PROTESTA
El paro invisible contra la corrupción
Municipios del pacífico colombiano están paralizados, exigen castigo contra quienes saquearon la región.
Once municipios del pacífico colombiano están paralizados desde hace seis días, exigen castigo contra quienes saquearon la región.
Si alguien tenía dudas del olvido en el que se encuentra el pacífico, basta recordarles que desde hace seis días esa región está bloqueada a raíz de un paro cívico y cuya única exigencia es que las autoridades le pongan freno y castiguen a los corruptos que la saquearon.
Lo más absurdo, es que pese a la naturaleza de la protesta y el impacto de la misma, ya que afecta a por lo menos 100 mil habitantes de once municipios del pacífico caucano y nariñense, muy pocos colombianos están enterados de la singular manifestación.
“Ya completamos cinco días de parálisis total. Si bien la protesta es pacífica, tememos que haya desabastecimiento de víveres”, explicó Marín Romero, personero de El Charco, Nariño, uno de los municipios afectados.
Hasta este viernes 15 de agosto el paro seguía su curso con las consecuencias propias de una protesta de tal magnitud. Por ejemplo, en esos municipios el comercio está paralizado, se suspendió la jornada escolar y el transporte fluvial que es el medio más usado, está suspendido,
“Mucha gente se abasteció antes de iniciar la protesta; pero tenemos casos de aquellas víctimas que subsisten de la ayuda humanitaria, que están sufriendo”, dijo Silson Carabalí, personero de Guapi, Cauca, otro pueblo en paro.
El paro regional del pacífico como lo denominan los líderes de los Consejos Comunitarios que lo organizaron, tiene como único propósito que el Gobierno Nacional y las autoridades de control “escuchen nuestras denuncias con pruebas, en torno a la manera como la clase dirigente se ha robado la plata de las obras en nuestros municipios”, argumentó Carmelo Castillo, consejero de Santa Bárbara de Iscuandé, Nariño.
Agregó el señor Castillo, que solo en su municipio se han presentado casos aberrantes, “como la desaparición de 10.000 millones de pesos en materiales para construcción, entregados para reparar las 240 casas afectadas por el sismo de ocurrido el 9 de febrero de 2013”.
Iscuandé es precisamente el pueblo desde donde se hizo la convocatoria del paro y se instaló una mesa de trabajo con los manifestantes. No obstante, la protesta también se extendió a localidades como El Charco, La Tola, Olaya Herrera, Mosquera, Barbacoas, Maguí Payàn y Roberto Payán.
Mientras que por el lado del Cauca participan tres municipios: López de Micay, Guapi y Timbiquí. En este último se registró un hecho tensionante el pasado martes 12 de agosto, cuando los manifestantes bloquearon la pista del pequeño aeropuerto y retuvieron por varias horas una aeronave de la empresa TAC que vuela desde Cali, hacia esa población.
A raíz de ese bloqueo que duró casi 24 horas, la empresa aérea decidió suspender hasta nuevo aviso, sus operaciones semanales que realiza hacia Timbiquí.
Hay quienes creen que el paro ya tuvo su primera respuesta efectiva, luego de que el gobernador de Cauca, Temístocles Ortega, hiciera el anuncio de suspender al acalde de Guapi, Yarley Ocoró, dos días después de iniciarse la protesta.
Ese alcalde era objeto de serias denuncias por supuesta corrupción y le criticaban que casi no permanecía en el municipio. Aunque la investigación corre por cuenta de la Contraloría y aún no ha terminado, el gobernador Ortega tomó la decisión de suspender al alcalde, como medida cautelar.
Pero los manifestantes no se conformaron con esa decisión y ya le hicieron saber a Ricardo Cifuentes, secretario de Gobierno de Cauca, que el paro se mantendrá, “hasta tanto el Gobierno Nacional conforme una comisión de ministros que escuchen sus demandas”, dijo el funcionario caucano.
Así transcurre el Paro Regional del Pacífico, una protesta invisible para el resto de los colombianos, que busca acabar con la corrupción.