especialmente en favor de la EPS Saludcoop, se giraban utilidades y excedentes bajo diferentes figuras contables. El caso más grave es el de la Cooperativa Epsifarma, que desde 2006 empezó a proveerle medicamentos e insumos a Saludcoop. En vista de que esta empresa compraba medicamentos a buen precio, pero se los vendía al grupo o los recobraba al Fosyga a un mayor valor, empezó a obtener utilidades extraordinarias. Los precios de muchos productos, que eran en promedio 35 por ciento mayores a los precios oficiales, eran fijados, según varios exfuncionarios, por Carolina Lamus, exvicepresidenta administrativa de Saludcoop, o Mauricio Sabogal, exvicepresidente financiero de la EPS. Lo grave de estos sobrecostos, dice Gómez, es que terminaron siendo usados para determinar el valor de la UPC del sistema de Salud y creando una distorsión de la realidad.
La auditoría encontró que Epsifarma transfirió a Saludcoop, a través de 13 créditos, buena parte de sus utilidades. Solo en 2010, le giró 61.774 millones de pesos a la EPS, lo cual representa cuatro veces la utilidad de la EPS y 500 veces la ganancia de Epsifarma. Además de que las cooperativas no pueden distribuir excedentes, esos
desembolsos "no se encuentran autorizados ni soportados legalmente", dice la auditoría forense. Según la exfuncionaria de
Saludcoop Íngrid Johana Pinto, había una "política institucional que consistía en que si alguna empresa del grupo Saludcoop generaba excedentes, estos retornaban a las EPS". De hecho, Epsifarma expidió tres notas crédito por 10.513 millones a favor de Cafesalud EPS y otra por 1.800 millones de pesos a favor de Cruz Blanca. Esto lo que hacía era mantener de manera artificial a todo el grupo solidario.
4) Un grupo controlado por unos pocos
Al analizar las juntas directivas y los certificados de existencia y representación se puede concluir, dice el supersalud Gómez, "que en el grupo Saludcoop había una concentración de poder en unas pocas personas, contrario a la filosofía del sector solidario". Carlos Palacino, varios miembros de su familia y un cerrado grupo de colaboradores cercanos se repartían la representación legal o la presencia en las juntas directivas de las empresas del grupo.
5) Costosa integración
Gracias al manejo de millonarios recursos y a los huecos legales para el manejo de estos recursos, Saludcoop logró consolidar un holding empresarial de 43 empresas, distribuidas en diferentes negocios: 12 corresponden a empresas prestadoras de salud, 16 de apoyo a esta gestión, dos dedicadas al aseguramiento, tres filiales en el exterior y seis vinculadas al grupo. Para financiar esta gigantesca operación, la EPS tuvo que empezar a buscar financiación de las empresas del grupo, de recobros al Fosyga o de sobregiros contables que alcanzaron a llegar a 271.530 millones de pesos.
6) Inversiones dudosas
Del análisis realizado a las promesas de compraventa de varias clínicas e inmuebles que hizo Saludcoop, se encontró que las clínicas Materno Infantil, Clínica Neiva y Clínica Tunja se habrían comprado con recursos de los colombianos, y con un sobrecosto de 44.700 millones de pesos. Por ejemplo otras empresas como Epsifarma, que asumió 42.000 millones de pesos de obligaciones de la EPS, aportaron la plata para adquirir estas clínicas y las oficinas de Paralelo 108 a nombre de Saludcoop. Incluso, para financiar la ambiciosa expansión, Epsifarma también le giró a HeOn, empresa del grupo, 6.440 millones para comprar acciones de Saludcoop México, que terminó siendo un fracaso. Epsifarma, por su naturaleza, estaba imposibilitada para darles préstamos a terceros a favor de algunos de sus asociados.
7) Plata por montones
Debido a la inmensa cantidad de recursos que Saludcoop manejaba, se prestó para hacer todo tipo de contratos y bonificaciones, que hoy están en la mira de los organismos de control, como las millonarias bonificaciones a los directivos de la empresa, aporte a campañas políticas y a políticos, a equipos de fútbol como La Equidad, o a financiar operaciones privadas, como Villa Valeria.