CAPITAL
La filarmónica tiene su sede volando
La Orquesta Filarmónica de Bogotá sigue sin saber cuál va a ser su lugar de trabajo. ¿Qué va a pasar?
Apesar de que el Auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional ha acogido a la Orquesta Filarmónica de Bogotá (OFB) por 47 de sus 50 años de existencia, la agrupación siempre ha estado a la espera de una sede propia. A mediados de 2014 los músicos alcanzaron a ilusionarse. La OFB suscribió un convenio entre el Acueducto de Bogotá, la Secretaría de Cultura y la Nacional para diseñar la sede, el Distrito le concedió un lote de 9.490 metros cuadrados cerca al coliseo El Campín y el Acueducto invirtió 2.000 millones de pesos para contratar el diseño del proyecto con un equipo multidisciplinario del Instituto de Centros Urbanos de la universidad. En noviembre de 2015, el Concejo aprobó un presupuesto de 14.700 millones para la primera fase de construcción, de los 110.000 millones totales que el instituto presupuestó en la etapa de diagnóstico, conceptualización y diseño.
Durante el convenio, el Acueducto y la universidad se enfrascaron en un debate presupuestal que dilató la formulación del proyecto, y por eso este se cruzó con el cambio de alcaldía. No obstante, según Manuel Villa, arquitecto diseñador de la Casa Filarmónica, el equipo le entregó al Acueducto –como contratante– una propuesta avanzada y concreta que podía haberse retomado en la siguiente administración.
La directora general de la orquesta, Sandra Meluk, insiste en que el proyecto nunca les fue entregado formalmente en el empalme. No obstante, Meluk y su equipo jurídico, a pesar de no conocerlo, señalan que no estaba completo y que no cumplía las especificaciones urbanísticas. “Eso no es cierto. El equipo lo entregó en un etapa del 80 por ciento, que corresponde a los planos generales, consiguió licencia urbanística, la aprobación de la Defensoría del Espacio Público (Dadep) y ya estaba en trámite la licencia de construcción”, aseguró a SEMANA el arquitecto Villa.
A esta discusión se sumó otro elemento. La semana pasada el alcalde Enrique Peñalosa anunció la remodelación y ampliación, mediante una APP, del coliseo El Campín, que ocupa el terreno que la administración anterior le había entregado a la orquesta. El problema de fondo es que, según los voceros de la Alcaldía, el contrato para esa obra se concretó primero que el de la construcción de la sede para la OFB, y por su cercanía y factores como la seguridad y los accesos vehiculares, ambos escenarios no pueden convivir.
Para buscarle una salida al dilema, el alcalde señaló el pasado lunes que el nuevo coliseo podría acoger a la OFB y que la administración considera que lo mejor es que “la orquesta no estuviera en este sector, sino en un sitio más especializado. Estamos en conversaciones, hay universidades interesadas en tener la sede, como la Universidad de los Andes, la Universidad Nacional”. Expertos consultados por SEMANA insisten en que las particularidades de una orquesta tan grande como la Filarmónica no se adecúan a las de un coliseo y tampoco a las de un auditorio universitario, pues además de los 96 músicos sénior de la OFB hay cinco orquestas juveniles que están bajo su tutela y varios programas de formación musical.
Frente a este tema, David García, exdirector general de la OFB, asegura que el avance de los estudios de la Nacional sí fue entregado con la supervisión de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, y que en ellos se confirma la idoneidad del sitio para la sede. Con él coincide Arup Acoustics, una de las multinacionales de ingeniería más renombradas en temas de acústica, que asesoró el proyecto y lo avaló técnicamente. El León de Greiff, que eventualmente sería el más idóneo de los nombrados por el alcalde, sigue en espera de ser restaurado mediante una obra que no duraría menos de 16 meses. Y a esto cabe añadir que una Filarmónica necesita un edificio especializado que no dependa de la agenda universitaria.
La cuestión de la sede de la orquesta trasciende el tema cultural y ha adquirido connotaciones políticas. Durante el debate del Plan de Desarrollo de Peñalosa, el Concejo Distrital presionó por conservar la partida de 14.000 millones para la sede e incluyó en el plan la promesa de construirlo. Según le dijo Sandra Meluk a SEMANA, la administración avanza en un anteproyecto, con un equipo interno de la orquesta, para determinar cuáles son las características de la Casa Filarmónica.
Mientras la Alcaldía avanza en su idea, quedan dos preguntas abiertas: ¿podrá, esta vez, cumplirse la promesa de la sede?, y en caso de que empiecen las obras del León de Greiff, ¿a dónde iría a parar la Filarmónica?