EDUCACIÓN
El revolcón que Peñalosa quiere darles a los colegios
El alcalde promete construir 30 planteles nuevos en Bosa, Suba, Fontibón, Kennedy y Ciudad Bolívar, y reconstruir otros 32. ¿Le alcanzará el tiempo?
Enrique Peñalosa suele hablar siempre en términos muy ambiciosos. Desde cuando fue elegido alcalde ha asegurado que construirá las grandes vías que no se han hecho en los últimos 30 años, dejará avanzada la primera línea del Metro, completará una extensa red de ciclorrutas, duplicará los kilómetros de Transmilenio y creará un sendero ecológico en los cerros orientales.
Sin embargo, se anticipa que ninguno de esos proyectos le saldrá pronto. Algunos levantan enormes controversias, otros son demasiado costosos y otros simplemente necesitan muchos meses para sacarse adelante, si es que los saca. Al alcalde lo suelen criticar por su carácter soñador y porque muchos de sus proyectos están en renders muy bien diseñados, pero serán muy difíciles de implementar en la práctica.
Pero puede haber una puesta que logre muy pronto y que él mismo ha denominado con esa misma ambición con la que habla siempre: "Revolución de los colegios". Si lo logra, se trataría de una de las más grandes trasformaciones educativas en la historia de Bogotá.
Incluye la construcción de 30 megacolegios nuevos y la reconstrucción y ampliación de por lo menos otros 32 en los casi tres años que le quedan de gobierno. También incluye la construcción de tres nuevas sedes del Sena y tres centros de innovación donde los maestros podrán mejorar sus prácticas y experiencia docentes.
El Alcalde dio la noticia la semana pasada de que ya tienen ubicados los lotes en los cuales se construirán los colegios y están prácticamente finiquitados los trámites para adquirirlos. "Queremos que sean unos verdaderos templos del saber en los barrios. En el 2018 estaremos entregándolos todos ya construidos", señaló Peñalosa.
¿Por qué es importante esta "revolución" para la Alcaldía?
Con los colegios Peñalosa se juega una parte importante de su capital político. En un contexto que le ha sido adverso y en varios meses en que no le ha menguado la crítica, tener alguna obra que entregar, y más si es de este tema puede ayudarle a llevar más livianamente tu mandato.
Desde el punto de vista político es un activo muy importante para el alcalde porque serán las primeras obras que podrá mostrar. Las otras obras, teniendo en cuenta el grado de atraso en el que estaba la ciudad en términos de diseños y de organización fiscal, requieren más tiempo. Si bien según los tiempos del alcalde va dejar todas las grandes obras en un grado importante de avance, es posible que no alcance a cortar la cinta de ninguna de ellas.
Desde el punto de vista de gestión, es un logro clave. Uno de los atrasos más significativos de la ciudad es la cantidad de niños que no estudian en jornada única: cuando Peñalosa llegó sólo cuatro de cada 100 niños tenían esa oportunidad. Y esa es una de las causas de la inequidad que se vive en la ciudad. Mientras los niños de estratos altos son atendidos por instituciones educativas privadas durante ocho horas, los niños de los estratos populares sólo reciben cinco o seis horas en las escuelas y colegios oficiales y vuelven a sus casas en las que muchas veces no hay quien los cuide porque sus padres están trabajando.
Con la construcción de estos 30 colegios y la ampliación de 32 más, la meta de la administración Peñalosa es llegar al 30 % de niños en jornada única. Si bien todavía faltará mucho para llegar al 100 %, el salto sería significativo.
El equipo de la Secretaría de Educación se ha concentrado en estos primeros meses de gobierno en estudiar en detalle en dónde se deben construir estos colegios. Un estudio de insuficiencia de infraestructura educativa realizado por la Secretaría determinó que la mayor demanda de colegios se presenta en las localidades de Suba, Fontibón, Ciudad Bolívar, Bosa y Kennedy.
La inversión en el desarrollo de esta infraestructura educativa ascenderá a 1,1 billones de pesos y contempla adicionalmente el mejoramiento de por lo menos 300 sedes educativas a lo largo y ancho de la ciudad en las cuales se realizará todo tipo de construcciones y adecuaciones: cubiertas, baños, salones y espacios deportivos.
Hoy, cerca de 830.000 niñas, niños y jóvenes asisten cada día a los colegios y escuelas públicos de la capital.
El proyecto está enmarcado dentro del concepto de ‘Bogotá una ciudad educadora‘, en cuya ejecución Peñalosa invertirá 15,5 billones de pesos, la cifra más alta destinada a este sector por parte de una administración distrital.
“Queremos una sociedad que le apueste al conocimiento y una ciudad en donde los estudiantes vayan felices a los colegios y tengan la posibilidad de desarrollar sus talentos y habilidades. Bogotá debe ser una ciudad para disfrutar en paz, donde los niños puedan crecer libres, plenos y sin miedo”, resaltó Peñalosa.
Como parte de dicho proceso, en días pasados se iniciaron las obras del Colegio Puerto del Sol, en Suba, que tendrá cabida para 555 estudiantes para jardín, transición, primaria y bachillerato en jornada única. El predio donde se construirá tiene 17.805 metros cuadrados, de los cuales 5.145 (28 %) serán destinados a la construcción del colegio y el resto se destinará para que la comunidad pueda disfrutar de zonas verdes y comunales.
Este colegio, así como la mayoría de los que construirá el Distrito, contará con aulas para preescolar, primaria y secundaria; laboratorios, ludoteca, aula polivalente, talleres de música, arte, danza, cocina, comedor y cancha múltiple.
El Puerto del Sol será el primero de la actual Administración en manejar el concepto de ‘escuela abierta’, lo que significa que la comunidad podrá utilizar los espacios de reunión y recreación de la institución cuando así lo solicite.
Educación con calidad
Según Francisco Cajiao, exsecretario de Educación de Bogotá, desde la primera administración el alcalde Peñalosa viene construyendo muchos colegios con estas características.
“Todo esto contribuye enormemente a mejorar la calidad de la educación porque definitivamente educarse en unos ambientes y espacios agradables es muy importante. Pero más allá de eso, crea una mayor capacidad que permite generar nueva oferta de aprovechamiento del tiempo escolar y de de aprendizaje. Por eso creo que todo lo que se haga de infraestructura es muy importante”, señaló.
Por su parte, Oswaldo Ospina de la Fundación Compartir, advirtió que sin duda la apuesta de construir más y mejores espacios para la educación es algo que nunca se debe dejar de hacer, especialmente en Bogotá, que requiere de una infraestructura de primer nivel.
“Lo más destacado de la apuesta educativa de Peñalosa es considerar que la educación sucede más allá de las aulas de clase. Y considerar a Bogotá como ciudad educadora. Educamos en los parques, en los espacios públicos, en los museos y las bibliotecas”, destacó el analista.