Petro se encuentra este miércoles en Washington exponiendo su caso ante la CIDH. | Foto: Juan Carlos Sierra

POLÍTICA

Las posibilidades de Petro de ganar la revocatoria

Es posible que el alcalde también saque ventaja de la decisión de la Registraduría. Análisis de Semana.com.

18 de diciembre de 2013

Aunque a primera vista la convocatoria a las urnas para que los ciudadanos decidan sí se revoca el mandato del alcalde de Bogotá podría interpretarse como una mala noticia para Gustavo Petro, es posible que al igual que su destitución e inhabilidad termine sacándole provecho a su favor.

En efecto, si antes de la decisión del procurador Alejandro Ordóñez ya era bastante improbable que al mandato de Petro se le pusiera fin, en las urnas ahora es casi quimérico cuando goza de una popularidad superior al 50 % y hay una enorme solidaridad en torno a él.

Para que Petro sea revocado se necesita voten alrededor de 1’200.000 ciudadanos y que más de la mitad vote por sacarlo del Palacio Liévano. ¿En las actuales circunstancias habrá más de 600.000 personas que decidan ir a votar para decirle que se vaya?

La situación es muy compleja porque el llamado se da de manera simultánea cuando hay una discusión enorme por el problema jurídico formulado por la Procuraduría. Los ciudadanos seguramente se confundirán con este nuevo proceso eminentemente político. Dadas las cifras tan altas que se requieren para revocarlo, es bastante natural que ahora termine ganando este pulso político.

Porque si hay algo en lo que hay consenso general es la desproporción del castigo contra Petro. Quince años de inhabilidad, dijo él, es “una cadena perpetua”. Como escribió la revista SEMANA, haberlo inhabilitado de esa manera hizo que uno de los alcaldes más cuestionados que ha tenido Bogotá se haya convertido en una causa célebre a escala internacional.

Desde el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en Colombia y el recién nombrado embajador de Estados Unidos en Colombia manifiestan su preocupación por la incidencia de esa decisión en el pluralismo ideológico y en el proceso de paz. Human Rights Watch y una serie de ONG internacionales, así como varios parlamentarios del resto del mundo, se solidarizan con esa preocupación.

Mientras tanto, Petro llena la Plaza de Bolívar y hace arengas gaitanistas de lucha de clases desde el balcón. De la noche a la mañana su imagen, que estaba por los suelos, sube 20 puntos.

La verdad, agrega SEMANA, es que el alcalde tiene artillería para su revancha. Aunque se le ha salido el cobre autoritario y populista, se ha presentado como el mártir de una persecución ideológica por cuenta de su pasado guerrillero. Eso es lo que lo ha convertido en una celebridad entre la izquierda internacional.

De hecho, este miércoles cuando el registrador Carlos Ariel Sánchez informó que el proceso de revocatoria estaba en marcha y que se realizaría en dos meses, Petro estaba en Washington en reuniones de altísimo nivel para exponer su caso. Un hecho inédito para un político que hasta hace poco era rechazado por los ciudadanos de la capital en su gran mayoría debido a su pobre gestión.

Ahora Petro se ha crecido. Este día, por ejemplo, se reuniría con el congresista de EE. UU. demócrata Jim McGovern y con el secretario técnico de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Emilio Álvarez Icaza.

Además, en su agenda también tenía prevista una reunión con el vicepresidente de la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por su sigla en inglés), Adam Schaeffer. Y, por si fuera poco, también planeaba reunirse con el embajador de Colombia en Estados Unidos, Luis Carlos Villegas, y con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza.

A todas las citas, Petro iba en su condición de mártir, que es la bandera que ha agitado desde que el procurador hizo su anuncio. Por eso, en principio no se mostró inquieto por el llamado a las urnas.

El exsecretario de Gobierno distrital Guillermo Asprilla, uno de los miembros de su guardia pretoriana, señaló en entrevista telefónica exclusiva con el diario El Tiempo que la decisión de la Registraduría “es una evidencia más del deseo de un sector del establecimiento que quiere sacar a Petro de la Alcaldía a como dé lugar. Esa revocatoria tiene una base espuria, las firmas no reunían los requisitos legales”. Y no vaciló al momento de señalar la supuesta autoría: “Tanto la decisión de la Procuraduría como la de la Registraduría tienen un origen común y detrás eso está el uribismo”.

El temor de Asprilla incluso es que los tiempos de apelación no den para que los ciudadanos puedan manifestarse en las urnas lo que explica su confianza en que ganará: “Estoy seguro que el procurador no va a permitir que la gente salga a votar en el proceso democrático. Él, obrando contra derecho hará todo lo posible para que Petro no esté en la Alcaldía el día de la consulta”.

Una expresión que naturalmente tiene sorprendido a Miguel Gómez, representante a la Cámara por La U e impulsor del proceso de revocatoria: “Él, quien fue el mayor obstáculo para este proceso ahora reclama el derecho de ir a las urnas, ahora sí le parece que este es el mecanismo”, declaró el legislador. ¿Qué irá a hacer Petro? Dilatar y dilatar la decisión de Alejandro Ordóñez.

Petro, quien este miércoles está en Washington exponiendo su caso ante la CIDH, tiene cinco días para notificarse.  Sin embargo, si antes la Procuraduría deja en firme la destitución a Petro, quien aún no ha presentado el recurso de reposición por el fallo, se terminaría el mandato y no habría proceso de revocatoria.

Pero si la revocatoria se da antes de la decisión final del procurador, la pregunta natural es qué irá a hacer Ordoñez cuando la ciudadanía se manifieste y diga que quiere que el alcalde se quede en su cargo. ¿Influirá en algo? O ¿se mantendrá firme y lo inhabilitará por los próximos 15 años?