POLÍTICA

"Para la paz, necesitamos un Mandela colombiano"

Por cuenta de recientes masacres Antioquia ha regresado al primer plano en materia de violencia. SEMANA habló con su gobernador Sergio Fajardo acerca de Medellín, el proceso de paz, la política y la nueva criminalidad que se configura en el país.

17 de noviembre de 2012
Sergio Fajardo, gobernador de Antioquia. | Foto: GUILLERMO TORRES/SEMANA

SEMANA: Como exalcalde de Medellín, usted tiene una perspectiva privilegiada sobre los nuevos brotes de violencia que sacuden la capital antioqueña. A pesar de que se han realizado varios proyectos y se han inyectado miles de millones en recursos, la violencia no se acaba. ¿Qué se puede hacer?

SERGIO FAJARDO:
Hay sectores en Medellín que llevan 30 años en la violencia. Y hay violencia de todo tipo, hemos tenido paramilitares, milicianos y todo tipo de bandas. Esto significa que hay generaciones enteras que nacen en la violencia, que sus padres y sus abuelos han vivido en la violencia. Las raíces son muy profundas. Por esto la respuesta también tiene que ser muy profunda.

SEMANA:¿Cuál sería el primer paso?

S.F.:
Localizar e identificar los focos de la violencia, como se ha venido haciendo. Tenemos la comuna 13 que queda en el centro occidental de la ciudad. Empezó como un barrio de invasión y se ha convertido en un lugar de violencia permanente. También tenemos las comunas 8 y 9 en el área centro oriental. Son espejos separados por el río.

SEMANA: Después de identificarlos, ¿qué propone?

S.F.:
Una intervención integral. Hay que atender varios factores de manera simultánea porque de otra manera no seremos capaces. No puede ser por pedacitos, hay que entender el problema de manera global. Esto tiene un componente de Justicia, de orden público y de sociedad.

SEMANA: Empecemos por lo primero. ¿Qué papel deben jugar la Justicia y el orden público?

S.F.:
Tenemos que crear un cuerpo élite para intervenir sobre las bandas que hacen presencia allí. Un grupo especializado de fiscales que no sea susceptible a ser contaminado por la comunidad. Deben tener gran capacidad de investigación porque tienen que luchar contra una red bien estructurada. También creo que la intervención en las cárceles es clave.

SEMANA:¿Qué papel desempeñarían la Policía y el Ejército?

S.F.:
Necesitamos un grupo de Policía y Ejército del más alto nivel para que de la mano de los fiscales ataquen los brotes de violencia y el microtráfico. La Justicia y la fuerza pública deben estar coordinadas. Necesitamos un grupo de élite, con organización, aprendizaje y las mejores capacidades tecnológicas.

SEMANA: Pero usted habla de una respuesta integral. ¿Qué otros factores se deben combatir?

S.F.:
En forma simultánea, es urgente una intervención con la comunidad que por décadas ha vivido en estas circunstancias. Programas de reconciliación, de sanación comunitaria, un cuerpo gigantesco de psicología comunitaria y de organizaciones para acompañar el desarrollo de las comunidades. Porque si no hacemos este tipo de intervenciones, cambiamos un alias criminal por otro, y así.

SEMANA: En especial, usted menciona la atención a los jóvenes.

S.F.:
Es lo fundamental. Son personas que nacieron en el conflicto, que sus padres muchas veces no estaban, que fueron criados por abuelitas en medio de un entorno violento. Por esto es crucial arrancar desde la primera infancia. Ir colegio por colegio, niño por niño. Debemos poner un énfasis particular en los niños de 8 a 12 años con programas de becas, programas de prevención de consumo de drogas, prevención del embarazo adolescente. Si ya están en la esquina, hay que ir a las esquinas, y uno por uno, proponerles un proyecto de vida. Para que funcione, esto no puede ser solo por un ratico. Debe ser una apuesta política de mínimo 10 años. Es urgente un programa de choque de orden nacional, con recursos y con visibilidad.

SEMANA:¿A nivel departamental siente que la seguridad ha disminuido? ¿Por qué ocurren masacres tan macabras como la de Santa Rosa de Osos? ¿No eran cosas del pasado?

