ANTETITULO

Murió el 'zar' de las esmeraldas, Víctor Carranza

Próximamente SEMANA presentará un nuevo especial sobre minería. Después del oro y del carbón, es el turno de la piedra insigne de Colombia.

4 de abril de 2013
| Foto: León Darío Pelaez

En 2011 una tiara de diamantes y esmeraldas colombianas, que perteneció a la princesa Katharina Henckel von Donnersmarck, se subastó por 12,7 millones de dólares, convirtiéndose en la joya más cara del mundo.

‘La Lechuga’, una de las joyas más importantes de Hispanoamérica, tiene 1.485 esmeraldas.

La esmeralda 'Gachalá' (858 quilates), encontrada hace 50 años en Boyacá, es una de las más valiosas del mundo. Hoy hace parte de la colección del Instituto Smithsoniano de Washington.

La esmeralda tiene berilo, un mineral incoloro en estado puro. Una pequeña cantidad de cromo es lo

que le da su color verde.

La esmeralda, el diamante, el rubí y el zafiro conforman las cuatro piedras preciosas de la corteza terrestre.

Encontrar una esmeralda es 20 veces más difícil que hallar un diamante.

La esmeralda debe su rareza a su propiedad cristalina.

Colombia es el mayor productor de esmeraldas del mundo. Boyacá concentra el mayor número de minas de esmeraldas del planeta.

Las esmeraldas colombianas son más resistentes, brillantes y de tonalidades más puras y profundas.

Esmeraldas de tono azulado solo se encuentran en Colombia.

Para los alquimistas, la esmeralda es la piedra de Venus. Se dice que llegó como un regalo al planeta Tierra.