POLÉMICA
La columna de Paloma Valencia sobre el acoso que sufrió su madre
En su texto, la senadora uribista cuenta un duro episodio de su vida familiar. "La verdad es la única que protege y la verdad es la única que condena. La especulación destruye el buen nombre de hombres inocentes", escribió.
"Yo también, dijo mi mamá". Así se titula la columna que la senadora Paloma Valencia publicó este viernes en las páginas del diario El Nuevo Siglo. En esta, la senadora del Centro Democrático revela que su madre, Dorotea Laserna, también fue víctima de un caso de acoso por parte de una persona que aprovechó su posición pública y su condición de poder.
Paloma relata en la columna que el responsable de la agresión ocupaba el cargo de Procurador General de la Nación y que su madre acudió a él para solicitarle ayuda por las condiciones en las que se encontraba en ese momento.
Valencia no da nombres, y justifica esa decisión en la petición expresa de su madre, aunque aclara que preferiría que las denuncias de este tipo se hicieran con el nombre propio del agresor. Sin embargo, dice que respeta el derecho a guardar silencio porque "no se puede forzar a nadie a decir lo que no está listo para enfrentar".
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La senadora uribista cuenta que su madre acudió al despacho del procurador de entonces sin dar detalles de la fecha o la circunstancia. Asegura que acudió para pedir ayuda en la defensa de sus derechos como mujer y madre soltera, pues para ese momento estaba recién divorciada.
"No se puede forzar a nadie a decir lo que no está listo para enfrentar".
"El Procurador se mostró receptivo y amable. Avanzada la conversación la invitó a pasar a un salón contiguo al de su oficina. Había, me dijo, un sofá amplio, como una cama. Un bar con whisky y hielo. Luz tenue. Le ofreció un trago. Ella lo rechazó. Le dijo que la ayudaría. Le puso la mano sobre la pierna y trato de acariciarla", escribe Valencia describiendo la situación.
Y agrega: "Mi mamá recuerda que en un marco alcanzó a ver la foto de una pequeña bebé, la del Procurador. Ella se puso de pie. Asustada y perpleja dijo que ya no necesitaba que el Procurador la defendiera. Se fue. Por supuesto, ni el Procurador la defendió, ni nadie la defendió del Procurador".
En su relato, la congresista agrega que su mamá, tiempo después de esa situación que tuvo que enfrentar en un despacho público, escuchó varias cosas relacionadas con ese procurador y la forma en que, añade, usaba el poder de su cargo para pedir favores de cualquier tipo para ayudar, entre otras cosas, a ascender en el Ministerio Público. Dice que había una especie de cama en esa oficina.
"Ni el Procurador la defendió, ni nadie la defendió del Procurador".
"Me cuenta que luego oyó muchas cosas sobre ese Procurador. Se hablaba de una cama donde cursaron todos los ascensos de la entidad, los servicios que prestaba la entidad. Sí, ¡una cama! Ya sé por mi mamá que la cama existió, faltan las mujeres que cuenten lo qué pasó", se lee en la columna.
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"Espero que mi mamá decida enfrentar la gravedad de estos hechos, dando el nombre del agresor. La verdad es la única que protege y la verdad es la única que condena. La especulación que daña a otros y que empieza a teñirse de matices políticos, destruye el buen nombre de hombres inocentes y también daña el proceso de reivindicación de las mujeres", concluye la senadora uribista.