JUDICIAL

Así es la máquina 'barreminas'

Las Fuerzas Armadas utilizarán esta maquinaria para poner en marcha el proyecto de desminado humanitario.

25 de marzo de 2015
Una de las máquinas 'Barreminas'. | Foto: Cortesía

"Yo creo que en el año 2025 podríamos decir: Colombia, libre de minas. Ese es un logro inmenso, maravilloso". El presidente Juan Manuel Santos anunciaba así que las FARC y el Gobierno se habían comprometido a desminar el país con un plan de trabajo que exige que los guerrilleros aporten información sobre la ubicación de los artefactos para que estos sean retirados por el Batallón de Desminado del Ejército Nacional de Colombia (Bides).

Aunque pocos entendieron de qué se trataba ese ambicioso plan contra las minas antipersonal, por primera vez se daba un paso enorme contra una problemática que ha dejado más de 11.000 víctimas desde 1990.

Según el proyecto de desminado humanitario, el proceso será un trabajo en el que participarán miembros representantes de las FARC sin uniforme, sin armas y previa suspensión temporal de las órdenes de captura de acuerdo con la ley, que brindarán información requerida sobre las minas en el país y acompañarán el proceso de desminado que hará el Batallón de Ingenieros de Desminado Humanitario del Ejército.

Como parte de esa estrategia, unas máquinas gigantescas llegarán a los departamentos más afectados por estos artefactos para que las diferentes divisiones del Ejército inicien el desminado.

Semana.com conoció las primeras imágenes de la maquinaria denominada 'barreminas'. Hasta la fecha, sólo hay ocho máquinas operando en las diferentes regiones del país. Según las estimaciones del Gobierno, se necesitarán cerca de 11.000 uniformados del Ejército, Armada, Fuerza Aérea y Policía para el proceso de desminado, el cual estará dividido en tres grandes zonas del país.

La Zona 1 la componen el oriente antioqueño: Urabá, Nudo de Paramillo, bajo Cauca antioqueño, Montes de María y Serranía de San Lucas. En la Zona 2 están Norte de Santander, Santander, Eje Cauca, Boyacá y Casanare. Por último, la zona 3 la componen Meta, Caquetá, Guaviare, Cañón de las Hermosas, Cauca, Nariño y Putumayo.

Desde esta semana la Sexta División del Ejército Nacional –una de las primeras en contar con la maquinaria- tiene en su poder la moderna herramienta. Con esta deberán neutralizar las minas antipersonal y artefactos explosivos improvisados que han instalado las diferentes estructuras de las FARC en el sur del país.

Según fuentes de esa división, esta máquina, operada a control remoto a una distancia de hasta dos kilómetros, tiene un eje con cadenas y 34 martillos mayal que golpean el piso con una potencia de hasta 900 revoluciones por minuto, e inducen la detonación o su destrucción. Este eje es empleado hacia adelante y hacia atrás, con el ánimo de realizar una minuciosa inspección y remoción del área explorada.

“El timón sirve como una herramienta de limpieza para el control de campo o de remoción de minas. Se puede eliminar las minas antipersonal a una profundidad de hasta 30 centímetros, lo que garantiza un trabajo idóneo y seguro, ya que es capaz de resistir cargas explosivas de alto poder, sin que su detonación le produzca falla alguna”, explicaron.

Los técnicos antiexplosivos de la Sexta División del Ejército Nacional serán los encargados de desminar los departamentos de Caquetá, Putumayo y Amazonas.

Después de que la máquina desmine el lugar, los técnicos, con equipos detectores y caninos antiexplosivos, deberán realizar un nuevo barrido milimétrico para verificar que la zona haya quedado absolutamente limpia de cualquier amenaza que pueda afectar la vida e integridad de cualquier ser humano.

Sólo en el 2014 esta división neutralizó más de 3.500 minas y artefactos explosivos en el sur del país y esperan que con el uso de estas máquinas la cifra se duplique.

Finalmente, según estimaciones de la Campaña Colombiana Contra Minas (CCCM), desminar un metro cuadrado cuesta cerca de 1.000 dólares, un precio desorbitado si se compara con los 1,20 dólares que cuesta fabricar una mina u artefacto explosivo.

Al respecto, Santos dijo "¿Que va a costar demasiado? ¿Cuánto cuesta tener el país minado? Ese sí que es un costo casi que imposible de calcular".