S.F.:
Tenemos zonas problemáticas que están identificadas. Son corredores donde están el narcotráfico, bandas criminales, la guerrilla, el oro… Ya la situación no es de combates de tropas, de aviones fantasma, sino de una nueva estrategia para combatir a grupos criminales pequeños, minas antipersonales, motos con poder de matar. No es cualquier cosa ver diez personas muertas de los más humildes, hay que reconocer ese dolor, esa vergüenza. Lo que debemos prevenir es que ese dolor se convierta en rabia y esa rabia en venganza.

SEMANA: Hace poco usted escribió un blog sobre alertas tempranas al proceso de negociación con las Farc. ¿Qué lo llevo a hacerlo?

S.F.:
Quisiera no tener que decir ni una palabra, pero como gobernante debo entender y reconocer el papel protagonista de Antioquia en todo lo que tiene que ver con la violencia.

SEMANA:¿Hasta ahora el gobierno ha incluido a los gobernantes regionales y locales de alguna manera?

S.F.:
No que yo sepa. Pero es importante ir incluyendo a las personas que van a ser parte de la solución. Esto no significa que nos den detalles del proceso, pero sí que establezcan una comunicación con los mandatarios locales. Hay algo que se les olvida, nosotros tenemos un plan de desarrollo que no incluye ninguna negociación de paz. Y si hay negociación, ¿entonces cómo vamos a cambiar? No estamos preparados.

SEMANA: El presidente ha dicho que si no se logra un acuerdo, el país no pierde nada. Sin embargo, según su blog, usted no comparte esa idea.

S.F.:
Es un error muy serio. Si no se logra un acuerdo, sería otra ilusión perdida. El costo es alto en términos políticos, de violencia y militares. Pero lo más grave es la desesperanza.

SEMANA: Otro punto de su blog es que hay generaciones enteras que no saben vivir en paz. ¿Está el gobierno preparando al país para cuando llegue el acuerdo?

S.F.:
Todavía no. Y no hay que esperar a que se firmen los acuerdos para hacer la pedagogía. En las encuestas, la gran mayoría sí quiere hacer la paz. Pero los obstáculos que vienen son muy grandes y mantenerse firme, explicarle a una sociedad que independientemente de esos obstáculos estamos recorriendo un proceso, es difícil. Se necesita un gran pedagogo. Necesitamos un Mandela colombiano.

SEMANA: Su gran apuesta política es la educación ¿Cómo va Antioquia, la más educada?

S.F.:
Vamos con todo. Nos estamos desplegando por todo el territorio: hicimos los premios de educación, vamos a construir 40 parques educativos, olimpiadas, pactos por calidad, el programa Jóvenes con Futuro, un programa masivo de becas, un programa especial con la Universidad de Antioquia como eje del desarrollo en la región. Todo lo estamos moviendo. Aunque solo nos paran bolas cuando hay una masacre, hasta el 31 de diciembre de 2015 toda mi energía estará dedicada a la educación.

SEMANA:¿Los paisas siguen bravos con Santos?

S.F.:
No creo. Esto no es paisas contra bogotanos, eso es obsoleto, prehistórico. Nosotros no estamos en eso, lo que nos gusta a nosotros es trabajar. Bájense de ese cuento. Discusiones entre Santos y Uribe, eso es otro problema.

SEMANA:¿Y su relación con el Partido verde?

S.F.:
Soy disidente del partido, nunca hablo ni una palabra con ellos. No estoy invitado a nada. Es increíble que el partido todavía no tenga política para el país en educación, corrupción, medio ambiente, minería. Allá tienen su poder, lo estarán disfrutando.

SEMANA:¿Ve ‘Pablo Escobar, el Patrón del Mal’? ¿Que tal le parece?

S.F.:
Muy buena. Creo que hay que digerirla, soy de los que creo, que aunque doloroso, vale la pena verla. No me he perdido capítulo. Buena parte de la violencia que tenemos en este país va de la mano de ese señor que empezó hace 32 años. Hay gente que se molesta, pero que hacemos si así fue la historia. Me duele y me da vergüenza, pero bueno, seguimos para adelante.