POLÍTICA

La paradoja de Álvaro Uribe y las parejas homosexuales

El senador cuestiona a la Corte por su decisión sobre el matrimonio igualitario. Pero hace nueve años el tribunal le salvó un compromiso.

8 de abril de 2016
El senador Álvaro Uribe apoyó el matrimonio entre gais ahora cambió de opinión. | Foto: SEMANA

Álvaro Uribe hizo su carrera política dentro del Partido Liberal, que tiene como dogma la defensa de las libertades individuales y que este jueves celebró la decisión de la Corte Constitucional de aprobar el matrimonio entre parejas del mismo sexo.

Pero, contrario a sus orígenes, los ocho años que fue presidente de la República, su gobierno tuvo un marcado talante conservador. No sólo por la autoridad que imprimió a sus políticas, calificadas de derecha por quienes le hicieron oposición. También por la forma de ver la sociedad cambiante que le correspondió dirigir.

En su paso por la Presidencia, Uribe dejó centenares de frases, muchas memorables, que describieron a la perfección su carácter. Pero hubo una en particular con la que, en palabras del escritor Antonio Caballero, “mostró su sustancia como godo” (Semana, 6 de mayo del 2006).

El 22 de febrero del 2005, en el desayuno anual de la fraternidad ministerial cristiana, Uribe pronunció un discurso en el que aseguró que Colombia necesitaba profundizar en la fe, los valores, y la familia y les envió un mensaje a los jóvenes: “Muchachos, cuidado, piensen que el arquitecto perfectamente organizado es el creador y por algo él definió las cosas, aplacen la sexualidad, que eso tiene una relación con la familia. Ese gustico es para la familia”.

Un año después, el presidente que pidió aplazar “el gustico” sorprendió a todo el país con una postura frente a las parejas del mismo sexo. El 26 de marzo del 2006 iniciaba su campaña política por la reelección con su primer taller programático en el Colegio Cafam de Bogotá, donde un joven le preguntó: “¿Su bancada en el Congreso apoyará una legislación para reconocer los derechos civiles y patrimoniales a las parejas del mismo sexo?” Uribe respondió que sí y se comprometió a que en su gobierno se les reconocería los derechos patrimoniales y acceso a la seguridad social a las parejas homosexuales. Uribe sorprendía con una posición que no coincidía con su imagen de líder conservador, aunque ese día mantuvo firme su postura en contra del derecho al matrimonio que reclaman los ciudadanos homosexuales, y al de la adopción.

Tal vez poco se acuerdan de la historia, pero Uribe fue quien promovió el primer proyecto de ley que en ese sentido se tramitaba en la historia. Dio instrucciones a su ministro de Protección Social, Diego Palacio Betancur, para que lo defendiera en el Congreso, y a los cinco partidos políticos que en ese momento integraban su coalición de gobierno, a que lo aprobaran.

Su trámite ha sido uno de los más accidentados. El entonces senador Álvaro Araújo, del partido Alas Equipo Colombia (formado con dirigentes conservadores, como Luis Alfredo Ramos), fue el autor, pero meses después tuvo que dejar el proyecto huérfano porque terminó detenido por parapolítica. Armando Benedetti, del Partido de la U, quien se estrenaba en el Senado, asumió la bandera y la lideró.

Era la primera vez que el Congreso debatía sobre las parejas del mismo sexo. Los debates fueron supremamente encendidos, el proyecto encontró la oposición de los conservadores y de un sector de congresistas vinculado con iglesias cristianas. Manuel Cuello Baute, presidente de la Cámara, se ganó muchas críticas por los comentarios homofóbicos que soltaba en los debates.

El proyecto fue aprobado, superó las dos discusiones en el Senado y las dos de la Cámara. Estaba a punto de pasar a sanción presidencial, para que Uribe se convirtiera en el primer presidente de Colombia en reconocer uno de los derechos por los que los homosexuales tanto habían luchado. Pero no fue así.

En junio del 2007, en el último trámite, el de la conciliación, el Senado cambió de postura y fueron más los votos en contra del proyecto.

Benedetti culpó a su propio partido, La U, y voceros de la comunidad LGTBI señalaron al presidente Uribe, al considerar que si en verdad se la hubiera jugado por cumplir su compromiso, habría pedido el voto de sus senadores.

Esta historia viene a colación porque este viernes, Uribe, en su calidad de expresidente y senador, lanzó duras críticas a la Corte Constitucional por la decisión que adoptó para reconocer el derecho al matrimonio a las parejas del mismo sexo. Uribe nunca ha estado a favor del matrimonio homosexual y lo ratificó tras la decisión. Su tesis es que el respeto a la intimidad es una norma fundamental para la vida en sociedad, pero, recíprocamente, la intimidad no tiene por qué desafiar las leyes naturales que fundamentan la existencia y el mantenimiento de la especie humana.

“En nombre del respeto a la intimidad se debe respetar la relación de pareja homosexual, pero en nombre de las leyes naturales, que no necesariamente son un dogma religioso, se debe respetar que el mantenimiento de la especie humana, en lo cualitativo y cuantitativo, deriva de la familia, cuya unión gira alrededor del matrimonio, no como expresión formal y protocolaria, sino como institución de valores, que son fuente insustituible de armonía social”, dice Uribe.

Por eso considera que la Corte Constitucional suplanta al pueblo y al legislador y que su decisión sobre el matrimonio homosexual “es más política e ideológica que jurídica”. Dice que al decidir sobre esta materia debió explorar una solución que no dividiera a la sociedad colombiana: “Debió encontrar una forma de respeto a la intimidad homosexual sin igualar estas parejas al matrimonio heterosexual por la razón del elemento diferencial por excelencia: la fuente de la familia y de la especie humana”.

Y también calificó de “dañino” que los jueces estén actuando como legisladores y se atrevan a definir aspectos controversiales de la vida nacional sin buscar consensos.

Su reacción puede ser entendida como un rechazo a la decisión de la Corte Constitucional, pero fue ese mismo tribunal el que prácticamente lo salvó de cumplir su palabra frente a los gais cuando era presidente.

Y es que mes y medio después de que el proyecto de ley que prometió el presidente se hundiera en el trámite de la conciliación, la Corte le dio un salvavidas con la histórica sentencia C-075 en la que reconoció los derechos patrimoniales a las parejas del mismo sexo.

Hoy Uribe cuestiona a la Corte Constitucional, pero nueve años atrás le salvó un compromiso que hizo en campaña con las parejas del mismo sexo.