EDUCACIÓN
Estos son los mejores colegios de Colombia
El Ministerio de Educación publicó el índice que mide la calidad de los planteles educativos del país. Las metas fijas se superaron. Barraquilla, la gran sorpresa.
Matilde y Yoris Camargo Ortiz, dos hermanas gemelas que nacieron en el barrio Los Andes de Barranquilla hace 62 años, han dedicado gran parte de su vida a la educación. Curiosamente, las dos recibieron al tiempo, y sin pensarlo, un reconocimiento cuando los colegios que cada una de ellas dirige quedaron entre los mejores del país, de acuerdo con el ranking que por segundo año consecutivo entregó el Ministerio de Educación.
El Índice Sintético de Calidad Educativa (ISCE) no solo toma los resultados que los estudiantes obtienen en las pruebas Saber 3, 5, 9 y 11, sino que introdujo nuevos indicadores como Progreso, Eficiencia, Desempeño y Ambiente Escolar, que buscan que la educación mejore año a año para lograr que en 2025 el país sea el más educado en América Latina. El gobierno mide a los colegios por categorías: primaria (primero a quinto grado), secundaria (sexto a noveno) y media (décimo y undécimo grados).
Matilde Camargo dirige el colegio Jorge Nicolás Abello, el mejor público en secundaria en 2015, mientras Yoris es la rectora del Instituto Técnico de Comercio de Barranquilla, el mejor público en primaria. Las hermanas comenzaron su vida en la docencia desde que terminaron el bachillerato; Matilde tiene licenciatura en biología, química y administración educativa y actualmente estudia la de preescolar. Yoris entró a trabajar al Insteco cuando tenía 17 años, y mientras dictaba clases hizo la licenciatura en español, luego en administración educativa y ahora empezó un doctorado en educación.
Ambas estudiaron la primaria en la Escuela 13 para señoritas en el barrio Los Andes, escuela en cuyas instalaciones funciona hoy el colegio Jorge Nicolás Abello. Hace solo diez años, este plantel era nocturno, no tenía primaria, los grados 10 y 11 eran una especie de reformatorio para estudiantes que fracasaban en otras instituciones y tenía los peores indicadores en las pruebas Saber e Icfes.
Al asumir el nuevo cargo, tras una larga vida de maestra y rectora en varios colegios, Matilde Camargo introdujo cambios e innovaciones en el colegio en el que cursó primaria, siempre pensando que todos los estudiantes tienen la capacidad de ser excelentes. Primero convirtió al colegio en diurno, abrió la primaria y decidió no recibir más alumnos desechados por otros colegios. En 2007, convenció al Distrito para instalar la jornada única de siete de la mañana a cuatro de la tarde, lo que permitió dedicarles más horas a matemáticas, química e inglés.
El caso del Instituto Técnico de Comercio, fundado en 1952, es diferente porque tiene la vocación de educar con énfasis en comercio, y no tenía primaria en 2002 cuando Yoris asumió la rectoría tras una larga experiencia como docente y coordinadora en esa institución. En 2014, el Distrito compró a los jesuitas el Colegio San José para crear un ancianato, pero Yoris Camargo habló con la alcaldesa para que le permitiera trasladar la primaria, que estaba hacinada. Se mudaron y hoy tienen 30 salones, en los que se encuentran alumnas de primaria y algunos grupos de secundaria.
Los resultados de estos dos colegios evidencian lo encontrado en la última medición. Según el ministerio, las metas propuestas por niveles y por institución mejoraron, en su conjunto. Por ejemplo, en primaria la meta global era llegar a un puntaje de 5,24 sobre 10 y se llegó a 5,62, que era el objetivo propuesto para 2017. En secundaria se llegó a 5,27 y en media a 5,89, también por arriba de lo esperado. “El índice demuestra que sí es posible mejorar la calidad de la educación en Colombia, y que estamos avanzando más rápido de lo esperado” dijo Gina Parody, ministra de Educación.
Para llegar a esta conclusión, el gobierno aplicó el ISCE a 15.342 instituciones en grado primaria (9.305 oficiales y 6.037 privadas); en secundaria evaluó 9.812 (6.778 oficiales y 3.034 privadas); y en media, 9.211 instituciones (6.278 oficiales y 2.933 privadas). De ese trabajo surgieron seis listados: primaria oficial, primaria privada, secundaria oficial, secundaria privada, media oficial y media privada.
El ministerio explicó que esos buenos resultados se deben, entre otras políticas, a la jornada única en los colegios oficiales que “ha influenciado en el fortalecimiento del aprendizaje en áreas como matemáticas y lenguaje”, así como a los programas de seguimiento como el Día E, una jornada de reflexión para que maestros, rectores y comunidad educativa, en general, en la que todos definen la ruta y las metas para mejorar el rendimiento.
Al igual que el año pasado, la nueva medición del ISCE trae sorpresas que no le gustarán a muchas entidades educativas, en especial las que habían logrado consolidar un prestigio a partir de las pruebas Saber, en especial las de 11, conocidas popularmente como las pruebas del Icfes. Colegios de provincia obtuvieron mejor puntuación en primaria y secundaria, dejando atrás a los bogotanos que históricamente se caracterizaban por obtener el primer puesto en los rankings educativos.
