POLÍTICO

¿Por qué los defensores de la JEP dicen que las objeciones se hundieron y el gobierno que se salvaron?

Después de sacar las objeciones del pantano legislativo y enviarlas a la Corte Constitucional continúa la puja política. Todos reclaman el triunfo de acuerdo a sus cuentas de la votación.

3 de mayo de 2019
La clave de las cuentas está en la curul de Aida Merlano. | Foto: Fotomontaje SEMANA

Dicen que después de la tormenta viene la calma. Pero en el caso de las objeciones a la ley estatutaria de la JEP la puja política y jurídica continúa, aunque el trámite en el Congreso haya concluido. La clave está en el acuerdo político que logró destrabar el debate en Senado, porque allí tanto detractores como contradictores de la jurisdicción especial se están peleando el triunfo.

El jueves, cuarto día de debate, el desgaste era evidente. El tiempo apremiaba porque la Cámara de Representantes le había puesto el acelerador al Plan de Desarrollo y el Senado corría el riesgo de no alcanzarlo a discutir. Ese día inició de manera diferente, desde la noche anterior se estaba cocinando un acuerdo político liderado por los conservadores y apalancado por un sector de La U, en el que se planteaba desarmar el quórum y pasarle la responsabilidad a la Corte Constitucional para que decidiera sobre las objeciones. Ese fue el único acuerdo que funcionó.

En contexto: Así se llegó al final del debate sobre las objeciones a la JEP que pasan a la corte

Ese pacto no fue liderado por el gobierno, porque su meta era salvar en Senado las objeciones presidenciales. Tampoco por Álvaro Uribe, que había propuesto un primer acuerdo político, incluso con las Farc, bajo el supuesto de aprobar las objeciones. Sin embargo, en el acuerdo que se concretó sí participaron los liberales, los conservadores, la U y Cambio Radical. Se trató de una iniciativa parlamentaria en la que los opositores tomaron la iniciativa y que terminó acogiendo a regañadientes el Centro Democrático.

Foto: Guillermo Torres / SEMANA

A los detractores de las objeciones también les convenía, porque siempre insistieron en que el Ejecutivo estaba pasando por encima de la corte. Aseguraban que el Congreso no tenía competencia para tramitarla y estaban convencidos de que, en caso de volver al máximo tribunal, este las enterraría por inconstitucionales. Lo más probable es que esto suceda. Además, los defensores de la JEP tenían la ventaja tras su aplastante victoria en la Cámara de Representantes -110 votos contra 44-.

Escuche"¿Por qué es imposible que en la corte revivan las objeciones?" en Spreaker.

Por eso, cuando el presidente del Senado, Ernesto Macías, anunció que “no hubo decisión” sobre las objeciones y que por tanto el expediente y la ley irían a la corte, los defensores de la JEP sintieron que ganaron. La sorpresa se dio minutos después, cuando el uribismo y el gobierno también salieron a reclamar la victoria.

Las senadoras Paola Holguín y Paloma Valencia (Centro Democrático) dejaron constancia de que las objeciones no estaban hundidas porque había faltado un voto para eso, según sus cuentas, a lo que el senador Iván Cepeda les respondió tajantemente que habían obtenido la mayoría absoluta.

"Los Partidos Conservador, Centro Democrático, Colombia Justa Libres y el senador Jonatan Tamayo informan a la opinión pública que los seis artículos objetados del proyecto de Ley Estatutaria de la JEP deberían ser archivados", escribieron en un comunicado firmado, entre otros, por el expresidente Uribe.

El problema matemático

Cuando el debate de las objeciones no tenía vuelta atrás, el expresidente Álvaro Uribe fue el primero en proponer un acuerdo político para intentar salvar al menos dos objeciones. Su propuesta no logró los resultados que esperaba, es decir, convencer a la bancada de Cambio Radical, La U y el Partido Liberal, a través de sus jefes políticos: Germán Vargas, Aurelio Iragorri y César Gaviria. Sin embargo, consiguió atraer los votos de algunos parlamentarios de Cambio Radical, como Ana María Castañeda, y de La U, como Maritza Martínez y José David Name. Esto fue clave porque descompletó las cuentas que los defensores de la JEP tenían a su favor para generar una mayoría que requería de 48 votos para ser certera e incuestionable.

El pasado martes, mientras avanzaba la discusión y por fin había asomos de una votación del informe que proponía rechazar las objeciones, crecieron las suspicacias sobre una estrategia que ponía en peligro las mayorías que los defensores de la JEP se preciaban de tener. Algunos senadores de La U y Cambio Radical se salieron a la hora de votar, justamente los que copiaron la idea de Uribe de votar una a una las objeciones y salvar por esa vía dos, o al menos una.

Así que a la hora de votar les faltó un centavo para lograr un triunfo que nadie pudiera negar. Obtuvieron 47 votos para hundir las objeciones, frente a 34 de los gobiernistas. El quid del asunto es que, según la presidencia del Senado, les faltó un voto para lograr la mayoría absoluta.

Cuentas de los defensores

Para los opositores de las reformas a la JEP, hay que descontar del quorum una silla vacía de Aida Merlano (el Consejo de Estado falló en primera instancia pérdida de investidura) y 14 impedidos, lo cual supone una cifra de 93 senadores. Por tanto la mitad de esa cifra sería 46.5, y la mayoría absoluta 47. Se apoyan en una sentencia que plantea que los congresistas suspendidos no se deben contar.

Cuentas de los gobiernistas

Dentro del Centro Democrático tienen al menos dos interpretaciones. Una la dio la senadora Holguín, quien asegura que la mayoría absoluta es la mitad más uno de los miembros. Todavía no hay silla vacía de Merlano, por tanto habría 94 senadores en el quorum, descontando de la cifra total (108) a los 14 impedidos. Así, la mitad más uno sería 48. La otra la publicó la senadora Paloma Valencia, quien asegura que para las leyes estatutarias se exige la mayoría absoluta de sus miembros, y que los impedimentos no la modifican, por tanto la mayoría necesaria serían 55 votos.

Por eso, tanto los defensores de la JEP como sus detractores están reclamando el triunfo. “Se salvó la extradicción a los narcotraficantes. No se consiguieron las mayorías para hundir las objeciones. El gobierno queda muy tranquilo. Cuando hay discrepancia entre las dos cámaras se hunden los artículos y será la Corte Constitucional la que defina”, aseguró la ministra del Interior. Esta tesis no es fácil de asimilar, si se considera que el gobierno tuvo una derrota aplastante en la Cámara, y que fueron  más los votos en Senado partidarios de hundir las objeciones, y que el gobierno no logró sacarlas adelante.

Por la otra parte, Roy Barreras asegura que las objeciones fueron negadas, que la Corte les dará la razón, y que además enviará la ley a sanción presidencial. La verdad de su afirmación dependerá de que, efectivamente, el Partido Conservador pierda la curul de Aída Merlano y se decrete esa silla vacía, o que la misma Corte Constitucional considere que ella, por estar en la cárcel, era irreemplazable. La ‘papa caliente’  la tiene ahora el alto tribunal.