NARCOTRÁFICO

Marihuana ‘como arroz’ en el Valle

Este año la Policía incautó 35 toneladas de cannabis. Este miércoles cayó un cargamento con 6.000 kilogramos.

26 de junio de 2013
Pese a esas cifras, el suroccidente del país continúa como la región más afectada por la bonanza de alucinógenos. | Foto: Luis Murcía / SEMANA.

La incautación de una tractomula que contenía una caleta con seis toneladas de marihuana puso al descubierto que en esa región del país siguen en auge la producción y el tráfico de sustancias alucinógenas.
 
Aunque el operativo que permitió descubrir el cargamento de cannabis fue desarrollado en el departamento del Valle, todo parece indicar que el alijo fue producido en Cauca, una de las regiones donde precisamente se agudizó el conflicto armado entre el Ejército y la guerrilla de las FARC.
 
De acuerdo con la información oficial, la tractomula fue interceptada en la vía que une al municipio de Villa Rica, Cauca, con Palmira, Valle. El operativo fue desarrollado por miembros de la policía de Tránsito y en el hecho sólo se logró la captura del conductor del automotor, un hombre de 31 años de edad, al parecer con residencia en Bogotá.
 
Según explicaron las autoridades, la marihuana estaba camuflada en una pared falsa acondicionada dentro de un contenedor que remolcaba el tractocamión, y el destino del cargamento era el centro del país. Con esa operación la Policía ya suma 35 toneladas de marihuana incautada en lo corrido del 2013.
 
Hace apenas unas semanas la Policía propinó otro golpe a los traficantes cuando incautó seis toneladas de marihuana en dos operativos distintos en Florida y Palmira, Valle. Y en mayo el CTI y el Ejército descubrieron dos toneladas de esa hierba en un cañaduzal de Candelaria.
 
Como se recordará, esos municipios son corredores obligados para el tráfico de marihuana, ya que en la actualidad uno de los mayores centros de producción es el norte de Cauca, en especial los municipios cercanos a la Cordillera Central.
 
Esa aparente bonanza marimbera contrasta con el informe que alista Naciones Unidas a través de su programa de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI), en el cual se revela que la siembra de coca en Colombia descendió en 16.000 hectáreas, al pasar de 64.000 a 48.000 hectáreas en 2012.
 
Pese a esas cifras, el suroccidente del país continúa siendo la región más afectada por la bonanza de alucinógenos y todo parece indicar que en esa dinámica criminal de oferta y demanda, la marihuana está supliendo el mercado cautivo que deja la coca.

De ahí la importancia de las siembras ilícitas de marihuana existentes en Nariño, Putumayo, Guaviare y Cauca, ya que en varias de esas regiones se cultivan variedades de alta calidad como la Punto Rojo o Cripy, muy apetecidas por su potencia alucinante.

Según explicaron investigadores policiales del tema, los precios de esa nueva variedad de marihuana pueden alcanzar hasta un millón de pesos por kilogramo en algunas zonas del país; es decir, casi la mitad de lo que cuesta un kilo de base de coca.

Lo irónico del problema es que mientras en Colombia el cultivo, la producción y el tráfico de marihuana se sigue combatiendo como un delito, en algunos países su consumo, en especial con fines médicos, es legal.