En el caso de primaria, sorprende que se haya llevado el primer lugar el Liceo Victoria Regia, de Putumayo, un departamento antes caracterizado por no tener un sólido sistema pedagógico. El otro palo es el primer puesto de secundaria privada que obtuvo el Colegio El Socorro en Malambo, ciudad en que la Secretaría de Educación ha protagonizado escándalos de corrupción.
En lo que se refiere al sector privado, no hay mayores sorpresas para Bogotá, salvo que el Liceo Campo David, que funciona en Tunjuelito, ocupó el primer puesto en media, algo que ya había ocurrido en mediciones anteriores. En los primeros 20 lugares de colegios de educación media privada del país hay diez bogotanos, como Los Nogales, San Carlos, Santa Francisca Romana o San Jorge de Inglaterra.
Esa situación contrasta con el sector oficial de la capital, que se raja de manera estrepitosa. En primaria no hay ni una sola institución entre los primeros 20 puestos, en secundaria solo figuran dos, y en media, solo uno: el Instituto Técnico Central.
La otra sorpresa es el bajo desempeño de Medellín y Antioquia, que han tenido como bandera promover y mejorar la educación y que invirtieron el año pasado 3,6 billones de pesos. En las categorías solo 8 instituciones paisas están en los primeros 20 lugares. Incluso, si observan los promedios de las entidades territoriales de ISCE, algunos municipios de Antioquia tienen fuertes retrocesos.
Según el conteo, en Barranquilla, donde también se ha hecho una gran inversión, se encuentran los mejores colegios privados y públicos. La Arenosa ubicó diez instituciones en los primeros lugares. Si se tiene en cuenta el promedio del ISCE de las entidades territoriales, se concluye que en Chía y Duitama se imparte la mejor educación secundaria del país con un promedio de 7,18; que Girón, Santander, fue el municipio que mejoró más con respecto al año pasado en educación primaria; y que en Envigado y Tunja se encuentra la mejor educación media.
Sin embargo, la evaluación también confirma los problemas que siguen reinando en lugares apartados del país. Por ejemplo, el municipio que tiene la peor educación primaria es Uribia (La Guajira) con un ISCE de 3,53, puntaje muy por debajo del promedio nacional, de 5,42. Esta misma historia se repite en Quibdó, Lorica y Tumaco, municipios que se caracterizan por protagonizar escándalos de corrupción en las secretarías del ramo.
Es claro que, tras muchos años de huirle a hacer evaluaciones y rankings públicosel ministerio tomó ese riesgo y lo mantiene. Como en toda medición, siempre habrá polémicas, descontentos, defensores y contradictores, como muy seguramente se verá en las próximas semanas cuando los estudiantes y padres conozcan lo que pasó en el último año con sus colegios. Lo importante, más allá de saber quiénes son los mejores, es que el país tiene por fin un indicador que permita mejorar de forma integral la educación que reciben casi 10 millones de niños y jóvenes.
Colegio El Socorro
El Colegio El Socorro, ubicado en Malambo (Atlántico), que educa a niños y jóvenes de estrato cero al dos, se convirtió en el mejor colegio privado de secundaria del país. Fundado en 1979, su rector, Humberto Manuel Vásquez, dice que el plantel promueve una educación en valores para que “los estudiantes entiendan que pueden ser los mejores, lograr sus metas e ir a la universidad a través de becas. Es importante que los alumnos rompan el paradigma de que los primeros puestos son para colegios de grandes recursos”.
El Socorro consiguió este año un puntaje ISCE de 9,63, el más alto de secundaria privada a nivel nacional y superó notablemente su anterior calificación de 5,1 en 2015. Para el rector, parte del secreto de esta mejora se debe al trabajo en equipo entre los estudiantes, en el que comparten sus fortalezas con los otros, pero, a su vez, también reciben ayuda de terceros para mejorar sus debilidades. Los profesores juegan un papel fundamental, no solo en la formación académica, sino en la formación personal.
El Socorro tiene 1.150 estudiantes y 42 profesores. Uno de los resultados del trabajo realizado es que más de 40 jóvenes recibieron becas del programa Ser Pilo Paga y están haciendo sus carreras en diferentes universidades del país.
La flor del Putumayo
Victoria Regia es un lirio de agua que solo crece en la Amazonia. Esa condición única llevó a Nubia del Carmen Daza a llamar así al colegio de primaria que fundó en 2003 en Mocoa (Putumayo), pues quería que fuera un lugar de formación de alto nivel. “Nuestro colegio empezó como un sueño de tener, en nuestro Putumayo, un colegio de categoría e innovación y nuestro énfasis es en investigación”, afirmó Nubia del Carmen.
Y parece que lo logró. Según el Ministerio de Educación, esta institución, que tiene 185 niños y 15 profesores, es el mejor colegio privado en primaria en Colombia. Obtuvo una puntuación de 9,77, una cifra muy superior a la que registró el año pasado, cuando consiguió 7,77 puntos.
Nubia Daza, rectora del liceo, cree que ese salto se logró no solo por la forma como hacen que los niños despierten y desarrollen la inteligencia y las aptitudes que tienen, sino porque trabajaron intensamente en jornadas de refuerzo con los estudiantes que tienen bajo desempeño académico. El liceo tiene una jornada completa de ocho de la mañana a cinco de la tarde, en la que también enfatizan en inglés, artes y música