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El Plan Colombia nació en el gobierno de Andrés Pastrana. | Foto: Archivo SEMANA

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Un desplante al expresidente Pastrana

Andrés Pastrana fue uno de los invitados por la Casa Blanca a la celebración de los 15 años del Plan Colombia, pero brilló por su ausencia en la recepción que por el mismo motivo ofreció el embajador de Colombia en Washington. Esta es la historia.

8 de febrero de 2016

La semana pasada,  la Casa Blanca celebró por todo lo alto los 15 años del Plan Colombia, el más ambicioso proyecto de cooperación de Estados Unidos con Colombia, que fue diseñado con dos propósitos específicos: fortalecer la lucha contra el narcotráfico y acabar la amenaza terrorista que suponían las guerrillas colombianas.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lideró la celebración. Para ello diseñó una lista de invitados especiales de los dos países, entre los que incluyó a los expresidentes de ambas naciones que habían tenido relación directa con la aplicación del referido plan. Por eso, los estadounidenses Bill Clinton y George W. Bush, así como los colombianos Andrés Pastrana y Álvaro Uribe, fueron algunos de los nombres que se timbraron en las respectivas tarjetas de invitación.

Andrés Pastrana es recordado por ser el presidente del fallido proceso de paz de San Vicente del Caguán, donde Manuel Marulanda Vélez, entonces máximo líder de las FARC, lo dejó solo, con la silla vacía, en el acto de instalación de los diálogos. Pero también pasará a la historia por haber sido el presidente que firmó el Plan Colombia con Estados Unidos, gracias al cual se consiguieron los mayores golpes de la historia al secretariado de las FARC.  

Por eso, para el presidente Barack Obama, y por supuesto que para el presidente Juan Manuel Santos, la presencia de Pastrana en la Casa Blanca era determinante. En su gobierno había nacido la mayor cooperación estadounidense a Colombia y aunque Pastrana no sea muy afecto al gobierno Santos, no se perdió la cita.

Viajó a Estados Unidos por su cuenta, aunque días antes el presidente Juan Manuel Santos le había ofrecido hacerlo, al igual que al expresidente Uribe, con la delegación oficial de su gobierno y en el mismísimo avión presidencial.

El pasado 4 de febrero fue el gran día. Entre los invitados especiales, como el actor Jhon Leguízamo y el pelotero Orlando Cabrera, estaba Pastrana en primerísima fila en el salón Oeste de la Casa Blanca. Estuvo acompañado por su hijo Santiago y su esposa, Nohra; fue de los primeros en llegar y su saludo con la primera dama y con el presidente colombiano fue respetuoso pero frío. Allí vio cómo los presidentes Obama y Santos transformaban el Plan que 15 años atrás había firmado con el presidente Clinton. Ahora, la cooperación se denominará Paz Colombia, y también supondrá la inversión de millonarios recursos, US$450 millones anuales, pero con un enfoque más social que bélico.

Fue un día de fiesta y celebración que tuvo su continuidad en la noche, en la residencia del embajador colombiano en Washington, el exministro de Defensa Juan Carlos Pinzón, quien, junto a su esposa, ofreció una cena en homenaje al presidente Juan Manuel Santos.

En el homenaje tuvieron asiento un total de 130 invitados de todo tipo. Según la lista, se dieron cita importantes empresarios colombianos como Carlos Ardila Lulle y Luis Carlos Sarmiento Angulo, y estadounidenses como Muhtar Kent, presidente de Coca Cola. También fueron invitados el fiscal Eduardo Montealegre y el general David Petraeus, director de la CIA. Y el exsecretario de Estado Colin Powell.

En la variopinta lista de invitados también se encontraban congresistas gringos, algunos gerentes y directores de medios de comunicación colombianos y hasta la reina colombiana Ariadna Gutiérrez, quien alcanzó a ser Miss Universo unos minutos, que estuvo poco tiempo en la recepción. La canciller María Ángela Holguín, el exministro Diego Molano y su esposa, también llegaron, saludaron y tuvieron que marcharse.

Pero el gran ausente de la lista de invitados fue el expresidente Andrés Pastrana. Una ausencia sorpresiva, pues los expertos en diplomacia aseguran que lo protocolario era que el embajador lo participara de la cena, más cuando se sabía con antelación de su presencia en la capital de Estados Unidos y cuando el objeto de la celebración era los 15 años del Plan Colombia, y homenajear a algunos de sus protagonistas.

De inmediato, las especulaciones se abrieron paso. El domingo, en el Teléfono Rosa del diario El Tiempo, se afirmó que, “al parecer”, al gobierno colombiano no le cayeron bien las declaraciones que Pastrana hizo en relación con la celebración del Plan Colombia. Las más duras habían sido las que concedió al diario El Espectador, donde afirmó que la cita en Washington era más una fiesta de entierro del Plan Colombia que la celebración de un nuevo  aniversario de este.

Pastrana ha mantenido unas relaciones muy variables con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos. Sus mayores diferencias nacieron cuando el presidente trasladó a la Procuraduría los documentos clasificados sobre la defensa de Colombia en el Tribunal de La Haya a propósito de las reclamaciones de Nicaragua sobre el archipiélago de San Andrés. Y aunque él intentó firmar la paz en el Caguán, un proceso plagado de concesiones a las FARC, ha sido uno de los mayores críticos del proceso de paz de La Habana. Al punto de que Pastrana estuvo más cerca de Uribe que de Santos en el debate electoral del 2014.

Pero la ausencia de Pastrana en la celebración en la residencia del embajador Pinzón carece de tintes políticos, por lo menos eso fue lo que explicaron portavoces de la embajada colombiana en Washington a Semana.com. 

Más que una celebración del Plan Colombia, aseguraron, se trataba de una cena para socializar la nueva etapa de la cooperación estadounidense, bautizada por los presidentes Santos y Obama como Paz Colombia. “Se buscaba socializar el proyecto con gente que puede ayudar o, por lo menos, que tiene que ver con Paz Colombia”, dijo un funcionario de la embajada. Por eso allí descartaron cualquier hipótesis de enemistad con el expresidente Pastrana. Tanto así que uno de los mayores críticos del proceso de paz con las FARC, el senador democrático Patrick Leahy, fue uno de los 130 invitados y asistentes.

Probablemente, Pastrana reencarnaba la antigua era del Plan Colombia y por eso su presencia no era tan determinante como sí lo fue en la Casa Blanca.