El panorama de los docentes en Colombia es crítico. A parte de las razones que tienen para frenar sus actividades y sentarse a negociar con el gobierno, son extorsionados por las Bacrim y siguen siendo víctimas del conflicto armado.
En marzo de este año, la
Revista SEMANA reveló un informe que relataba cómo cientos de profesores de diferentes partes del país denunciaban que las bandas criminales les pedían desde dos hasta 250 millones de pesos para no asesinarlos. Actualmente, hay cerca de 1.200 amenazas.
Ahora, es la Unidad para las Víctimas quien alerta sobre el riesgo de ser maestro en Colombia. Según la institución, desde 1985 más de 5.000 docentes han sido víctimas del conflicto: 1.000 asesinados, 4.000 amenazados y desplazados y alrededor de 70 exiliados.
Los departamentos con más docentes víctimas son Antioquia, Cauca, Córdoba, Valle del Cauca y Nariño. Hasta marzo de este año, la Unidad Nacional de Protección dijo que estas eran las solicitudes de protección:
Antioquia -129
Bogotá - 123
Valle del Cauca - 94
Córdoba - 90
Nariño - 88
“Estas afectaciones han causado daños individuales, familiares y daños colectivos a las libertades sindicales que involucran el derecho de asociación”, aseguró la Unidad para las Víctimas en un comunicado.
La historia de la persecución a los docentes en Colombia ha sido sistemática y por ello hay en curso una reparación colectiva a los sindicatos, incluida la Federación Colombiana de Educadores (Fecode).
Este proceso, que se adelanta desde julio del 2012, pretende que la sociedad sepa qué les pasó a los docentes y a los demás sindicatos, además de reparar efectivamente a quienes han padecido la guerra.