NACIÓN

La tierra prometida a la mujeres de Pasca

Esta es la historia de cómo después de décadas de espera un numeroso grupo de mujeres recibieron hoy terrenos para trabajar.

6 de marzo de 2018

Las mujeres de Gúchipas Alta, en el municipio cundinamarqués de Pasca, no se cambiaban el martes por nadie. Y no era para menos.

Por primera vez 30 de ellas pueden darse el lujo de decir “tenemos tierra”, tal como lo afirmó Gloria Amanda Soto, una pasqueña de 46 años que, junto a Emilce Benavides, desde hace siete años se echó sobre sus hombros la causa de sus otras 28 compañeras de lucha.

“Hoy damos por terminado este proyecto con toda la satisfacción del mundo”, dijo Soto con la voz entrecortada cuando se le preguntó por el significado para ella y sus familiares de que a partir de la fecha son propietarios de una parcela de un par de hectáreas para sembrar mora.

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El acto de entrega de 60 hectáreas para las 30 mujeres de Pasca, que se hizo dos días antes del Día Internacional de la Mujer, se celebró en la finca Florida Blanca y estuvo encabezado por el director de la Agencia Nacional de Tierras, Miguel Samper Strouss, quien no ahorró elogios para las valientes mujeres de las que dijo son un ejemplo para el país.“Ustedes son las grandes protagonistas de esta historia (…) Los hombres tenemos que reconocer que las mujeres son más ordenadas y disciplinadas que nosotros”, enfatizó el funcionario ante unas 250 personas que se acomodaron en un establo acondicionado para el evento.

La historia de los subsidios integrales de reforma agraria para las campesinas de Pasca nació cuando a Emilce Benavides se le ocurrió una pregunta con reproche incluido: “¿por qué las mujeres no tenemos derecho a tener tierra (…) y sobre todo si somos campesinas?”.

Entonces el trámite del quijotesco proyecto de Benavides, Soto y compañía se inició ante el desaparecido Instituto Colombiano de Desarrollo Rural o Incoder. Pero cuando hace casi dos años nació la Agencia Nacional de Tierras, les volvió el alma al cuerpo a las 30 mujeres.

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A finales de agosto del año pasado, la Agencia les entregó los subsidios. En la jornada, en medio de casi una fiesta, la espera terminó y hoy 30 pasqueñas ya tienen su tierra para siempre, con títulos incluidos.

El objetivo, de acuerdo con Benavides, es que cuando las parcelas estén produciendo cada campesina obtenga mensualmente 2,5 salarios mínimos.

“Para mí ser mujer campesina significa todo (…) El solo hecho de poder ayudarles a otras mujeres es ya de entrada una satisfacción para uno”, agregó Gloria Amanda Soto, quien, no obstante, se lamentó de que en oportunidades la mujer campesina es vista en Colombia por encima del hombro.

“A veces incluso dicen de uno que está oliendo mal porque uno está en la cocina haciendo oficio u ordeñando (…) A muchas de nosotras 30 nos toca así. Que la comida para familia, que la comida para los obreros. Entonces yo creo que en muchas cosas sí se ha demeritado a la mujer campesina”, añadió Soto, casada y madre de cuatro hijos.

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A propósito del Día Internacional de la Mujer, Soto dijo que para ella “representa mucho (…) porque nos dieron un pedazo de tierra para poder trabajar. Eso quiere decir que cuando se trabaja honestamente se pueden cumplir los sueños”.

En tanto, para Benavides, de 52 años, el Día Internacional de la Mujer “es un reconocimiento a la labor que desempeñamos las mujeres, a nuestro aporte a la familia. Ese día es un reconocimiento a lo que representa la mujer en la sociedad”. En concepto de Benavides, que al lado de Soto fueron las figuras centrales del evento de Pasca, la mujer campesina a veces “no es bien tratada en una sociedad tan machista como la nuestra”. Para ella, “solo quien desconoce la importancia de la mujer puede mirarla por encima del hombro”.

Desde que nació hace poco menos de dos años, la Agencia Nacional de Tierras ha favorecido a unas 27.200 mujeres. De hecho, al menos el 54 por ciento de los colombianos que han sido beneficiados con los programas de la Agencia son mujeres.